Pablo Casado mostró un gráfico en TVE durante el debate a siete de la noche del lunes que reflejaba que el gasto social había crecido cada año desde 2011. También lo publicó la cuenta de Twitter del Partido Popular.
Fueron muchos los que se dieron cuenta en seguida de un pequeño detalle: la cantidad invertida por el gobierno en 2014 y 2015 era inferior a la de 2013, a pesar de que las barras del gráfico seguían creciendo. Lo hacían además sin proporción ninguna: todas las barras mostraban el mismo incremento respecto al año anterior, con independencia de la relación entre las cifras.
El PP borró el tuit y publicó una versión corregida. Esta nueva versión tampoco era perfecta, ya que el eje estaba cortado y, por tanto, parecía que la barra de 2016 es tres veces mayor a la de 2011 cuando el crecimiento es de solo un 3,9%, siempre según los datos que mostró Casado.
Porque los datos, además, no eran correctos. Tal y como publicó Cinco Días, los números correspondían solo a las partidas de protección social (pensiones y prestaciones de desempleo) y no contemplaban ni educación ni sanidad. Según datos de Hacienda, el gasto social total cayó entre 2011 y 2014, para volver a crecer en 2015 y 2016, pero sin llegar a los niveles de 2011.
Versión con escala correcta así como con la corrección por la inflación.
No es la primera vez que alguien publica un gráfico mal hecho (adrede o no), confiando en que nadie se daría cuenta o que a todo el mundo le daría igual. Lo vimos hace más de un año, con este de TVE que mostraba una caída del paro que no respetaba las matemáticas y que, según Tomás Ondarra, jefe de infografía de EL PAÍS, estaba tan mal hecho que veía posible que no hubiera ni siquiera voluntad de engañar. “Lo han hecho mal -nos contó en su momento, con una mirada de desolación-. Hay errores en todo”.
Los gráficos son útiles porque ayudan a visualizar información compleja. Pero también son peligrosos porque tendemos a creernos más la información que se presenta de forma visual que de forma escrita, ya que nos da la impresión de ser más objetiva. Al fin y al cabo, son matemáticas. O eso parece.
Ya entonces hablamos con Kiko Llaneras, profesor de ingeniería y sistemas complejos de la Universidad de Girona y editor de Politikon, que nos dio algunas claves para sospechar de un gráfico que pretende manipularnos o que, simplemente, está mal hecho.
1. Los ejes están cortados. Lo veíamos en el caso del gráfico del Partido Popular (en el supuestamente corregido). También se ve muy claro en este otro ejemplo de TVE. Cuando el eje no comienza en cero en un gráfico de barras, perdemos referencias y nos puede parecer que (en este caso) la caída es mucho mayor de lo que realmente fue.
También se puede ver en este gráfico de la Fox, en el que parecía que el Obamacare se había quedado a un tercio de su objetivo, cuando en realidad había cumplido con el 85%.
El PP también tuiteó este otro durante el debate a siete. En este caso, no solo el eje está cortado, sino que ni siquiera sabemos por dónde.
2. No se mantiene la escala en todo el gráfico. Es decir, si se habla de año a año, no se puede pasar de repente a meses, como hacía el Partido Popular en este otro gráfico, corregido por Kiko Llaneras.
O, simplemente, no hay escala ninguna y, de repente, 12.878 es lo mismo que 6.782.
También hay que respetar las convenciones. Este gráfico de Reuters sobre muertes por armas de fuego en Florida parece indicar un descenso desde la entrada en vigor de la ley de 2005 que permite a los ciudadanos disparar si se sienten amenazados. Pero en realidad el eje vertical está invertido y el número de muertes se ha incrementado, como se aprecia en la corrección de la derecha.
3. Los gráficos en 3D son engañosos. Como nos explicaba Llaneras, en el mejor de los casos, no aportan nada; en el peor, la perspectiva es engañosa. Tampoco hay que fiarse si hay muchos colores, fondos o dibujos, aunque solo sea porque pueden ser más difíciles de entender. En una línea similar, las tartas tampoco son útiles, ya que nos obligan a comparar ángulos “cuando para nosotros es más fácil comparar distancias y posiciones”. Es mejor usar columnas apiladas o una simple tabla.
4. Hay pocos datos. Llaneras nos recordaba que, cuando faltan datos, podemos sospechar de "cherry picking", es decir, de que se hayan escogido las cifras que ayudan a sostener la tesis de quien ha creado el gráfico. No es necesario dar toda la información de la que dispongamos, pero "si quieres ser sincero con tu lector, tienes que darle contexto". Si no es posible dar todas las cifras, se pueden agregar o usar medias.
También es recomendable dar más referencias a los gráficos, por ejemplo, comparando con datos de otros países o con la media europea, así como ofreciendo secuencias lo suficientemente largas.
En el caso del gráfico del PP, se podría añadir la comparativa con gobiernos anteriores, lo que nos daría más datos acerca de si el gobierno de Rajoy está haciendo o no un esfuerzo en gasto social. También sería interesante saber el tanto por ciento del PIB y no solo el dato absoluto.
Por añadir algo de contexto, según publicaba Cinco Días en un artículo de marzo sobre los efectos de la crisis en los presupuestos, España destinaba en 2014 menos porcentaje de su PIB a protección social que la media europea, a pesar de ser el que más gastaba en desempleo, debido a su altísima tasa de paro. La partida de sanidad creció entre 2007 y 2014 un 3,4%, frente a casi un 20% de media en la UE. Y en educación, el gasto ha caído en un 2,4% y se mantenía en un 4% del PIB, por debajo de la media europea.
Actualización (21/06/2016 15:12): La primera versión del artículo salió sin referencia a los datos de Cinco Días, que aún no se habían publicado.