Ocho bolitas pasean en línea recta por la pantalla del ordenador. Sin embargo, al mirarlas todas a la vez, parece que describen un movimiento circular. El vídeo publicado en Twitter tiene muchas otras versiones difundidas en Internet e incluso se han hecho modelos físicos de la representación.
Esta ilusión visual, según el catedrático en Percepción y Atención visual de la Universidad de Barcelona, José Antonio Aznar, se puede explicar por una de las leyes de la Gestalt, una corriente de la psicología alemana de los años 1920. Es el principio de dirección común, también llamado de destino común. “Según este principio, los elementos de una configuración que se mueven en una dirección congruente parecen construir un patrón y son percibidos como formando una figura global”, explica Aznar a Verne por correo electrónico. Por ejemplo, cuando vemos una bandada de pájaros que vuelan, entendemos el grupo como si se tratara de un ente único que va formando figuras en movimiento en el aire. A cada momento, la posición de cada pájaro ha cambiado, pero las relaciones de distancia espacial entre ellos se mantienen constantes.
Aznar explica que “el cerebro tiende a percibir como un conjunto aquellos elementos que se mueven conjuntamente, del mismo modo o de forma reposada respecto a otros”. Para que se aplique la ley de destino común, es necesario que los objetos de la configuración global se muevan en una misma dirección y, además, en una velocidad o ritmo constante. Es lo que pasa en el ejemplo de las bolas deslizando en líneas rectas.
Qué es la Gestalt
“La palabra Gestalt viene del idioma alemán y sirve para indicar una configuración global (un todo perceptivo), un patrón o figura, una forma o estructura unificada compuesta de varios elementos independientes”, define Aznar. Las investigaciones de esta corriente de la psicología se centraron en tratar de explicar cómo nuestras mentes perciben las cosas agrupandolas en totalidades o configuraciones globales, componiendo un todo, en lugar de percibir aisladamente cada uno de los elementos.
Aznar comenta que para los gestaltistas, el principio básico de la organización perceptual (y su eslogan) era: “El todo es más que la suma de las partes”. O sea, las propiedades de lo que se ve como la totalidad no están presentes en cada uno de los elementos que la constituyen, sino que derivan de las relaciones entre espacio y tiempo que conforma el todo.
Para poner un ejemplo, Aznar utiliza las relaciones de trabajo en una empresa: “Si en una organización cambiamos a todas las personas que la componen, pero no cambian sus relaciones de poder (organigrama, jerarquía, tipo de canales de comunicación) la empresa seguirá teniendo el mismo estilo, el mismo sello característico, no habrá cambiado en lo esencial”.