Era la mañana del pasado 2 de diciembre cuando un grupo de hackers apretó una tecla. Se encontraban en el hotel St. Regis de Bangkok y el reloj marcaba las 12.25. En ese preciso instante un número indeterminado medios de comunicación estadounidenses, entre los que se encuentran The Verge, The New York Times y Variety, recibieron en su bandeja de entrada un archivo con 27GB de documentos que desvelaban los secretos (y las miserias) de la compañía Sony Entertainment. Hollywood quedaba al descubierto. Comenzaba el denominado #SonyLeaks. Una nueva filtración de información confidencial a través de Internet que recuerda al Celebgate pero que, a diferencia de este caso, solo unos pocos tienen acceso al contenido.
El día de Navidad se espera que difundan un temido "regalito", según ha anunciado el grupo de hackers en la web pastebin.com. Mientras tanto, este es el relato de las revelaciones (y sus causas y consecuencias) que desde hace dos semanas mantienen en vilo a uno de los estudios más importantes de la meca del cine estadounidense.
¿Cómo empezó todo?
Tres días antes de que el colectivo autodenominado los Guardianes de la Paz (Guardians of Peace, GOP, por sus siglas en inglés) decidiera filtrar las intimidades de Sony, enviaron un correo de advertencia a los directivos de la compañía, según relata Mashable. El email lo firmaban los God's Apstls (abreviatura en inglés de los apóstoles de Dios). Este mismo nombre apareció en el primer ataque al sistema informático que sufrió la compañía el 24 de noviembre. El aviso se envió desde una cuenta de Gmail, la misma que se usaría más tarde para filtrar la información a los medios. No se especificaba la cantidad de dinero demandada o las razones que motivaban un ataque de este tipo.
"Paguen el daño o Sony Pictures será bombardeado. Hemos sufrido un gran daño por parte de Sony Pictures. Queremos una compensación económica. Nos conocen muy bien. Nunca solemos esperar mucho. Es mejor que se comporten sabiamente. Ya les hemos advertido. Esto solo acaba de empezar. God's Apstls".
¿Qué es GOP y qué pinta Corea del Norte en todo esto?
ACTUALIZACIÓN [18/12/2014]: Fuentes oficiales del Gobierno estadounidense confirman que tras el ataque hacker a Sony se encuentra Corea del Norte, según publica The New York Times. Se desconoce qué tipo de medidas va a tomar la Casa Blanca. El estreno del filme de James Franco sigue suspendido.
Por el momento ha sido imposible identificar o relacionar a este colectivo con otros hacktivistas (como se autodenominan) que hayan realizado inciativas similares. En varios hilos de la web Reddit se pueden encontrar las direcciones electrónicas de los supuestos autores de la filtración, pero no hay confirmación de que los nombres sean reales.
Por extraño que parezca, las primeras especulaciones apuntaron directamente a Corea del Norte. El régimen había mostrado su malestar con el próximo estreno de The interview, el filme de James Franco y Seth Rogen, una comedia ("satírica", según los medios estadounidenses) sobre un complot para asesinar al líder del país, Kim Jong-Un. GOP reforzó esta teoría cuando decidieron acompañar una de sus filtraciones con otro comunicado de alerta: "Paren de mostrar de inmediato una película sobre terrorismo que puede romper con la paz en la región y causar una guerra", publicó Mashable. El embajador de Corea en la ONU primero tachó el filme de "acto de guerra" para después negar cualquier vinculación entre el país y la filtración.
In latest Sony hack Pastebin hackers again talk about unmet demands and deny responsibility for threatening emails. pic.twitter.com/0fzVr2FP5x
— Lorenzo Franceschi B (@lorenzoFB) diciembre 8, 2014
Otra de las amenazas de los responsables de las filtraciones es que quienes vayan a ver La entrevista recordarán el miedo que pasaron “el 11 de septiembre de 2001”, en referencia a los atentados en EEUU. Tras la amenaza la cadena Carmike, que tienen 2.623 en todo el país, ha anunciado que no proyectará la cinta.
Unos 5.900 hackers colaboran con el régimen norcoreano desde fuera de sus fronteras debido al limitado acceso a Internet, según estimaciones de empresas especializadas en ciberseguridad. Bloomberg profundizó en esta versión y publicó un estudio de Hewlett-Packard que analizaba a los miembros de KCC, un centro informático con 20 oficinas en Corea del Norte, además de delegaciones en China, Alemania, Siria y Emiratos Árabes.
¿Por qué lo han hecho?
Solo The Verge se ha puesto en contacto con los hackers para intentar averiguar por qué demonios han elegido a Sony y no a otra productora de la costa este.
Uno de los justicieros, identificado como Lena, explicó que demandan "igualdad". Asegura que en "Sony no existe". Se refieren al CEO de la empresa como un criminal. Y narran lo sencillo que ha sido acceder a estos datos: "Sony no cierra sus puertas. Hemos trabajado con otros equipos con intereses similares a los nuestros para acceder a sus dominios". El encuentro virtual acaba ahí. Sus reclamos son incoherentes. La sospecha se alarga y una duda sobrevuela la empresa: ¿Alguien desde dentro colaboró con los ladrones?
¿Qué contienen los documentos?
Los mensajes de GOP no apuntan a un objetivo concreto. Sony es el enemigo y, por tanto, sus empleados y todos aquellos que mantienen algún tipo de relación con el estudio, las víctimas potenciales.
La información que ha ido apareciendo estos días en la prensa abarca desde 2002 a la actualidad. En la mayoría de los casos se trata de documentos corporativos (notas de prensa, informes de marketing, presentaciones de proyectos). También se han desvelado los nombres de usuario y las contraseñas de empleados de la compañía, sus licencias para conducir, los números de sus tarjetas de crédito o los de sus seguros privados de salud. En otras misivas se desvela cómo los lobbys usan Hollywood para planear una guerra secreta contra Google.
¿Quiénes son las víctimas?
Tal vez, el mayor interés reside en los informes que descubren los presupuestos de varias películas (algunas ya estrenadas), los salarios de los actores, proyectos en plena negociación, la relación que ejecutivos de Sony mantienen con los intérpretes y sus agentes, además de los emails que los mandos del estudio enviaban compartiendo su particular opinión sobre sus clientes. Es decir, el más puro cotilleo.
- Los sueldos de Amy Adams y Jennifer Lawrence: Amy Pascal, copresidenta de Sony, se ha convertido en uno de los blancos favoritos de los hackers. Muchos de los emails que intercambiaba con sus compañeros y con los agentes de sus estrellas se han filtrado. El Daily Beast reproduce uno en el que confiesa que las actrices Amy Adams y Jennifer Lawrence habían cobrado menos que sus compañeros masculinos del reparto de La gran estafa americana.
- George Clooney: En otro correo la directiva trata de consolar a George Clooney. El actor, extramadamente nervioso por las críticas hacia su película The monuments men, reclama la ayuda de Pascal: "Necesito protección contra todas las reseñas. Hagamos que esto sea un éxito. No he dormido nada en las últimas 30 horas". La ejecutiva responde: "Te protegeremos haciendo mucho dinero... es la mejor venganza". El intercambio, titulado "Cada vez peor", termina con una loa del intérprete: "Te adoro, Amy. Eres, literalmente, la única persona que dirige un estudio a la que le gustan las películas. Tengo miedo de hacerte caer. No era mi intención. Te pido disculpas. Es solo que he perdido la gracia... ¿Cómo iba a saberlo? Perdón. No lo volveré a hacer".
- Angelina Jolie es otro de los temas de debates de los correos internos de la compañía. Una vez más, Pascal lidera la conversación. La copresidenta pretende, en conversaciones con uno de los agentes más importantes de Hollywood, que David Fincher dirija un nuevo biopic sobre Steve Jobs (supuestamente protagonizado por Ryan Gosling). Entonces se encuentran con un problema, el cineasta se ha comprometido para rodar Cleopatra con Angelina Jolie en el papel principal. Fincher usa a su productor para ponerse en contacto con Pascal y comunicarle que decide quedarse con el guion sobre la vida de Jobs: "No estoy dispuesto a ponerme al frente de un baño de ego de 180 millones de dólares. No voy a destruir mi carrera por una niñata mimada con poco talento".
- Cuestión de estado: Amy Pascal no solo ha confirmado el contenido sino que con el productor Scott Rudin ha tenido que pedir perdón públicamente por los emails referidos al presidente Obama. Los ejecutivos conversan, según BuzzFeed, sobre los gustos cinematográficos del mandatario. "¿Qué le pregunto al presidente en el estúpido desayuno que tengo?", le plantea Pascal a Rudin. Y entonces, antes de que su colega le pueda preguntar, ella plantea que a lo mejor sería conveniente charlar sobre Django desencadenado, un filme sobre un esclavo negro. Rudin le propone 12 años de esclavitud de Steve McQueen y remata: "Sigue por esa línea, me apuesto a que le gusta Kevin Hart [un actor afroamericano especializado en comedias comerciales]".
- Aaron Sorkin publicó una carta en The New York Times en la que pedía a la prensa que "no colaborara con los hackers" publicando las filtraciones y haciéndoles corresponsables de un posible delito.
Todas estas informaciones han sido reconocidas por Sony. Cuando los textos pasaron de la bandeja de entrada de Rudin a las pantallas de millones de lectores el productor decidió pedir perdón. "Hice una serie de consideraciones que pretendían ser graciosas pero que vistas a la fría luz del día resultan insensibles", recogió The New York Times.
En resumen
Las conversaciones filtradas desvelan las filias y fobias puramente personales de los agentes del sector. Se confirma que España no es el único país donde las mujeres ganan menos que los hombres ejerciendo el mismo trabajo y en similar puesto de responsabilidad. Y, por último, que las películas que se idean en Hollywood son caras, muy caras. Diversos medios publican estos días los rankings con los presupuestos descubiertos en #SonyLeaks. Valga un ejemplo: por cada mil millones de dólares que se invierte en un filme, se recuperan entre 500 y 600 millones.
En qué momento estamos
El FBI investiga a los hackers, mientras Sony comunica (con tono de amenaza) que demandará a los medios que sigan publicando las informaciones. La carta de advertencia ha llegado a las redacciones de The New York Times, Gawker, Recode y The Verge. El abogado de la compañía reclama que dejen de descargarse documentos y que, directamente, borren el material filtrado. Si no: "Sony no tendrá otra opción que hacerles responsable de cualquer daño o pérdida que pudiera resultar de tales publicaciones".
¿Qué va a pasar a partir de ahora?
El 25 de diciembre estaremos atentos al "regalito" que GOP dejará bajo la chimenea de Sony. Los productores de Spectre, la nueva entrega de la saga James Bond, temen, según anunció Variety, que entre las promesas navideñas se cuele el guion de la película. Hasta esa fecha y, previsiblemente después, la prensa tiene 27GB de información sobre los entresijos de Hollywood para diseccionar y publicar por entregas
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