Ha estado perdida más de 30 años, pero esta alianza de boda volverá el próximo 19 de septiembre a manos de sus dueños. Jessy Cuesta, la instructora de buceo que la encontró en Benidorm, será la encargada de entregársela personalmente a Juani y Agustín, la pareja que la perdió y que ahora reside en Zaragoza. Un encuentro que será posible gracias a un anuncio en Facebook que publicó Cuesta el pasado 5 de septiembre y que han compartido más de 79.000 personas.
"La encontré a 6 metros de profundidad, a principios de agosto, mientras coordinaba un bautismo", cuenta a Verne por teléfono la promotora de la iniciativa. Cuesta, que lleva 10 años dedicada a la instrucción de buceo y regenta una empresa junto a su marido en Benidorm, no se dio cuenta en un principio de su valor: "Yo estaba recogiendo basura del fondo, porque es una pena cómo ensucian el mar, y lo que encontré en realidad fue una arandela. Al cogerla, se partió un trozo de sedimento y vi algo brillante. Ahí fue cuando me di cuenta de que era un anillo".
Antes de colgar el anuncio en las redes sociales Cuesta se puso en contacto con una amiga que trabaja en el registro civil para ver si ella podía dar con el dueño, pero descartaron esta vía al no aparecer en el anillo los apellidos de su dueño. La alianza solo tenía tallada una fecha, 17-02-1979, y un nombre, Juani.
Después de descartar esta posibilidad realizó un primer intento en Facebook que no obtuvo mucho éxito. "El primer post no tuvo apenas repercusión. Comentándolo con mis amigos pensamos en darle una segunda oportunidad incluyendo una fotografía del anillo, y así fue como realmente la gente empezó a compartirlo".
En un primer momento poca gente confiaba en que llegase a dar con el paradero de los dueños: "Me dejaban muchos comentarios negativos indicando que estas personas quizás ya habían fallecido, que ya no estarían juntos o que sería imposible dar con ellos... ", recuerda, "pero en lugar de desanimarme esto me hizo buscar con más ahínco. Pensé: Por qué tendemos siempre a destacar lo negativo, por qué no podemos creer por una vez que las cosas pueden terminar bien?".
Y así fue. Una sobrina de los dueños vio el post en Facebook, cuadró las fechas, y lo compartió con su familia. A los pocos días Cuesta recibió la llamada de Juani para indicarle que el anillo que había encontrado pertenecía a su marido.
"Era de noche y estuve a punto de no contestar el teléfono", explica Cuesta, "pero en cuanto me dijo que era Juani me puse muy nerviosa y comencé a gritar. Fue mi marido el que me tranquilizó y me dijo que no fuese tan rápido, que les pidiese una prueba de su identidad y una copia de su libro de familia". La pareja había recibido ya muchas llamadas de personas que decían ser los dueños del anillo, pero poco después llegaron dos fotografías como prueba: una del libro de familia con sus nombres -Juani Sánchez y Agustín Aliaga- y otra con la alianza gemela.
"Me hizo muchísima ilusión", recuerda esta vecina de Benidorm que nació en Argentina, pero se trasladó a España con 26 años. "Creo que todos tenemos algo que valoramos mucho, aunque no sea económicamente sí sentimentalmente, y que nos dolería perder. Todos podemos vernos en ese papel y por eso creo que tanta gente ha compartido mi mensaje".
Según le ha contado la propia Juani, fue su marido Agustín quien perdió la alianza al poco de casarse. Mientras se bañaba en una playa de la isla de Benidorm se le escurrió, pero después no fue capaz de encontrarla. "Me dijeron que ya la daban por perdida y que incluso había llegado a comprar otra para reemplazarla". Ahora Cuesta viajará a Zaragoza para encontrarse con ellos y entregarles el anillo que perdieron hace más de 30 años. "No me han ofrecido ninguna recompensa y tampoco la aceptaría. Creo que todos haríamos lo mismo", concluye.
A través del teléfono Juani Sánchez corrobora a Verne la versión ofrecida por Jessy. "Estoy desando conocerla", explica, "no tengo palabras para describir su gesto y estoy segura de que ahora seremos amigas de por vida". Sánchez, que junto a su marido regenta un bar en Utebo, Zaragoza, explica que vuelven todos los veranos a Benidorm. "Yo soy de la zona, de Callosa d'en Sarrià, y toda mi familia sigue viviendo allí. El día que Agustín perdió el anillo habíamos ido a pasar el día con mis padres. Era una especie de tradición que teníamos. Todos los 18 de julio íbamos allí a comer, bañarnos y pasar el día juntos".
Sánchez entiende que haya quien se cuestione la historia. "Es que es increíble", señala, "yo misma al principio no podía creérmelo. Nunca hubiéramos imaginado nada parecido. Ha sido una especie de milagro".