La extremeña Inma Franco, de 20 años, ha soportado toda su vida comentarios negativos por su aspecto físico. La enfermedad que padece, llamada síndrome de Saethre-Chotzen, ha provocado que tenga que pasar en multitud de ocasiones por quirófano en varias operaciones faciales. Una de las formas de evadirse del bullying que ha sufrido durante años ha sido subir contenido a las redes sociales, aunque ahí, los comentarios tampoco han sido siempre amables. En un vídeo publicado en su cuenta de TikTok - que alcanza casi el millón de reproducciones desde el 21 de junio - Franco ha respondido a uno de los comentarios a sus vídeos más repetidos: “¿Qué te pasa en la cara?”. Su respuesta, con la que la joven invita a reflexionar sobre la importancia del respeto en redes, también se ha popularizado en otras plataformas como Twitter, donde alcanza el millón y medio de reproducciones.
“Siempre me han criticado por el físico. Al principio contestaba a las dudas sobre mi apariencia por escrito, hasta que empezaron a ser comentarios destructivos”, cuenta la joven a Verne por teléfono. En el comienzo del vídeo, Franco aclara que esta es la “segunda y última vez” que explica qué le ocurre, ya que en el mes de abril hizo una primera respuesta en vídeo. Pero eso no acabó con los comentarios. “No sabéis lo que es ir por la calle y que se rían de ti”, dice, “este tipo de preguntas me molestan porque yo creo verme normal y luego, a lo mejor no. No sabéis lo que me odio a mí misma”.
Su respuesta ha sido muy aplaudida y se ha hecho popular también por la difusión que le han hecho personajes públicos. “Yo pensé que no lo iba a ver nadie y me ha pillado todo por sorpresa. He recibido tantos mensajes de ánimo que casi no he podido contestar a todos”, explica. También ha mostrado su agradecimiento en un nuevo vídeo. “Me hizo mucha ilusión cuando me enteré de que Anabel Alonso lo había compartido, la admiro mucho. También cuando vi que Paz Padilla había hablado de ello en Sálvame o cuando leí el mensaje de Lola Índigo”, cuenta la extremeña.
Franco vive en un pequeño pueblo de la provincia de Badajoz, donde ha sufrido bullying tanto en el colegio como en el instituto. “No he tenido muchos amigos, tuve incluso que cambiarme de centro”, cuenta. La joven, que prácticamente no salía de casa siendo adolescente, vio entonces YouTube como una vía de escape. “Me abrí el canal hace cuatro años porque como la gente no quería conocerme, al menos pensé que con los vídeos podría demostrar que no era como ellos pensaban”, explica. Hubo momentos en los que pensó en cerrarlo por los comentarios pero actualmente tiene más de 25.000 suscriptores, a los que cuenta sus rutinas diarias. “Encontré una manera de estar entretenida y de conocer a personas que merecen la pena, aunque no las vea físicamente”, afirma.
También decidió abrirse una cuenta de TikTok hace tiempo (cuando esta red social aún se llamaba Musically). Asegura que al principio la experiencia era mejor pero que, según iba creciendo en número de seguidores -actualmente son más de 154.000- volvieron los comentarios dañinos. “Ahí nadie me conocía y la acogida fue mejor”, explica, “pero con la cuarentena se ha unido mucha más gente y ha habido un aumento del odio”. Todos estos comentarios sobre su aspecto físico la afectaron bastante “porque llevaba mucho detrás”. Franco cuenta que muchas de estas personas aprovechan el anonimato para verter toda su rabia. “He visto que gran parte de los insultos son desde cuentas falsas. Parece que la gente no tiene el valor de hacerlo en la vida real y que se creen que por dedicarte a las redes sociales ya tienen todo el derecho de hacer lo que quieran”, afirma.
Aunque sus últimos mensajes se han popularizado a través de Twitter y han llegado a personas que no la conocían, si tuviera que elegir una plataforma ella seguiría eligiendo YouTube. “Ha sido mi vía de escape y me ha permitido tirar para delante”, cuenta Franco. Aún así, sostiene que en las redes sociales parece que hay que “mostrar todo el rato el lado positivo o estar cuanto más arreglado mejor para ganar repercusión”. Una idea que ella desecha, ya que quiere seguir haciendo vídeos que “ayuden a la gente y con los que se puedan sentir identificados”. Aunque actualmente asegura haber conocido “amigos que ya no te juzgan por cómo eres, sino que quieren conocerte”, la joven resalta la importancia de ser natural y honesta con sus seguidores. “Hay bajones y días en los que lo ves todo negro. Mostrar esto es importante para gente como yo para la que no todo siempre ha sido bonito”.