Austyn Tester tiene 16 años, una cara bonita que le permite sumar unos cuantos miles de followers en sus redes sociales y unas perspectivas de futuro dudosas. Vive en un hogar desestructurado en una zona rural de Tennessee (Estados Unidos). Pero, cuando activa la cámara para conectar en directo con sus seguidoras, repite como una letanía: "Que nada te impida perseguir tus sueños". Su popularidad virtual le genera un cheque semanal de 46 dólares (41 euros) y sueña con la fórmula que le haga ganar unos 100 dólares al día.
A través de su ejemplo y del contraste entre su vida analógica y la digital, Liza Mandelup se cuela en el ecosistema de las redes sociales para adolescentes en el documental Guapos de Instagram, estrenado durante el Festival de Sundance 2019 y que en España podrá verse a partir del 27 de octubre en Movistar+.
"Empecé rodando una película sobre un chico que busca la fama y me encontré con un tema que, en ese momento (el año 2017), ni siquiera tenía nombre: la cultura de la positividad. Ahora se nos impone a jóvenes y adultos la obligación de ser felices o, al menos, parecerlo", dice a Verne la directora por teléfono desde Los Ángeles.
Uno de los directos de Tester con sus seguidores
Como cineasta y colaboradora habitual de Vogue y Dazed, Mandelup encuentra en este nuevo mundo en internet los mismos mensajes que Hollywood y las revistas de tendencias llevan años enviando: la obsesión por la fama, el dinero y una idea poco realista de la belleza. "La diferencia es que, ahora, esos mensajes se lanzan con un nuevo envoltorio y en un contexto algo más peligroso: te dicen que no necesitas un talento específico para tener éxito. Aunque eso no quiere decir que el mundo de los influencers sea el problema; es solo el síntoma de algo más grande", defiende.
Para rentabilizar su pequeño negocio, Austyn cuelga fotos sin camiseta y organiza encuentros en centros comerciales con admiradoras de entre 11 y 16 años. Les dedica abrazos y sonrisas e incluso flirtea con ellas. Hasta que un agente de talentos virtuales contacta con él. Le invita a que deje el instituto para formar parte de una gira conjunta con otras jóvenes estrellas virtuales. No firman discos, ni actúan sobre un escenario, solo tienen que hacerse fotos y charlar con chicas que han pagado hasta 200 dólares por forzar un encuentro con su amor platónico.
"Antes, ser una estrella era algo reservado para unos pocos. Pero aparecen nuevas plataformas (YouNow, Tik Tok y la propia Instagram forman parte de la película) y, como el wifi está al alcance de nuestra mano, empezamos a creer que hay sitio para todos", comenta Mandelup. El retrato de Guapos de Instagram lo es también de esa generación perdida que empieza a pensar que una formación académica no garantiza un futuro.
Tras pasar meses grabando a influencers, encontró en Tester al protagonista de su historia, "al ser una persona todavía no intoxicada" por una industria a menudo controlada por profesionales no mucho mayores que sus talentos adolescentes.
En la película, la neoyorquina también sigue los pasos de Michael Weist, un agente de solo 21 años que vive en Los Ángeles y mide la valía de sus representados en función del número de reacciones que generan en redes. "Las redes sociales son la nueva Fiebre del Oro", dice a la cámara con precoz cinismo.
El veinteañero Michael Weist tiene su propio negocio de representación de artistas de Instagram
Al otro lado, se encuentran esas adolescentes consumidoras de un tipo de redes sociales "que toman en cuenta sus sentimientos, les ayudan a lidiar con ellos y les hacen sentir que importan". Y este negocio virtual sirve de parche para los problemas que la sociedad no sabe resolver. El acoso escolar y el aislamiento son las respuestas más comunes de muchas de estas chicas cuando se les pregunta por qué chicos como Austyn les hacen sentir bien.
"Cuando yo tenía su edad, estaba obsesionada con Leonardo DiCaprio, pero no había forma de acceder a él. Así que no me quedaba otra opción que seguir con mi vida. Si hubiera tenido la oportunidad de escribirle, saber de su día a día y el de su familia o conocerle en persona... quizá hubiera hecho lo mismo que ellas", admite la directora del documental.
Guapos de Instagram analiza las razones por las que los adolescentes se enchanchan a los influencers