Ya llegó el Día de Muertos y con él las famosas calaveritas literarias. Estas composiciones en verso han formado parte del folclore mexicano desde la época virreinal. En ese entonces, los escritores las usaban para burlarse de los largos epitafios que utilizaban los nobles. Creaban una versión propia que por lo general era una crítica social o una burla a un miembro del Estado. Actualmente ya no solo hablan de personajes públicos, también se escriben sobre amigos, familiares o incluso gente que odiamos. Aun así, el objetivo sigue siendo el mismo: expresar sentimientos e ideas alrededor de una persona que serían difíciles de decir en otro contexto.
El escritor y poeta mexicano Óscar de Pablo explica que la calaverita es un género popular que le recuerda a las personas que van a morir. “Entra con humor, alegría y hasta con cariño dentro del género del memento mori (frase en latín que significa recuerda que puedes morir) que es característico del Día de Muertos mexicano”, dice a Verne en entrevista telefónica. “Es lo mismo que sucede con las calaveritas de azúcar que tienen el nombre de las personas. Son recordatorios de que todos tenemos un lugar en el panteón asegurado. Uno muy inusual y bonito”.
De Pablo, autor de libros como Los Endemoniados y Debiste haber contado otras historias, señala que las calaveritas no tienen formato fijo. Sin embargo, asegura que hay elementos básicos que ayudan a obtener un mejor resultado. Con su ayuda hicimos una lista de algunos consejos que te pueden ayudar a escribir una calaverita y a perderle miedo a esta poesía de panteón.
1. Procura escribir versos octosílabos
No existe una métrica formal, pero el formato más común es, de acuerdo con De Pablo, el verso de ocho sílabas. Las estrofas pueden ser de cuatro versos (las más sencillas) o de diez. “Son versos cuyo último acento cae en la séptima sílaba. Normalmente, son palabras graves en español”, detalla. Si ya se te olvidó lo que aprendiste en primaria, se le llama verso a una de las unidades en que puede dividirse un poema. Una estrofa es un grupo de versos que conforman una composición poética.
De cuatro versos
Por llanuras y desiertos,
sea de machete o de bala,
dejaste de Atenco a Iguala
todo un reguero de muertos.
Y por sumar desaciertos
dejaste la patria rota.
Mas la muerte toma nota
y se prepara en secreto
pa llevarte, Peña Nieto,
y también a tu Gaviota.
- Óscar de Pablo
De diez versos
2. Intenta utilizar rimas consonantes.
Pueden ser básicamente de dos tipos: A, B, B, A (que las últimas palabras del primer y último verso suenan igual o muy similar, así como las de las dos de en medio) y A, B, A, B (que el primer y tercer verso rimen, al igual que el segundo y el cuarto). "Las dos suenan muy bien y al público le divierte mucho”, comenta el escritor.
Este es un A, B, B, A
Este es un A, B, A, B
3. No olvides mencionar a la muerte.
El objetivo de las calaveritas es hablar de cómo y por qué la muerte se llevó al panteón a determinada persona, por lo que esta siempre tiene que aparecer en el texto. “Se le puede llamar muerte, calaca, parca, huesuda, calavera, catrina o pelona, pero siempre tiene que estar y siempre tiene llevarse a la persona a la que se le dedica el verso”, detalla De Pablo.
4. Menciona alguna de las características que definen a la persona de la que hablas.
Como el argumento en las calaveritas siempre es el mismo (a alguien se lo lleva la muerte) se deben incluir características de la persona a la que se le dedica. “Si es un pintor, la muerte puede sacarlo de su estudio y tirar su caballete. Si es escritor se puede mencionar alguna de sus obras”, menciona De Pablo. “A los políticos se les suele hacer calaveritas satíricas, frecuentemente críticas y se tratan sus escándalos o sus crímenes”.
5. Escribe con cariño y humor.
No es obligatorio, pero De Pablo recomienda hacerlo. “Mezclar el recordatorio de lo inevitable de la muerte con el amor, la dulzura o el cariño es algo muy característico del mexicano”, comenta. Ojo: a veces no hay cariño, pero hay humor como en el caso de las calaveritas satíricas de los políticos.
6. Remata con un final sorprendente.
De Pablo aconseja intentar terminar el verso con un final inesperado. “Hay que pensar qué rima con aquellas cosas que definen al personaje y conducir los versos hacia allá”, dice. Se puede empezar con la parte de sus características y después finalizar con la parte sorprendente. Esto es para que se note que es una calaverita hecha para la persona.
7. No cuentes la sílabas con los dedos, cántalas.
Los versos populares no necesariamente se escriben, primero se dicen. “Más que tener en cuenta el número de sílabas o el tamaño del verso es importante oír como suenan. Hay que cantarlas”, dice De Pablo. Un consejo es intentar cantarlas con las tonadas de La Llorona o La Cama de Piedra, pues ambas canciones usan versos de ocho sílabas. “Si quedan con la música de cualquiera de los dos vas por buen camino”, señala el escritor.
Te compartimos otras calaveritas de De Pablo para que te inspires en tus primeros borradores. Mucha suerte y que la Huesuda te acompañe.