El dueño de la cuenta de Twitter @alphabet vive "un lunes interesante"

Aunque la red social no permite la venta de cuentas, todo el mundo da por supuesto que se va "a hacer rico"

El perfil de Alphabet de Facebook y el dominio Alphabet.com son propiedad de BMW

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"Bien, esta ha sido una forma interesante de terminar un lunes..."
"Bien, esta ha sido una forma interesante de terminar un lunes..."

Chris Andrikanich está casado, tiene dos hijos y vive en Cleveland, Estados Unidos, donde trabaja en una pequeña editorial. Y según comenta en Twitter, ha vivido un lunes interesante.

Esta frase ha sumado más de 5.800 retuits en unas doce horas y cientos de respuestas. Lo cual no tiene nada de extraño si nos fijamos en que el nombre de su cuenta es Alphabet. Sí, justo el nombre de la nueva matriz de Google.

No se trata de que Andrikanich se hiciera con la cuenta para venderla. La abrió en 2007 y es, en fin, un perfil normal: tuitea sobre la música que escucha y enlaza a sus actualizaciones en Facebook y e Instagram. Ha escrito más de 4.800 tuits y tiene poco más de 3.000 seguidores.

En Buzzfeed y en The Independent han hablado con él. “Es una locura”, explica. Estaba recogiendo a su hija “cuando me empezaron a contactar de los medios y Twitter se estaba volviendo loco. Era surrealista”. Sumó casi mil menciones en los 40 minutos que tardó en conducir hasta casa.

Al principio no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo, hasta que en uno de los tuits que le citaban vio un enlace a la historia del cambio de nombre de Google. Aunque aún no ha recibido ninguna llamada de la empresa, “todo el mundo me dice que me voy a hacer rico”.

En Google han pensado mucho en esta nueva marca. Larry Page, cofundador de la empresa, escribe en la página de la web de la empresa que "nos gustaba el nombre Alphabet porque significa una colección de letras que representa el lenguaje, una de las innovaciones más importantes de la humanidad, y es el centro de cómo indexamos las búsquedas de Google". Aunque también tiene sus desventajas.

Por ejemplo, el Washington Post recordaba que la url actual de Alphabet es abc.xyz y que Alphabet.com es propiedad de BMW. En concreto, se trata de una empresa de alquiler de coches de la compañía, que también tiene reservado su perfil de Facebook: http://facebook.com/alphabet

Hay que recordar que las normas de Twitter prohíben la venta de cuentas, aunque se han llegado a acuerdos a espaldas de la red social. Por ejemplo y según recogía Público en 2010, el estado de Israel compró la cuenta @israel por una cifra que alcanzaría los “cinco ceros”, según explicaba el vendedor, Israel Meléndez. Este artículo recoge otros métodos: CNN puso a sueldo al dueño de la cuenta y MNSBC lo contrató como administrador de su perfil en Twitter.

Según publica precisamente CNN, estas ofertas se publican de vez en cuando: un usuario de Reddit explicó que le habían ofrecido 15.000 dólares por una cuenta de tres letras (“equivalente a LOL u OMG”) y el dueño de la cuenta @N rechazó una propuesta de 50.000 dólares.

En cambio, otros usuarios, como Javier Castaño, registraron en los primeros meses de actividad en la red social nombres oficiales de pueblos, ciudades, comunidades autonómas y países para evitar que alguien hiciera negocio. Este limpiabotas malagueño tardó ocho años en cedérselos (gratis) a los organismos correspondientes porque al principio no le hacían ni caso: nadie sabía qué era Twitter.

Por otro lado, las normas de la red social recogen que "nos reservamos el derecho a recuperar nombres de usuario en representación de empresas o individuos que posean el derecho legal o la marca comercial de dichos nombres de usuario. Twitter podrá suspender permanentemente las cuentas con nombres de empresas y/o logotipos que lleven a confusión".

Desde Twitter aclaran a Verne que los nombres de usuario se proporcionan por nombre de llegada y que la recuperación y suspensión sólo se darían "cuando hay una clara intención de inducir a error a otras personas".

La idea es evitar que alguien registre nombres de marcas sólo para venderlos y sin hacer un uso legítimo de estas cuentas, pero a veces las empresas toman decisiones unilaterales y equivocadas, como cuando Andrés Iniesta (no el futbolista, sino un diseñador madrileño) perdió su cuenta de Instagram (@ainiesta) durante un fin de semana porque la empresa consideró que sus seguidores pertenecían al centrocampista del F. C. Barcelona.

A Andrikanich le esperan más días interesantes, si tenemos en cuenta el caso de Pepe Ortuño, @pep en Twitter, que contaba a Verne que con cada partido del Bayern la cuenta se le llena de menciones (incluyendo insultos). En ese artículo también se recogía la experiencia de Andrés Iniesta en Twitter, que desde el Mundial de Sudáfrica de 2010 recibe hasta peticiones de entrevistas. Entre otros casos.

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