Durante mucho tiempo la imagen de Johan Cruyff por los banquillos de España era la de un hombre pegado a un chupachups. El caramelo con palo fue el aliado que se buscó para dejar de fumar en 1991, después de haber sido intervenido quirúrgicamente por un grave problema cardiaco. Cruyff, fumador empedernido, fue consciente entonces de lo perjuicios del tabaco y se sumó a una campaña impulsada por la Generalitat de Cataluña para alertar de los riesgos que tenía para la salud.
Un anuncio, que aún puede encontrarse en YouTube, era recordada por muchos en la jornada del jueves al conocerse que el exjugador y entrenador fallecía a causa de un cáncer de pulmón.
Mientras mostraba su agilidad dando toques y controlando una cajetilla de tabaco Cruyff explicaba, con su inconfundible acento holandés, que en su vida "había tenido dos grandes vicios: fumar y jugar al fútbol". Y continuaba con una frase que se convertiría en un lema durísimo contra el tabaco: "El fútbol me lo ha dado todo en la vida. En cambio, fumar casi me lo quita".
La campaña tuvo entonces un gran impacto mediático y el anuncio, firmado por la agencia Bassat Ogilvy & Mather (ahora Ogilvy & Mather), obtuvo varios premios. Entre ellos el Sol de Oro en la edición del Festival de San Sebastián de 1992.
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