Tulio Triviño y Juan Carlos Bodoque no son nombres de personas reales y sin embargo, muchos de los seguidores del programa infantil 31 minutos los consideran dos de los periodistas más conocidos de Chile.
El programa emitido en 2003 en la Televisión Nacional Chilena surgió como una parodia del informativo de los últimos años de la dictadura de Pinochet, 60 minutos. La serie, protagonizada por un grupo de marionetas, mostraba la realidad social de Chile en forma de noticiero. Durante la década del 2000 también fue emitido en México, Argentina, Uruguay, Colombia, Venezuela, El Salvador y España.
Creado por Pedro Peirano y Álvaro Díaz, quienes dan vida y voz a dos de los protagonistas del show, explicaban en 2008 durante una gira en México que 31 minutos era un "puente entre la educación infantil y el entretenimiento para adultos". Con humor blanco que roza el absurdo, la serie chilena tocó de manera sutil las protestas que están sucediendo contra el Gobierno de Sebastián Piñera después de que el ejecutivo anunciara un alza en las tarifas del transporte público y estableciera el toque de queda en el país. En el perfil del programa en Facebook se publicó un video en el que aparece el personaje Calcetín con rombos man junto al hashtag #Noestamosenguerra. "Todo niño tiene derecho a expresarse libremente, a ser escuchado y a que su opinión sea tomada en cuenta", dice la marioneta.
Este y otros videos cortos han aparecido en las redes de 31 minutos como apoyo a las manifestaciones de la sociedad en la calle. "31 minutos tiene el respaldo de la gente, para la gente de la calle el programa sigue siendo un referente aunque ya no se emita en la televisión pública", dice desde Santiago de Chile Carolina Alvarado Feldman, traductora y profesora de idiomas.
"Me parece muy válida esta forma de protestar que complementa a otros frentes que piden, entre otras cosas, reformas al sistema educativo, provisión del agua y cambios en el sistema de pensiones además de la renuncia de Piñera", dice Alvarado quien ha participado en las manifestaciones desde el pasado 18 de octubre y donde han muerto más de una decena de personas. "Los reclamos del pueblo chileno no solo tienen que ver con la tarifa del transporte sino con los derechos básicos y la privatización del agua, la educación o la mala calidad del sistema de salud. Aunque el presidente haya pedido perdón la gente no va a parar de protestar. Piñera demostró que su visión está muy alejada de la visión del pueblo chileno", explica la profesora.
En esta línea, 31 minutos también criticó las acciones de Sebastián Piñera quién afirmó que el país estaba "en guerra". Durante las protestas y la crisis en el país, la prensa chilena publicó imágenes del presidente cenando en una pizzería de Vitacura, uno de los barrios más adinerados de Santiago, lo que generó mayor malestar entre la población.
Admiradores de 31 minutos han encontrado en su forma de hacer crítica desde el humor la forma de enseñar lo que estaba pasando en las calles el pasado 20 de octubre. El vídeo de la marioneta de Juan Carlos Bodoque en medio de un cacerolazo ha tenido más de 1.300 'me gusta'. "Evadir, no pagar. Otra forma de luchar".