Producto, creatividad, innovación, imaginación... Son algunos de los elementos que se suelen citar para diferenciar la cocina doméstica, la del día a día, de la alta cocina. Y todo aliñado con alusiones poéticas, comparaciones, eufemismos o guiños a recetas de otras gastronomías para bautizar platos en las cartas de algunos restaurantes. Nos hemos preguntado cómo se llamarían las recetas de domésticas, las de nuestra abuela, si se sirvieran en un restaurante de alta cocina. Aquí algunas sugerencias (toca o haz click sobre cada imagen para ver de qué plato de la abuela estamos hablando):