Ni Pablo Iglesias ni Alberto Garzón firman la carta que estos días ha comenzado a llegar a los buzones españoles junto a las papeletas de Unidos Podemos para pedir el voto. Lo hace Esperanza, una joven española de 30 años que estudió Biología Molecular y tuvo que emigrar a Londres para encontrar trabajo. Es una carta a sus padres, para darles las gracias por todos los esfuerzos que han hecho por ella. Echa de menos España y quiere volver. Sin embargo, Esperanza no existe. O, al menos, no es una persona concreta, sino un personaje al que han recurrido en el partido para dirigirse a los votantes.
"La historia está basada en la de tantos amigos y familiares que han tenido que salir del país para labrarse el futuro que les negaban en España las políticas de recorte en innovación, sanidad, educación, ciencia, etc.", aclaran a Verne desde el equipo de comunicación de Podemos.
Su nombre, por supuesto, no es una casualidad: "El nombre de Esperanza es un recurso literario, un guiño a la necesidad de dar todos juntos la vuelta a la situación", explican desde Podemos.
La carta sabe tocar las teclas para apelar directamente a las emociones e incluso intentar arrancar algunas lágrimas a los lectores. Habla de una joven de 30 años "de la generación más preparada de la historia de España. Preparada para todo, pero no para echaros tanto de menos desde que tuve que emigrar", dice literalmente. Y también de unos padres que se mudan del pueblo a la ciudad a pesar de sus miedos y que ahora han tenido que aprender a usar Skype para hablar con su hija.
En este aspecto, contiene una serie de ingredientes que tienen esas historias que buscan emocionarnos: es una historia personal, por lo que es más fácil sentirse identificados que si fuera un argumento frío o solo datos. Además, muchos españoles han pasado por una situación parecida. Y aparece en el momento adecuado: justo antes de las elecciones. "Si suena real es porque a muchos amigos y familiares los tenemos fuera de verdad o incluso hemos sido nosotros mismos los que lo hemos vivido”, dicen desde el partido.
Pero, como ocurre con los grandes virales, no es posible controlar que estas emociones sean siempre positivas. Apelar a los sentimientos no solo puede provocar una adhesión más intensa, sino un rechazo también más fuerte que en el caso de un texto plano. La niña de Rajoy acabó convirtiéndose en una parodia. En Twitter, varios usuarios se han quejado por el tono edulcorado.
No iba a votar de ninguna manera a Podemos, pero después de esto es ya metafísicamente imposible. pic.twitter.com/FMuMO2QAa8
— Carmen Pulin (@MissPulina) 14 de junio de 2016
Esperanza,la nueva telenovela venezolana de Podemos Unidos!...#PodemosTeatreros#PodemosFilms pic.twitter.com/bGCs0f2gWM
— Ana (@anaquepedra) 15 de junio de 2016
Inenarrable carta pidiendo el voto de Podemos: con la niña de Rajoy pic.twitter.com/hrEhOLYTkN
— Sergio (@Ciclismo2005) 13 de junio de 2016
La emigración, especialmente la juvenil, es un tema muy sensible por los altos datos de los últimos años. En el primer semestre del 2015, 50.844 españoles dejaron el país rumbo al extranjero, un 30% más que en el mismo periodo de 2014 y una cantidad superior a la que se registró en todo 2010, según el INE. En esos seis meses volvieron 23.078 españoles (menos de la mitad que los que buscan oportunidades fuera).
En las elecciones del 20 de diciembre, Pablo Iglesias ya adoptó un tono emotivo en una carta en la que comenzaba y terminaba hablando de su abuela: "Mi abuela decía que nadie se lee este tipo de cartas", decía el arranque. Después de hablar de votar con ilusión y de los recortes del PP, la carta terminaba: "Si todavía sigues leyendo esto, al menos le habrías dado una alegría a mi abuela, que en paz descanse. Eso para mí ya es mucho".
(Actualización (16/6/2016): Aunque, como muchos nos habéis dicho en los comentarios, se ha publicado que Esperanza Jubera, militante de Podemos, es la Esperanza de la carta, la propia Jubera lo ha desmentido en Twitter. De hecho, Jubera no tiene 30 años, nació en 1984; no vive en Londres, sino en Bruselas, y no es bióloga molecular, sino neurocientífica).
Aquí puedes leer la carta completa (pincha sobre la imagen para ampliarla):
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