Nueva York no es el hábitat natural del pato mandarín, pero uno de estos animales ha aparecido en Central Park. Es más colorido que los patos que se suelen ver en esta ciudad de Estados Unidos, parecidos a los de España. Y, claro, como si Central Park no tuviera suficientes estampas para Instagram, ahora aparece esta ave.
A medida que el mundo continúa desmoronándose, las multitudes se reúnen para ver al soltero más elegible de Nueva York.
Este pato mandarín es el héroe que necesitamos, pero no el que merecemos.
Los tuits anteriores muestran el interés que ha despertado el pato mandarín, con muchas personas buscándole para hacerle fotos. Los últimos resultados de la etiqueta en inglés #MandarinDuck muestran muchas fotografías del pato en Twitter e Instagram (puedes ver algunas de esas imágenes fotos al final del artículo). La historia de este pato neoyorquino ha aparecido en The New York Times y en las televisiones más importantes de EE UU. La oficina del alcalde de la ciudad le ha dado la bienvenida en Twitter: "Tenemos un nuevo vecino en Central Park".
¿Y cómo ha llegado al icónico parque? No se sabe. Las primeras imágenes del pato que han circulado en redes sociales fueron grabadas el 10 de octubre y compartidas el 11 por una cuenta especializada en el avistamiento de aves en Central Park.
El recién llegado pato mandarín macho al estanque de Central Park (todavía no sabemos de dónde ha salido) ha ganado el Pato de Madera al pato más bonito del parque. Gus Keri nos trae este vídeo de cerca
The New York Times habla en su artículo con David Barrett, el experto en aves que gestiona esta cuenta de Twitter. Tiene tres teorías sobre el origen de este pato mandarín: ha salido de un zoológico local, estaba en cautividad en una ciudad cercana o se le ha escapado a un particular. Al menos la primera está descartada, ya que los principales zoológicos de Nueva York han confirmado que no ha escapado de sus instalaciones.
El famoso pato mandarín de Nueva York fue visto hoy en una nueva ubicación: el Turtle Pond de Central Park. Por favor, recuerde disfrutar de nuestro nuevo amigo a distancia y no le alimente a él ni a ninguna otro animal de Nueva York.
Central Park no tiene intención de expulsar al pato. Es más, como explica un responsable del departamento de parques de Nueva York en el mismo artículo, el pato mandarín parece estar sano e incluso se ha integrado entre el resto de patos. Según Barrett, el pato puede sobrevivir en Central Park mientras "haya agua abierta" en la que pueda comer insectos y plantas. En este vídeo de la cuenta de Facebook del departamento de parques de Nueva York también puedes ver al pato.
"Aunque resulte emocionante ver a un pájaro tan raro en la ciudad, los neoyorquinos deben darle espacio y no molestarle", indica un portavoz del mismo departamento a The Cut. De momento, el pato no tiene nombre, pero algunas personas se refieren a él en redes sociales como "the hot duck" (el pato atractivo).
Este tipo de animal es autóctono del este de Asia, pero también se puede encontrar en otras zonas del mundo. Como explica SEO Bird Life en su web, organización especializada en ornitología, "además de esta población autóctona, existe otra importante asilvestrada en Gran Bretaña -que alcanza ya una cierta importancia, con varios miles de individuos- y núcleos menores en diversos países de Europa central, que proceden de sueltas y escapes de animales cautivos ocurridas a lo largo del siglo XX". Algunos usuarios británicos de Instagram han indicado que ellos no se sorprenden tanto por un pato mandarín.
Pato mandarín, pero en la reserva Cheddar (Somerset, Reino Unido) en vez de en Central Park.
También ha sido avistado en el norte de España, pero de forma puntual: "Aunque siempre quepa la posibilidad de escapes locales de aves cautivas, muchas observaciones españolas, en particular las que se producen en pleno invierno y en el norte de la Península, deben corresponder a aves llegadas desde Europa".
A continuación puedes ver más imágenes del pato mandarín de Central Park.
Visualiza el resto de imágenes del álbum para ver, otra vez, la cantidad de personas que acuden a ver al pato