El sismo del 19 de septiembre no solo se caracterizó por su magnitud y sus secuelas, sino por el espíritu solidario que propició entre los mexicanos, especialmente los jóvenes. Miles de voluntarios crearon redes de apoyo para realizar desde labores de rescate en zonas de desastre, recolección y transporte de insumos para damnificados, hasta la verificación de información sobre el sismo que circulaba en redes. En los medios nacionales e internacionales, así como en las redes, se habla de un nuevo despertar de la participación ciudadana que podría trascender del sismo a otros temas sociales.
“Esta red social desplegada en la calle tiene un valor simbólico y político”, comenta a Verne Antonio Martínez, periodista y miembro de Verificado19s, una plataforma de corroboración de información sobre el sismo. “Estamos por tener una junta más general para analizar cómo podemos sumarnos a otros proyectos y otras iniciativas colectivas”.
Verificado19s nació de un grupo de ciudadanos, principalmente de la zona de la Roma y la Condesa, que corrobora y divulga información sobre edificios dañados y colapsados, damnificados y víctimas, así como centros de acopio y donación de materiales y víveres. “Todo lo que se publicaba en Twitter estaba verificado tres veces”, comenta Sandra Barrón, otra miembro de la iniciativa. “No publicamos información sobre donaciones hasta hablar directamente con la persona que lo pide y la persona que lo ofrece”, dice en entrevista telefónica.
La colaboración de la ciudadanía fue fundamental ante una baja respuesta de acción gubernamental, según un análisis de la organización Artículo 19, en donde se detalla que, por ejemplo, en la lista colaborativa rescatecdmx, más del 70% de las fuentes de información sobre personas ingresadas en hospitales provino de fuentes no oficiales.
Carlos Brito, director de incidencia de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) dice a Verne que la reconstrucción de México tras las dos primeras semanas de que ocurrió el terremoto no significa únicamente la construcción de bienes inmuebles, sino de los servicios de acceso público que ofrece la iniciativa privada y los que brinda el Estado de modo directo, como el agua y recolección de basura.
“Debe de haber información que no sea anecdótica: los gobiernos no están llevando un control adecuado de las personas y colonias que tienen afectación en esos servicios. Tener esa información permite saber en qué momento hubo un brote de enfermedad o de violencia, podemos explicar y reparar cosas”, dice Brito vía telefónica.
La plataforma ayudamx.com también compila información verificada sobre recursos de apoyo a la población damnificada. Su creador, Camilo Salazar, espera que esta pueda utilizarse para futuros casos de emergencia y desastres naturales. “Queremos generar una herramienta brinde soluciones de manera rápida y forme vínculos entre la sociedad civil”, dice vía telefónica.
Barrón estima que a través de Verificado19s se creó una red de aproximadamente 1.000 personas, lo que considera un resultado histórico. “Es un nodo gigantesco”, comenta la mexiquense de 32 años. “Antes de hacer una transición y pensar en el futuro tenemos que descansar porque muchos han estado casi 50 horas sin dormir”.
Por lo pronto, ella iniciará una base de datos sobre personas desaparecidas por el sismo y dará seguimiento a los casos, como parte del programa de fellowship Nieman de Harvard. Para Martínez, de Verificado19s, es necesario que también se haga vigilancia y seguimiento de los recursos públicos destinados a la reconstrucción de comunidades y apoyo a damnificados.
Más que acción, reflexión
Varias columnas de opinión y artículos sobre el sismo llegan a una conclusión similar: que el desastre ha creado una nueva ola de activismo y participación ciudadana. Martínez lo considera un diagnóstico errado. “La organización ciudadana ya estaba ahí, ya está organizada en temas como el de la fiscalía que sirva", comenta el periodista de 32 años.
Barrón ha detectado que después de los periodos más críticos tras el sismo, algunos males de la sociedad mexicana han resurgido. “En las redes sociales se ve el troleo, la misoginia, que se ve en las publicaciones sobre mujeres rescatistas”, apunta. La periodista añade que las acciones por el sismo no resolverán por completo la falta de empatía y la poca conciencia cívica.
Ambos miembros de Verificado19s consideran que la movilización social tras el sismo sirve para reflexionar sobre los problemas de raíz. “Una de las lecciones es que realmente no tenemos un plan de emergencia de ningún tipo para estas situaciones”, comenta Barrón. La periodista también cree importante que los ciudadanos asuman responsabilidad sobre la correcta construcción de edificios y exigir al Gobierno que se haga el cumplimiento de normas.
“El sismo puso en evidencia sobre cómo hemos construido la Ciudad”, apunta Barrón. “Al final, una cuidad es un acuerdo entre personas, pero realmente vivimos como desconocidos. Muchos de los que estaban en los centros de acopio ni siquiera eran vecinos de la zona. La gente no conoce las vías rápidas en sus propios barrios. Estamos enfocados en el capital, en lo individualista, que no permite la creación de una comunidad. Debemos empezar por lo más básico”.
Ya que estás aquí...
El sismo de magnitud 7,1 ocurrido en México el 19 de septiembre dejó un saldo de por los menos 330 muertos.
… Miles de voluntarios se han unido a los esfuerzos para rescatar a las personas atrapadas entre los escombros que dejó el sismo en México y llevar insumos a los necesitados.
... Alrededor de 24.000 habitantes de Ciudad de México han sido atendidos en albergues desde el terremoto, según ha informado el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
... Aún no existe una cifra oficial total de edificios inhabitables. Solo en la Ciudad de México se han examinado más de 7.649 inmuebles, de los cuales 1.000 no están en condiciones de ser habitados.
… Jojutla (Morelos), el municipio más cercano al epicentro del sismo, es también una de las zonas más afectadas.
... Se han instalado cientos de centros de acopio en la capital, que todavía solicitan productos básicos como medicinas y alimentos.