La caída del muro de Berlín dio para mucho. Y no en sentido metafórico: el muro medía unos 155 kilómetros en total y estaba formado por más de 40.000 bloques de hormigón de 1,2 metros de ancho y 3,6 metros de alto. Así que su demolición dejó muchos escombros y algunos de ellos viajaron por el mundo. 25 años después de aquel histórico 9 de noviembre de 1989, si Berlín te pilla muy lejos puedes acercarte a cualquiera de estos lugares - algunos muy raros - en los que también podrás encontrar un pedazo de historia.
Las gasolineras suelen ser lugares un poco hostiles. Pero si vas de Pamplona a San Sebastián (o viceversa) por la Ap-15, igual merece la pena parar en la estación de servicio de Zuasti, a la altura del kilómetro 102, donde hay un panel del Muro. Lleva allí desde 1991, pasando desapercibido para muchos de los conductores, y forma parte del Monumento a la Libertad que promovió el filósofo y antropólogo navarro José Antonio Jaúregui. A los pies del bloque de hormigón puede leerse una frase de Salvador de Madariaga: “El camino hacia la paz en Europa debe pavimentarse con piedras arrancadas al Muro de Berlín".
2. El baño de hombres de un casino de Las Vegas
3. Torrejón de Ardoz
Compré 8 segmentos del Muro de Berlín para la revista Tribuna,Parque de Berlín en Madrid y Zuasti, Autopistas Navarra http://t.co/X9l9MoWOhi
— Manuel Romero (@mromeromunoz) noviembre 6, 2014
Os juro que con la Superpop regalaron un trozo del muro de Berlín con certificado de autenticidad. pic.twitter.com/o3xwwE10Yj
— Yo fuí a EGB (@YofuiaEGB) abril 1, 2014
4. En el jardín del Papa
Entre las obras que se pueden encontrar al pasear por los jardines Vaticanos está un trozo de muro que le regalaron al papa Juan Pablo II.
5. El parque de Berlín de Madrid
En la fuente principal de este lugar hay tres paneles del muro por los que el Ayuntamiento de Madrid pagó nueve millones de pesetas. Cuando los adquirieron, pareció que llevarlos a un parque con el nombre de la capital alemana - que había sido inaugurado dos décadas antes - era la mejor idea. Cuenta la leyenda que un empleado municipal intentó limpiarlas antes de la inauguración y casi se carga los graffitis originales.
6. Un colegio de México
El jardín del colegio alemán Alexander Von Humboldt de la capital mexicana también guarda un pedazo.
7. Una casa de Ibiza
Poco se sabe del propietario de esta casa, en cuyo interior hay un panel del muro, más allá de que es un empresario alemán. El fotógrafo Hartmut Jahn pudo entrar en su residencia ibicenca en 2009 cuando realizó una serie de fotos llamada Los nuevos dueños del Muro de Berlín.
8. En internet
Porque todo está en internet, si quieres llevarte un pedazo de historia a tu casa, hay gente que lo vende online. Desde los 100 euros a más de 1.000.
9. En casa de tus padres
La próxima vez que vayas a la casa en la que creciste, rebusca entre las cosas viejas. El muro de Berlín llegó a miles de hogares españoles en pedacitos que se regalaron con las revistas Superpop y Tribuna. Vamos,que si ahora regalan un llavero de One Direction, entonces lo guay era tener un trozo de muro de Berlín. Y auténtico, además. En un reportaje de 2009 de El País, el periodista Manuel Romero cuenta cómo recibió el encargo de hacerse con cuatro paneles del muro, que se convirtieron en 200.000 trocitos acompañados de su certificado de originalidad. El número de la revista Tribuna que los regalaba costaba 300 pesetas.
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