Pedro Sánchez acudió a su primer encuentro con países de la Comisión Europea este domingo. Desde la cuenta oficial de Twitter de La Moncloa han publicado una serie de imágenes sobre el viaje y una de ellas ha llamado especialmente la atención en redes sociales: sentado en el Falcon, el avión presidencial, y mirando con gafas de sol puestas al diplomático José Manuel Albares, su consejero de Política Internacional.
La foto de las gafas de sol dentro del avión ha sido objeto de bromas -que si postureo, que si Top Gun...- pero también de análisis político, con referencias a la estrategia de imagen de Obama o la que marcó John F. Kennedy. Las imágenes publicadas en la cuenta @desdelamoncloa aparecen también en la galería de la web lamoncloa.gob.es firmadas como Pool, en referencia al conjunto de fotos que se distribuyen a todos los medios cuando un solo fotógrafo (o unos pocos) tiene acceso a un acto.
El experto en estrategia institucional y exdirector de la Cámara de Comercio España-Estados Unidos, Antonio Camuñas, ha rescatado en un hilo en Twitter una foto muy similar tomada a Kennedy. “Fue el primero en utilizar imágenes con un potente mensaje político, introdujo el factor de la familia y la cercanía y también el de la carga del cargo y la responsabilidad”, explica Camuñas a Verne, en conversación telefónica. “Es lo que busca Sánchez también con estas fotos, hasta ahora no se había hecho algo así en España”, opina.
Sánchez no lleva el tiempo suficiente en el Gobierno para que los expertos en comunicación política que hemos consultado puedan sacar conclusiones de su estrategia de imagen, pero todos destacan que parece seguir la línea de otros mandatarios como Obama o el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
“En otras culturas políticas hay mayor conciencia de la importancia de la fotografía como herramienta de comunicación política”, cuenta a Verne el analista político Antoni Gutiérrez-Rubí. Y añade: “En España hay grandes profesionales, pero la comunicación política con fotos se ha utilizado poco. Estas imágenes de Sánchez son las primeras con esa intención de perdurabilidad, de icono, y desde el punto vista político están muy bien realizadas”.
Pedro Sánchez “se sabe guapo y está tratando de aprovecharlo, pero puede ser peligroso”, señala Toñi Jara, profesora universitaria de asesoría de imagen personal y empresarial en la Universidad Católica de Murcia e Instituto42. “Por un lado, imágenes como estas pueden acercarlo a su electorado porque pretenden mostrar intimidad y cercanía, pero por otro, que en esas imágenes que pretenden ser cercanas aparezca tan sobreactuado, tan perfecto, puede provocar el efecto contrario. No sé si el votante del PSOE se siente identificado con esta imagen”, agrega.
El gran ejemplo contemporáneo a seguir en fotografía política es Pete Souza, que retrató el día a día de Barack Obama durante su mandato al frente de la Casa Blanca. “Era alguien cercano al presidente, con libertad y autoridad para actuar y mostrar su intimidad y la humanidad como elementos comunicativos”, señala Gutiérrez-Rubí.
La estrategia de Obama siempre tuvo muy presente el impacto en redes sociales. Y, para ello, las imágenes de Souza fueron cruciales, porque permitían mostrar una imagen oficial pero también cercana del presidente. La imagen perfectamente medida de la Situation Room de la Casa Blanca durante la operación que acabó con Bin Laden o la de Obama jugando con un niño disfrazado de Spiderman, por ejemplo, son parte de esa estrategia. La imagen de Obama y su esposa abrazándose después de la reelección junto con el mensaje “4 años más” fue durante mucho tiempo el tuit más retuiteado de la historia. Todas ellas, además, fueron fotografías usadas por medios de comunicación.
“Estas fotos se consiguen en unas condiciones que no son las que se conseguirían en el ámbito puramente periodístico: son imágenes que, por cercanía y ángulo, son difíciles de conseguir. Por eso estas imágenes políticas juegan a enseñar algo que ningún fotógrafo puede tener, por lo que pertenecen al ámbito de la comunicación política y no del periodismo”, destaca Guiérrez-Rubí.
Y luego están los memes. “Son una forma de hacer popular y noticiosa una imagen que, de otro modo, tal vez no lo sería”, añade este analista. Aunque Jara matiza: “Respecto a la intención de meme, hay que tener en cuenta que hay una diferencia muy importante entre Sánchez y Obama: la sonrisa. En las imágenes que se replicaban de Obama siempre aparecía sonriendo, y su sonrisa tenía muchísima fuerza. Sánchez rara vez sonríe en las fotos porque su sonrisa parece muy irónica”.
Cómo lo hacen otros mandatarios
Como Obama, otros líderes internacionales han apostado por tener a fotógrafos profesionales pisándoles los talones para captar esos momentos -casi nunca casuales, no nos engañemos - que muchas veces se popularizan en redes. Adam Scotti viaja con Justin Trudeau e igual le fotografía en una marcha del Orgullo Gay o abrazando osos panda que en la cumbre del G7 durante un enfrentamiento entre Merkel y Trump.
Lo mismo ocurre con el presidente francés Emmanuel Macron, al que fotografía Soazig de la Moissonnière, casi siempre en blanco y negro y con un claro punto de vista artístico. Muchas de las imágenes pertenecen al ámbito de la vida privada del presidente (la primera dama Brigitte Macron aparece en muchas de ellas) y están colgadas en redes como Instagram.
El detalle de las gafas
En este caso, el detalle crucial han sido las gafas dentro de un avión. “Es posible que si esas fotografías se hubieran tomando sin las gafas de sol no hubiéramos hablado de ella, pero no podemos saber si era esa su intencionalidad”, comenta Gutiérrez-Rubí. Estos son algunos de los mejores tuits que ha dado esta imagen: