Los juegos de mesa son una buena forma de solucionar tanto una mañana aburrida de verano como una lluviosa tarde de invierno. El problema es que, por lo general, para jugar se necesita algo más que un juego y ganas de jugarlo. También se requieren compañeros, y estos no vienen incluidos en la caja. Sin embargo, aquellas personas que no logren engañar a nadie para tirar los dados en compañía –y los hijos únicos– lo tienen cada vez más sencillo: muchos juegos de tablero permiten jugar partidas en solitario igual o más divertidas que con amigos.
El tablero contra ti
En vez de machacar al resto de participantes, en los juegos de mesa colaborativos todos los jugadores tienen un objetivo común y compiten únicamente contra el tablero para ganar –o perder– al unísono. Y como el contrincante es el juego, un solo jugador puede batirse contra él, bien controlando un solo personaje o haciendo el papel de varios personajes simultáneos.
Algunos de los juegos colaborativos más conocidos son Pandemic, en el que los jugadores deben controlar enfermedades que aparecen por todo el planeta; el juego de supervivencia Robinson Crusoe o la serie Arkham Horror Files, inspirada en los Mitos de Chtulhu de Lovecraft. Puede parecer sencillo derrotar a un trozo un trozo de cartón en forma de tablero, pero no lo es: en la mayoría de estos juegos es más común perder que ganar. Y ahí está lo divertido.
Recursos por doquier
El boom que han tenido los juegos de mesa durante los últimos años se debe en gran medida a la popularidad de los eurogames, juegos de escasa narrativa y corta duración donde la mecánica y la estrategia son los elementos fundamentales. Y, entre los eurogames, la tipología más común es la de los juegos de gestión de recursos, donde el jugador debe obtener materias primas que después puede invertir en mejoras que le permitan, a su vez, recolectar más materias primas.
El juego de recursos más conocido es, con mucho, Catán, pero no tiene modo para un jugador (aunque sí su versión de dados). Sí lo tienen otros clásicos del género como Agrícola, Caverna, Le Havre o el novedoso Scythe, de temática retrofuturista.
Series de televisión, en formato cartas
Los living card games (juegos de cartas vivientes) son similares en mecánica a los juegos contra el tablero: el jugador tiene que resolver una misión o historia –en este caso valiéndose de un mazo de cartas– en un determinado número de turnos, mientras el propio juego va poniendo obstáculos a los personajes.
Estos juegos poseen una gran narrativa y, en ocasiones, la historia es más importante que el juego en sí. Funcionan de forma similar a las series de televisión: la caja básica de los juegos posee lo que podría considerarse una "primera temporada", con un número de historias a las que jugar que hacen las veces de capítulos. Cada cierto tiempo, se publican nuevos sets de cartas con más "capítulos". Algunos de los más conocidos son El Señor de los Anillos, Arkham Horror LCG y Pathfinder.
Tú construyes el tablero
Como la mayoría de los juegos de naipes son para más de un jugador, el que quería entretenerse a solas con una baraja acababa haciendo castillos. Hay juegos en solitario en los que, directamente, las cartas sirven para construir: cada naipe es un fragmento de escenario que los jugadores deben ir uniendo.
En algunos juegos estas cartas de escenario sirven solo para construir el tablero en el que jugar (como es el caso de Las Mansiones de la Locura, Zombies!!! o Zombicide), pero hay otros en los que la construcción es el objetivo, como en el caso de Bandido, en el que hay que cerrar todos los pasadizos posibles para que un fugitivo no escape, o Saboteur: el desafío, en el que el jugador debe "cavar" túneles hasta alcanzar las pepitas de oro.
Escape rooms de sobremesa
Una habitación cerrada, un tiempo limitado para resolver enigmas y escapar. Las escape rooms se han popularizado durante los últimos años en nuestro país y tienen también su versión de tablero que, además, tiene una ventaja frente a las escape room físicas: no te mirarán raro si juegas solo.
Muchos de los escape room de sobremesa, como la serie Exit o Escape the Room, incluyen un diagrama de disco en el que pueden alinearse los distintos objetos de la habitación para obtener las soluciones. Otros como Unlock incluyen las respuestas en una aplicación para móvil que debe descargarse antes de comenzar la partida. Si te atascas en este tipo de juegos, aquí van los consejos de un experto para ponerte las cosas más sencillas.
Tú construyes el mazo
Los juegos de construcción de mazos se basan en intentar crear un conjunto de cartas lo más óptimo posible entre todas las disponibles que nos permita alzarnos con la victoria. Aunque la mayoría son para varios jugadores –Dominion tal vez sea el más conocido–, existen algunos que cuentan con un modo para un solo jugador, como Rune Age. También existe un juego de este tipo concebido única y exclusivamente para un solo jugador, Viernes.
Lo probamos por ti
En Vernícolas, los directos de Verne en Facebook, hemos enseñado la mecánica y contenido de algunos de estos juegos. Desde básicos como Bandido o Saboteur a monstruos como Las mansiones de la locura o Pathfinder.