Lo vimos antes de las elecciones europeas de 2014 y ahora Marea Granate ha querido formalizarlo de cara a las elecciones generales del 20 de diciembre: abstencionistas cediendo su voto a residentes en el extranjero que, por distintos motivos, no pueden ejercer este derecho fundamental.
'Tú puedes votar y no quieres, yo quiero votar y no puedo' es el lema de la plataforma 'Rescata mi voto' que el colectivo de emigrados españoles ha habilitado en su web y que, dicen, pretende facilitar un contacto que ya venía produciéndose de forma espontánea en las redes sociales. Para participar solo se debe indicar la circunscripción autonómica en la que se está inscrito y una dirección de email que servirá para unir a donantes y solicitantes. Desde que se pusiese en marcha el pasado 26 de noviembre la iniciativa ha conseguido 'rescartar' 63 votos que no hubieran sido posible sin la ayuda desinteresada de otras tantas personas que, pudiendo hacerlo, no tenían intención de participar en los comicios o iban a introducir una papeleta en blanco.
Diego Quintana, un joven de 31 años que reside en Valladolid, es uno de ellos. Cederá su voto movido por la solidaridad: "Ya lo había hecho en las elecciones europeas con un amigo que vivía en Bolonia y me lo pidió porque por las trabas administrativas no iba a poder hacerlo. Yo también he vivido fuera un tiempo y soy consciente de las dificultades que existen así que me pareció una buena forma de solidarizarme". Quintana, músico de profesión, explica a Verne por teléfono que su negativa a votar es una cuestión de principios: "Sí voté en las anteriores elecciones generales, pero no pensaba hacerlo en estas porque no me gusta como está organizado el sistema. Veo mucho 'postureo' en la política y no creo, como sí piensa otra gente, que esto pueda cambiarse desde dentro, así que no quiero contribuir a ello. No quiero poner parches. Yo creo en una sociedad organizada de otro modo, de abajo arriba. La lucha real está en la calle", señala.
La desafección política está presente también en otros testimonios. "Yo quería darle un sentido a mi voto, que fuese útil, porque siempre solía votar nulo", cuenta a Verne Carmen Migoya, una asturiana que el próximo 20 de diciembre depositará en la urna la papeleta elegida por una chica a la que ya le ha dado su palabra de que así será. "Yo tengo 50 años y me gusta la política. Estoy al tanto de lo que ocurre, pero no me siento plenamente identificada con ningún partido. Sí me gustan ciertos políticos, pero individualmente, y están en distintas formaciones", explica, " así que cuando vi esta iniciativa me pareció una idea muy buena. Es una injusticia que personas que lo tienen muy claro se queden sin votar solo por estar viviendo fuera así que pensé 'Mira qué bien'. El que esté seguro de a qué partido quiere votar, que cuente conmigo".
Cristina, mayor de 60 años y trabajadora en la administración pública, escribe por email desde Canarias que ella "está asqueada y harta de la forma en que se hace política en este país" y por eso había decidido votar en blanco, pero cuando leyó la iniciativa de Marea Granate le pareció interesante: "no por el hecho de votar o no, que me importa un pimiento", comenta. En su opinión "lo bueno es que la idea demuestra que a pesar de todas las cortapisas desde el poder (no olvidemos que la Ley del voto rogado la implantó el PSOE y la mantuvo el PP), la gente es capaz de organizarse y batallar contra una injusticia".
Todos tienen ya 'apalabrado' su voto, que depositarán de forma presencial el día de las elecciones y que, aseguran, será totalmente fiel a la voluntad e intención política de los 'rescatados'. "Yo me propuse cumplir con los deseos de mi 'co-votante' aunque su elección me hubiera repateado", señala Cristina. Una idea que comparten los otros dos 'donantes' del voto: "Cuando te ofreces tienes que ser consecuente", comenta Diego, "aunque si es necesario grabaré un vídeo del momento en que introduzco la papeleta para que el votante vea que he cumplido con su intención".
Su decisión ha sido acogida con cierta sorpresa pero con agrado en su círculo más cercano porque "no deja de ser un gesto de solidaridad entre personas", y algunos incluso se plantean seguir sus pasos: "Mi pareja se lo está pensando", menciona Carmen al final de la conversación, "en otras ocasiones también se ha abstenido y quizás opte por esta fórmula. Y, por supuesto, lo estamos comentando entre nuestros conocidos porque es una injusticia muy grande querer votar y no poder".
Según los datos recopilados por Marea Granate en su plataforma aún quedaría por emparejar el voto de más de 500 'emigrantes huérfanos' que ya se han registrado en su plataforma. Por el momento Andalucía y Madrid son las comunidades autónomas que más solicitudes han recibido. Los obstáculos burocráticos que se encuentran los emigrados para participar en las elecciones han promovido distintas campañas de denuncia en redes sociales. Los hashtags #SinVozNiVoto y #VotoRogadoVotoRobado sonaron con fuerza en los días posteriores a las pasadas elecciones locales y autonómicas, y han resurgido tras concluir los plazos para 'rogar el voto' desde el extranjero. Marea Granate estima que solo un 6,11% de residentes en el exterior podrá votar el 20D.
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