Arya -como una de las protagonistas de Juego de Tronos- se conviritó en 2016 en uno de los 200 nombres más populares de recién nacidas en Reino Unido. Los padres y madres decidieron ponerles ese nombre a 300 niñas en Inglaterra y Gales, y los de otras 69 optaron por Khalesi.
En Buenos Aires las cifras son de momento anecdóticas, pero apuntan un fenómeno similar al hilo del éxito de La casa de papel, la serie de habla no inglesa más vista en la historia de Netflix. Sus actores se han convertido en estrellas de Instagram: Alba Flores, 'Nairobi' en la serie, pasó de 150.000 a 1,6 millones de seguidores en tres meses.
El diario argentino Clarín ha publicado que en las oficinas del Registro Civil de Buenos Aires se percibe un "boom" de consultas sobre si es posible poner nombres de ciudades como los que usan los atracadores de la serie. El director del Registro Civil, Mariano Cordeiro, no concreta el número de consultas pero ha indicado al citado periódico que en las últimas semanas "fueron muchísimas las consultas para saber si pueden ponerles los nombres de los personajes. No sé si luego se materializarán en bebés anotados así, pero no hay antecedentes de tantas consultas en tan poco tiempo".
Nairobi (dos veces) y los de otros dos personajes -Berlín y Río, una vez cada uno- han sido registrados como nombres de bebés en las últimas semanas. Entre 1922 y 2015 sólo inscribieron tres personas con el nombre Nairobi, 36 con Rio y 11 con Berlín. De ahí la asociación al éxito de la serie.
En Twitter ha llamado la atención la publicación de artículo de Clarín, con algunos usuarios comentando lo bonitos que le parecen nombres como Nairobi y con otros que no entienden este tipo de modas.
Pero hay que ponerse en el papel de padres cuando no tienen claro qué nombre ponerle a sus bebés:
El mismo efecto de Juego de Tronos -que se nota también ya en países como España, con 201 Aryas y 41 Daenerys menores de tres años- o el que pueda llegar a tener La casa de papel lo han tenido en ocasiones con músicos, nombres de canciones, deportistas u otros personajes famosos. En España, por ejemplo, hay 615 Shakiras (edad media de 12,2 años) y 440 niñas son Letizias, con z como la reina (edad media, 16 años). En la década pasada, Chenoa pasó de 0 a 265. Otros casos de en España: los músicos Ana Belén y Victor Manuel, la canción Noelia o Leo (por Messi) e Iker (por Casillas) en cuanto a futbolistas, como explicamos en este reportaje.
Sin embargo, en el atípico manual de economía Freakonomics, los autores del libro ponen en duda que los padres suelan escoger nombres de famosos para sus bebés y apuntan a un componente aspiracional (familias que escogen para sus hijos los nombres que oyen de familias más acomodadas) y que esos nombres, una vez alcanzado un pico, comienzan a decrecer en frecuencia, creando así la moda de ciertos nombres. Y ponen como ejemplo a Britney Spears: ella era otra Britney que seguía esta moda y no la que marcó esta tendencia. De haber nacido antes, quizás se habría llamado Jennifer. Un caso similar en España podría ser el del piloto Marc Márquez, nacido en 1993, es consecuencia de la moda de los Marc en Catalunya y no al revés.
Como contraejemplo, los autores recuerdan las pocas niñas bautizadas como Madonna en los años 80 o 90. Es decir, que otros fenómenos como los de estas series no pasarían de anécdotas, sin llegar a convertirse en tendencia.