El mensaje tránsfobo con el que la plataforma Hazte Oír ha cubierto un autobús en Madrid ha sido contestado por buena parte de la sociedad. Por ejemplo, este martes pedimos a una psiquiatra, una pediatra y una psicóloga que lo analizaran. Y las tres coincidieron en que el mensaje de la plataforma no tiene ningún respaldo científico. Es más, es que no da ni una.
En nuestra sección 'En primera persona' hemos recopilado durante los últimos meses las historias de María Rosa, una transexual de 62 años, y de Sara, también transexual, de 8. Sus historias nos enseñan que la transexualidad no es nada nuevo y que tampoco es un engaño, como proclama el polémico mensaje de Hazte Oír. Al contrario, la negación de la transexualidad, como prueban estos testimonios, puede ser verdaderamente dolorosa.
María Rosa nació en 1951 con órganos sexuales masculinos. Era una época en la que, según ella, "siempre tenías que demostrar lo macho que eras". Por eso, llevó una doble vida. Por un lado, estudió en la universidad, se casó con una mujer, tuvo dos hijos y trabajó como ingeniero durante muchos años. Por otro, se vestía de mujer los fines de semana y se marchaba a las provincias cercanas a Madrid, lejos de su casa, para disfrutar de su verdadera identidad sexual.
A sus 57 años, María Rosa empezó su transición de hombre a mujer. "Necesitaba hacer algo más para evitar que el resto de mi vida fuese en blanco y negro", escribe. Las personas de su entorno lo aceptaron con una mezcla de sorpresa y naturalidad. En 2013 por fin le operaron los genitales y el pecho, y desde entonces ha ayudado a otras personas en su misma situación. "Yo tengo muy claro que tengo un valor, independientemente de que sea hombre o mujer", concluye.
Cristina Palacios, la madre de Sara, nos contó la historia de su hija, de 8 años. Cuando nació Sara, sus padres asociaban la transexualidad con el travestismo, la noche, la farándula... Por eso, cuando su hija -entonces con el nombre de Hugo- empezó a probarse la ropa de Cristina y a identificarse con los personajes femeninos de los cuentos, Cristina y su pareja empezaron a recopilar información. "De esa etapa tenemos recuerdos preciosos, como cuando nos la encontrábamos imitando a Shakira y Beyoncé delante de un espejo. Al encontrarla así, feliz, nos entraba la risa. Además, se le daba realmente bien...", escribió.
Sin embargo, hacia sus cinco o seis años Sara empezó a experimentar sus primeros síntomas de conflicto. Sus padres lo comprendieron el día en que Sara volvió del colegio y les preguntó: "¿Qué significa 'maricón'?". Sara había despertado al tabú. Recientemente Sara se convirtió en la primera niña trans que se cambió el nombre legalmente en Galicia, lo que demuestra que ha habido algún avance con respecto al caso de María Rosa, tanto a nivel social como legal. Sin embargo, Cristina también reconoce sus temores ante un dato que sigue siendo escalofriante: que el 83% de las personas adultas trans hayan pensado alguna vez en el suicidio.
En Verne, además, hemos publicado otras historias sobre transexualidad, muchas de las cuales nos llegaron a través de las redes sociales y están protagonizadas por niños y adolescentes. La viralización de estas historias demuestran una visibilización creciente de las trabas que, por parte de la sociedad, encuentran las personas transexuales que aspiran a algo tan sencillo como ser ellas mismas.
El debate en España cobró alas durante el pasado mes de enero gracias a la campaña que financió un donante anónimo para visibilizar la transexualidad infantil en País Vasco y Navarra. La campaña no cayó muy bien en Hazte Oír, que inició una recogida de firmas para retirarla. Al no conseguirlo, decidieron poner en marcha el polémico autobús que ocupa la actualidad estos días.
Además de la respuesta de Hazte Oír, la campaña vasca y navarra tuvo otra consecuencia: resucitó en redes una entrevista a Nahiane, una niña transexual vasca de 9 años, que tres meses antes se había emitido en el programa ¡Ahora!, de EITB. El tuitero Modesto García publicó un fragmento de la entrevista acercándose a los 6.000 retuits:
Muy ciego tiene que estar uno si después de ver esto aún piensa que no hay niñas con pene. Cambiemos sufrimiento por normalización YA pic.twitter.com/dgF04ZJASP
— Modesto García (@modesto_garcia) 14 de enero de 2017
En Estados Unidos hay un intenso debate sobre la posibilidad de que los niños trans puedan escoger los baños atendiendo a su identidad sexual y no a sus órganos sexuales. El debate ha resucitado porque la administración de Donald Trump ha eliminado la exigencia, promovida por Obama, de que los colegios públicos garantizaran el acceso a los baños y vestuarios que coincidiesen con la identidad de género elegida por cada estudiante.
La polémica sobre los baños en Estados Unidos dio pie a una fotografía viral en Facebook. Meg Bitton compartió un retrato de Corey Maison, una niña transexual de quince años, con la pregunta: "Si fuera TU hija, ¿te sentirías cómodo con que fuese al baño de los chicos?". Se trataba de una manera de protestar contra la legislación de Carolina del Norte, que impedía a la adolescente usar los lavabos femeninos. La imagen se compartió más de 47.000 veces y generó más de 20.000 comentarios en la red social:
Además, en Verne hemos contado otras historias sobre transexualidad que, en la línea de las anteriores, reflejan la atención creciente por el asunto. Por ejemplo, la historia que compartió Nathan a través de Twitter. Este joven transexual canario, de 17 años, relató los problemas de su padre para aceptarlo. "Al final lo ha hecho. Mi padre ha pasado por fin a aceptarme como su hijo", escribió Nathan finalmente. O la de Mihaela, una inmigrante moldava que encontró en España la asistencia y apoyo necesarios para que su hija transgénero pudiera completar su transición al género femenino.
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