El pasado 6 de agosto, dos organizaciones de padres de familia con ideologías católico-cristianas en Nuevo León solicitaron al Congreso local frenar la distribución de los libros de texto gratuitos para el ciclo escolar 2016-2017. La razón principal de la solicitud es el contenido sobre sexualidad que contienen los libros desde la primaria hasta secundaria. Según una serie de textos realizados y publicados por estas organizaciones, este contenido podría, entre otras cosas, propiciar el inicio de una vida sexual prematura entre estudiantes y en consecuencia el embarazo adolescente.
Los documentos también rechazan el contenido que reconoce la diversidad sexual y la definición de género como una construcción social y cultural. “Si es necesario arrancaremos las hojas y pediremos a las autoridades escolares que hagan lo mismo”, comenta a Verne vía telefónica Luz Ortiz, presidenta de la Unión Neolonesa de Padres de Familia.
Dos de las páginas que estas asociaciones buscan eliminar están en el libro Exploración de la Naturaleza y Sociedad de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para estudiantes de primero de primaria. En ellas se propone un ejercicio en el que los niños deben identificar en un dibujo partes de su cuerpo (incluidos sus genitales) y luego compararlos con sus compañeros. Según el documento de las organizaciones, este ejercicio es inapropiado para niños de 6 o 7 años y podría causarles daño psicológico.
Pero Eusebio Rubio-Aurioles, director de la Asociación Mexicana de Salud Sexual, dice a Verne que no hay evidencia de estos efectos. “Es importante que los niños reconozcan las partes de su cuerpo a esa edad, incluso es una forma efectiva para detectar el abuso sexual infantil”, comenta vía telefónica.
Uno de los contenidos más controversiales para esta agrupación es el listado de los métodos anticonceptivos en el libro de Ciencias Naturales de sexto grado de primaria, también de la SEP. “El abordaje no es el correcto ya que falta información sobre todos los efectos secundarios de los métodos anticonceptivos y no se le dice a los estudiantes la importancia de esperar”, asegura Adriana Dávila de la Asociación Estatal de Padres de Familia de Nuevo León, otra de las organizaciones que busca eliminar el contenido.
Rubio-Aurioles asegura que la educación sexual impartida a niños y adolescentes crea un efecto contrario. “Hay varios estudios que demuestran que los jóvenes postergan el inicio de su vida sexual cuando reciben educación sexual gradual desde pequeños”, dice.
Dos estudios publicados en 2008 por el Journal of Adolescent Health realizados a través de encuestas y entrevistas a adolescentes en Estados Unidos concluyeron que los adolescentes que reciben educación sexual son menos propensos al embarazo o a contraer enfermedades de transmisión sexual que aquellos que sólo reciben lecciones sobre abstinencia como la única opción. Otro publicado en la Revista Interamericana de Psicología realizado con jóvenes mexicanos concluye que existe una "necesidad de desarrollar programas de educación sexual que proporcionen información objetiva que desmitifique creencias, mediante el conocimiento detallado y práctico sobre sexualidad, embarazo y uso de anticonceptivos".
Al respecto, Ortiz comenta: “Solo hay que mirar las cifras del embarazo adolescente, que han aumentado desde que se incluye y aumenta esta información en las escuelas, no es una coincidencia, es un correlación”. El número de nacimientos registrados por parte de mujeres entre 15 y 20 años disminuyó ligeramente del 2011 al 2014, según los datos más recientes del INEGI. Además, no existen estudios que demuestren una relación directa entre el embarazo adolescente y la enseñanza de temas sobre reproducción y sexualidad en las escuelas.
Ortiz asegura que esa ha sido la conclusión de los autores de los análisis del contenido de los libros. Como se observa en su currículo, disponible en la web de la asociación, todos han laborado o laboran en alguna institución o centro religioso o que siguen principios religiosos sobre la familia y la sexualidad.
Ambas organizaciones que buscan editar los libros de texto se han unido a iniciativas nacionales contra la legalización del matrimonio homosexual y la adpción por parte de homosexuales. Ortiz asegura que el análisis de los libros no tiene un trasfondo religioso. “Los estamos analizando de forma integral y con un énfasis en la naturaleza”, comenta. “Nuestro objetivo también es que los padres de familia tengan la libertad de enseñar estos temas a los niños sin que se imponga una norma”. Otras organizaciones tanto a nivel local como nacional también han protestado contra el contenido de educación sexual de los libros de texto gratuitos bajo argumentos similares.
La SEP no ha emitido ningún comunicado al respecto, tampoco respondió a nuestras peticiones de entrevista. A finales de julio informó que había concluido la distribución de 179 millones de libros para el ciclo escolar 2016-2017 que inicia el 22 de agosto. La Unión Neolonense de Padres de Familia espera una respuesta de las autoridades educativas este viernes 12 de agosto. Si no la recibe comenzará su iniciativa de arrancar las páginas que considera inapropiadas de los libros.
Rubio-Aurioles, de la AMSSAC, asegura que este no es el primer año que se ven estas protestas. “Suceden cada vez que sale una nueva edición de los libros”, comenta. “Estas reacciones de arrancar materiales, me recuerdan a tiempos de la inquisición y desde entonces hemos aprendido que la censura no sirve de nada. Los niños buscarán la información de las páginas arrancadas, probablemente en internet. El peligro de eso es que así como pueden encontrar información muy buena, también estarán expuestos a mucha desinformación”.
El médico agrega: “En algo estoy de acuerdo con estas organizaciones, yo también creo que se deben revisar los contenidos de los libros, pero en mi caso, yo quiero que haya más y mejor información sobre temas de sexualidad”.
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