Da igual lo mal o buen estudiante que se haya sido, siempre hay algún profesor al que se recuerda con nostalgia y una sonrisa. Más allá de las enseñanzas del programa educativo, lo que evoca la memoria son los valores que inculcaban, la pasión que transmitían en sus clases, la motivación con la que lograron superar el curso y conseguir que sus alumnos les siguiesen.
La calidad educativa de estos docentes supera las aulas y marca la vida de las personas con las que se cruzan, en algunos casos, determinando su futuro. Javier Calvo, David Broncano Adelita Power y Manuel Bartual recuerdan al profesor que les marcó para apoyar la campaña #TopProfe de EL PAÍS de los Estudiantes, que revaloriza la labor de los docentes.
Javier Calvo, actor
Se puede decir que a Javier Calvo un profesor le cambió la vida. Daniel Monterroso, docente de teatro en Las Rozas (Madrid) le enseñó "casi todo" lo que sabe de actuar. Cuando Calvo tenía 10 años, Monterroso vislumbró en él un talento particular para la interpretación y lo invitó a participar en su compañía teatral. Un año tras otro Calvo participó en la obra que el grupo representaba en el municipio.
"En el cole yo no lo pasaba bien y cuando, cada año, iba a hacer esa obra, sentía que me salvaba un poco. Encima, de repente, sentía que en el pueblo me admiraban porque me venían a ver y no se metían conmigo y era un momento muy feliz para mí", recuerda Calvo. El actor reconoce en su trabajo la impronta de Monterroso, la pasión que este le inculcó e incluso asegura que le debe parte del humor del que hace gala. Cuenta que recientemente le pidió consejo para encarar su faceta como profesor de la Academia de Operación Triunfo y revela que le dio algunos ejercicios prácticos, especialmente de improvisación.
David Broncano, humorista
Broncano aprendió en tercero y cuarto de la ESO las ecuaciones y las inecuaciones. Unos cuantos años después, asegura que estas últimas le siguen gustando. Quien se las explicó fue la docente Isabel Aguilera.
David Broncano. FOTO: BERNARDO PÉREZ
"Me enseñó que las matemáticas están guay y me influyó bastante porque aparte es mi madre. Esto es real", ríe el humorista y presentador. Subraya que si ya es difícil que te caiga bien una profesora de matemáticas en el instituto, "si además es tu madre y consigue que te siga gustando el tema, es que lo hace bien la mujer". Broncano envía "un beso a todos los profesores" porque son "contingentes" y "necesarios".
Abigail Frías / Adelita Power, youtuber
Abigail Frías y su álter ego Adelita Power son "más de ciencias que de letras". Power argumenta que porque son "más cezys" y lo de ser poeta, pues ya lo lleva dentro. En sus años de instituto les encantaba la biología, pero "todo cambió un año que trajeron a un profesor que explicaba fatal". Las quejas de los alumnos y el hecho de que el docente fuese un sustituto hizo que pronto volviera su "salvadora", la profesora titular.
Abigail Frías / YouTube
"Si ya me gustaba biología desde antes, con ella fue enamorarme de esa asignatura. Explicaba tan bien, se le notaba tanto que le encantaba enseñar, volví a sacar sobresalientes y esta profesora me enseñó muchísimo de la vida, tanto en el aspecto científico como en el personal", recuerda Frías. Adelita Power añade que "hablaba con tanto amor de su asignatura que parecía que en otra vida fue un mineral". Ambas agradecen su trabajo, gracias al cual consiguieron recuperar sus buenas notas.
Manuel Bartual, dibujante
Bartual estudió Diseño Gráfico en Valencia y fue allí donde conoció a Juan Mazorriaga, que impartía dibujo, pero además le enseñó a creer en sí mismo. "Era de esos pocos profesores que se fijaba de verdad qué estaba haciendo el alumno y hasta donde podía llegar", relata.
Un día les mostró tres prismas (cubo, cilindro y pirámide) para que, desde los diferentes puntos de vista de la clase, el alumnado los dibujase. "Para los que ya hacíamos cómic era muy fácil resolver aquello, pero él tenía un ojo especial y cuando le llevé el ejercicio me dijo (sin saber que yo ya hacía cómics) tú dibujas cómic, déjate de ver prismas y sal a dibujar la escuela. Se me quedó grabado", recuerda el artista.
Bartual aprecia que este profesor no se conformara con en obtener de él lo establecido por el sistema educativo y lo impulsase a explotar su potencial. "Un buen profesor es el que verdaderamente se fija en el alumno, comprende qué nivel tiene y hasta dónde puede llegar y le exige más, no se conforma con lo elemental", concluye.