Cuando la sociedad piensa en una pareja de lesbianas lo hace, a menudo, como en un objeto deseo propio o ajeno, en vez de como a dos personas con derecho a desear. A pesar del cambio positivo que han experimentado los derechos del colectivo LGTB+, ellas siguen siendo el sector menos visible. Paula Alcaide es psicóloga especializada en atender a mujeres homosexuales y bisexuales. Se enfrenta a diario en su consulta a los problemas derivados de este doble estigma, del que habla con Verne a pocos días del World Pride de Madrid.
Paula Alcaide / YouTube
Centrada en un tema que abordan muy pocos profesionales, Alcaide sueña con quedarse sin pacientes, en su gran mayoría mujeres que no se sienten escuchadas. Trabaja con ellas las claves para enfrentar ese conflicto.
"El principal punto a trabajar como mujeres no heterosexuales es el de la asertividad, que no les cueste marcar límites de forma cordial", dice Alcaide. "Si fueras heterosexual, ¿dirías o harías algo en vez de quedarte callada? Pues entonces hazlo" es el consejo habitual que suele dar a sus pacientes.
Además de la frustración por esa falta de reconocimiento, otros temas que la psicóloga suele tratar con sus pacientes son "la vergüenza, la ansiedad y la hipervigilancia para que no se note su condición sexual, especialmente en zonas pequeñas".
Todo ello se traduce en un suceso muy común, la llamada "lesbofobia interiorizada", que también impide que muchas lesbianas reclamen de forma pública sus derechos. "Son tantos y tan habituales los mensajes negativos que la sociedad les envía de forma directa o indirecta, que resulta muy complicado no terminar creyéndoselos".
Alcaide, en la treintena, colaboró con el departamento de psicología social de la Universidad de Barcelona y antes de comenzar a involucrarse en activismo lésbico. Gestionó el grupo LesCat (Lesbianas en Cataluña) y es copresidenta de la Asociación Afirma’t. Ahora es responsable de diversidad sexual en la Fundación Salud y Comunicad (FSYC).
Desde su consulta en el Institut d'Estudis de la Sexualitat i la Parella en Barcelona atiende a mujeres de todo rango de edades, aunque también lo hace a través de internet. Colabora con Gabriel Martín, especiaizado en psicología afirmativa gay y que contó en Verne en primera persona su experiencia al nacer con órganos intersexuales.
¿Por qué asertividad?
Alcaide Asesora a aquellas mujeres que son minoría entre la minoría. O al menos es lo que su falta de visibilidad hace parecer. Por cada Elena Anaya o Dulceida que aparecen en público mostrando su condición sexual con naturalidad, hay miles de mujeres que se sienten invisibles e incapaces de expresarse. Trabaja por el cambio mientras las terapias para curar la homosexualidad no han desaparecido del todo en España.
Alba Paúl y Aída Domènech, justo después de comprometerseen verano de 2016
1. Seguimos educados en roles de género
Esa invisibilidad, aunque a menudo buscada por ellas mismas, no es deseada. "Las mujeres lesbianas y bisexuales son discretas para protegerse de una sociedad que sigue manteniendo los roles de género. Por eso su forma de luchar por su identidad sexual es distinta de la de otros miembros del colectivo LGTB+. Los hombres siguen siendo educados para aprender a manejarse en espacios públicos -como por ejemplo la conquista en el sector profesional-. Mientras, a ellas se les educa pensando en la esfera privada -el de las amas de casa-", cuenta a través del teléfono.
2. La presión familiar
La doble presión social que sufren ellas hace que el recurrente "ya se le pasará; es solo una fase" termine convirtiéndose a veces en una realidad, comenta la psicóloga. "Ese papel de cuidadora que se sigue asignando a la mujer hace que su salida del armario sea especialmente dolorosa en el entorno familiar. Suele ser un tema tabú entre madres e hijas. No hay comunicación y, en ocasiones, algunas mujeres vuelven al armario porque no se les escucha".
3. Forzadas a elegir entre feminismo y orgullo lésbico
Mientras el colectivo gay ha avanzado en sus reivindicaciones en las últimas décadas, las mujeres lesbianas y bisexuales han tenido que elegir dentro de su lucha. "Se consideró primordial reclamar primero sus derechos como mujeres y, durante décadas, fueron un activo muy importante en el movimiento feminista", recuerda Alcaide.
4. Siguen faltando referentes públicos
Si Alcaide es tan activa en internet es porque encuentra de este modo una nueva vía que no han encontrado mujeres de generaciones anteriores. Considera que "siguen faltando referentes públicos para las mujeres lesbianas y bisexuales". Es a través de redes sociales o de YouTube que encuentran comprensión y la posibilidad de expresarse.
5. Borradas por la historia
Uno de los casos que más ha impactado a Alcaide es tratar el duelo de una mujer de 65 años que llevaba 40 años con su pareja, hasta quedarse viuda. "Es una historia de amor que se vivió en pleno franquismo. Me recuerda que, el hecho de que no supiéramos de ello no significa que su conflicto no existiera".