El mito de la cuarentena: una mujer necesita mucho más tiempo para recuperarse del parto

El posparto es, para muchas madres, una etapa más larga que el embarazo

Una madre con su bebé recién nacido

La foto frente al espejo días después de dar a luz se ha convertido en toda una tradición de las madres de revista que no dudan en mostrar al mundo lo felices que son y el cuerpazo que aún tienen. Vamos a tirar del refranero español para referirnos a este fenómeno: no es oro todo lo que reluce. Y si eres una mujer normal y corriente, esos días no relucirá nada más que tu pelo, que ha perdido todas las propiedades de antes del embarazo y ahora es graso. Seguramente salgas del hospital conduciendo un carrito pero aún con la tripa hinchada, manchas en la cara, las hormonas revolucionadas y un cuerpo que no reconoces como tuyo. El posparto, el periodo que se extiende hasta un año después de tener un hijo y no solo durante 40 días, es tan poco apetecible como natural.

El cambio físico después de parir es evidente. La ginecóloga y obstetra Amira Alkourdi asegura que aún hay madres que creen que saldrán por la puerta del hospital pesando como antes del embarazo y con la tripa plana: “Y nada más lejos de la realidad: nuestro abdomen sale casi igual que si aún estuviese el bebé dentro”. Otro de los trastornos más comunes es el del suelo pélvico. Al estar más débiles los ligamentos y los músculos pélvicos, la vejiga, la uretra, el intestino delgado, el recto y la vagina pueden descender.

Las expertas aseguran que el buen estado de forma física antes de dar a luz es crucial para el embarazo, el momento del parto y la recuperación tras el mismo. Por ejemplo, contar con una buena tonicidad de la musculatura del suelo pélvico evita problemas de incontinencia, los prolapsos y permite disfrutar más del sexo una vez pasada la cuarentena.

La presentadora Tania Llasera reivindicó un posparto natural con esta publicación después de tener a su primer hijo: “Hoy hace 7 semanas que después de 28 horas de parto provocado, me hicieron una cesárea y sacaron a lo más bonito del mundo para mí, y os seré honesta, así está mi cuerpo hoy, parece que sigo embarazada”.

Durante esos 40 días las mujeres comienzan a ver cómo algunas partes de su cuerpo vuelven al estado preparto, pero la transformación no ha hecho más que empezar y puede alargarse hasta un año. Las pérdidas de sangre, las hemorroides, los cambios en la piel, el aumento del pecho o la fatiga son algunos de los compañeros de viaje en los meses que siguen al parto.

La vicepresidenta de la Asociación de Matronas de Madrid, Maite Villar, cuenta a Verne que el estado endocrinológico y nutricional de la mujer que está lactando es muy distinto al de la gestación y al previo al embarazo, y no se restablece la normalidad hasta que pasan “unos seis meses desde que se termina la lactancia”.

Pero no todo es el cuerpo de la mujer, también los cambios emocionales y psicológicos son fundamentales a la hora de hacer frente a la etapa posparto. En los primeros días es normal sentir tristeza, irritabilidad, cambios en el apetito, no conseguir dormir como te gustaría e, incluso, tener sentimiento de inutilidad. Este estado de ánimo, que en inglés se conoce como maternity blues, gana en realismo con la traducción al castellano: disforia posparto o síndrome del tercer día.

Si estos síntomas perduran en el tiempo puede que exista una depresión postparto, un trastorno que padecen una de cada seis mujeres que dan a luz, según la OMS. “Las demandas del bebé son muchas y entran en conflicto con las necesidades de la mujer y su deseo de ‘cumplir’ con su función maternal. Cambian las expectativas, las prioridades e incluso el rol con la pareja“, explica Villar.

La hora de regresar al trabajo

Las mujeres españolas tienen 16 semanas para recuperarse del parto y volver al trabajo (dos semanas más por cada hijo, a partir del segundo, si se trata de un embarazo múltiple). En los cuatro meses de la baja por maternidad, que también se concede en caso de adopción, tutela o acogimiento, la madre debe recuperarse física y psicológicamente, conocer y acoplarse a su hijo y sobreponerse al cansancio que supone esos nuevos hábitos y la lactancia, en el caso de que esta se diera. “En conclusión, la mujer se reincorpora al mundo laboral peor de como se fue”, afirma la ginecóloga.

España, como vemos en el siguiente gráfico, está a la cola de permisos de maternidad de Europa, en el grupo de los países que tienen de 14 a 26 semanas, mientras que el resto del continente cuenta con más de 26 semanas de baja maternal. La matrona Villar cree que la incorporación más tardía de la mujer al trabajo sería beneficioso para su salud y que fomentar medidas como la creación de guarderías en los centros de trabajo o cerca de ellos impulsaría la conciliación.

Permiso de madres en el mundo.

Alkourdi resalta que en la baja por maternidad la mujer no solo alimenta a su hijo. El cansancio que el posparto produce en la madre es tal que el bebé necesita que su padre también esté de baja para cuidarlo. Los padres españoles ya cuentan con cinco semanas de baja por paternidad, todo un avance si tenemos en cuenta que hasta enero de 2017 solo tenían dos, el mismo tiempo del que dispones si te casas, y que aún existen en el mundo casi un centenar de países sin este derecho. El Congreso aceptó este verano, a petición de Unidos Podemos, debatir sobre los permisos de paternidad iguales.

Permiso de padres en el mundo.