La decisión de Twitter de doblar el límite de caracteres hasta los 280 ha sido, por lo general, bien recibida, más allá de las quejas habituales ante los cambios. A fin de cuentas, permitirá no preocuparse tanto por la extensión. Pero también tiene sus riesgos. Si no nos andamos con ojo, podemos convertirnos en uno de estos seis perfiles candidatos al unfollow, al mute y, en casos extremos, al block.
1. El político verborreico. Los políticos ya son bastante pesados en Twitter. Con 280 caracteres y en campaña electoral podrían llegar a provocarnos ganas de tirar el móvil a un río. Han sido de los primeros en poner en práctica todos los métodos para ocupar más espacio en tu timeline: párrafos, emojis, fotos… Mención aparte merece Donald Trump, que con 280 caracteres tiene el doble de espacio para insultar, amenazar a Corea del Norte o, simplemente, enumerar cosas que le parecen “so sad”.
Preparándome para dar una conferencia importante en la Asamblea Nacional aquí en Corea del Sur… etcétera, etcétera, madre mía, es imposible llegar al final, esto es larguísimo.
2. Los que escriben hilos. El éxito innegable de los hilos demuestra que tienen su público, a pesar de las quejas de muchos. Permiten explicar una historia, a veces incluso en directo, y ahora mismo pueden alcanzar mucha más repercusión que un texto publicado en un blog. Es más, hilos como el de Manuel Bartual solo podrían haber funcionado como hilos, en el contexto de esta red social. Sin embargo, intentar leer decenas de tuits de 280 caracteres puede convertirse en un suplicio. El grito de hastío ya no será “ábrete un blog”, sino “escríbete un libro y preséntalo al premio Anagrama de ensayo".
No olvidemos que algunos, como el escritor Nicholas Carr, sugieren desde hace años que no podemos prestar tanta atención continuada como antes por culpa de internet y de las redes sociales. Es decir, si esto es cierto, Twitter ha hecho que nos sea cada vez más difícil leer los hilos de Twitter.
3. El que cree que es obligatorio llegar a los 280 caracteres. Recordemos que ahora podemos escribir un tuit el doble de largo, pero no es obligatorio. Podemos seguir enviando mensajes de 140 caracteres. Incluso de menos. No va a venir la policía de Twitter a casa a arrestarnos.
-Oiga, que ese tuit solo tiene 81 caracteres.
-¿Y?
-Hombre, es un desperdicio. Muchos tuiteros lucharon durante años para conseguir este derecho. Habrá que ejercerlo.
-Pero…
-No, nada de pero. Diga “sin embargo”, que ocupa más.
Aquí también habría que mencionar a los que hacen tuits de 280 caracteres solo para demostrar que pueden escribir 280 caracteres. Ya pasó, ya podemos todos. Uno de estos es lo normal, claro, hace ilusión, pero ahora hay que esperar a que lleguen los 560 para volver a hacer algo así.
4. Los que van a fastidiar. Si ya eran molestos los tuits con un carácter por línea, da miedo pensar lo que puede pasar a partir de ahora. ¡Todo esto podría llegar a ser dos veces peor, si las matemáticas no me fallan!
¿Has visto lo que has hecho, @jack? (Jack Dorsey es el CEO y cofundador de Twitter).
5. Los quejicas. Los cambios siempre generan resistencia. Hasta hace unos años los lamentos ante nuevos diseños y funcionalidades eran para Facebook, pero últimamente se dirigen especialmente a Twitter: no gustó que se cambiara la estrella por un corazón, tampoco gustó que se comenzara a aplicar un algoritmo que mostraba algunos tuits relevantes y no gustaron nada los cambios de diseño de hace tres años que, según muchos, hacían que Twitter se pareciera cada vez más a Facebook.
Ahora le toca el turno a los 280 caracteres. Los más apocalípticos lamentan la decisión: "¿Qué hay del noble y certero arte del aforismo? -braman con el puño alzado y lágrimas en los ojos-. ¿Es que ya nadie es capaz de apreciar que lo bueno si breve, dos veces bueno?". Muchos de estos acostumbran a quejarse usando más de 140 caracteres, lo que indica que es probable que todo esto se haya olvidado en unas semanas. Además, 280 caracteres solo son dos tuits. Tampoco hay que ponerse dramático.
6. Las marcas ahora tienen el doble de espacio para hacer publicidad. Y no solo las marcas: las cuentas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil ya están aprovechando los 280 caracteres para ponerse la gorra del revés y recordar a los jóvenes que ser chungo no mola nada, troncos. La ley es cool, choca esos cinco.
Los medios de comunicación no nos vamos a quedar atrás en todo esto. Vamos a poner el primer párrafo de cada noticia ENTERO y luego el enlace con foto. Y haremos retuit a los hilos de los periodistas. Y todo con etiquetas. Y emojis. Y un señor con un megáfono te seguirá por la calle, diciendo: "¡LEE VERNE! ¡LEE VERNE! ¡LEE VERNE!".