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Cinco diseños que cambiaron las cosas para bien

Hay cosas que cambian para bien y un diseño adecuado tiene gran culpa en ello

Cuando se idearon estos productos, pocos imaginaban la enorme influencia que iban a tener en la sociedad

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Igual de inesperado es el cambio del carismático Beetle de Volkswagen, cuyos motores de 220 CV y su diseño le dotan de un carácter más deportivo. Y para demostrarlo, llevamos a cabo un trayecto de infarto con un piloto profesional y grabamos las reacciones de los participantes con cámaras situadas en todos los ángulos del vehículo. Al terminar, les preguntaron: “¿Qué Volkswagen crees que es?”. ¡Ninguno acertó!

Aunque no lo sepas, usas una pluma esferográfica casi a diario

La tecnología estaba clara, pero el diseño fallaba. El periodista húngaro-argentino Lázló József Biró estaba harto de escribir con pluma de tinta. Los borrones en sus notas saltaban frecuentemente a sus camisas. Un día llegó a la redacción de su periódico una tinta capaz de secarse en el momento. Intentó aplicarla a sus plumas, pero el líquido era demasiado viscoso. Fue entonces cuando ideó una bola, una minúscula canica, que ayudara a hacer pasar la tinta encerrada en un tubo llamado carga y protegido por la caña (la parte de cristal) hasta la punta del lápiz.

Cuando discurrió la forma de insertar todos los componentes necesarios en un mismo artefacto es cuando pudo por fin darle un nombre y patentarlo. Al principio llamó a su invento Birome, que conjugaba su apellido con el de su socio Juan Meyne. Lo registró varias veces, antes de dejar Europa para huir de la Alemania nazi y a su llegada a Argentina. En 1951, el empresario francés Marcel Bich compró la licencia para venderlo en su empresa y desde entonces no ha parado de despachar bolígrafos. Bolis Bic, claro.

Sinclair Executive, el abuelo de tu smartphone.

Puede que a pocos les suene su nombre, pero ha cambiado nuestras vidas mucho más de los que creemos. Se trata del primer modelo de calculadora de bolsillo que se popularizó en el mercado. Esta unión de diseño y tecnología pronto dio lugar a modelos similares y fue la semilla de la que nacieron los smartphones actuales.

Para hacernos a la idea de lo novedosa que fue su llegada solo hace falta fijarse en el precio. Cuando se puso a la venta, en 1973, costaba nada menos que 103 euros (más de 1.200 euros actuales). Equivalente a comprar ahora el mejor PC del mercado con infinidad de mejoras (pantalla gráfica, grabadora, ampliación de memoria RAM). Era considerado el juguete de los ejecutivos en la edad de oro de los yuppies.

El pantalón de Coco Chanel y la lucha por la igualdad de género.

Es probablemente la diseñadora de moda más influyente de todos los tiempos. Antes de ella, las mujeres no tenían permitido llevar pantalones, una prenda que desde tiempos de la Revolución Francesa se entendía como un símbolo de poder. Durante la II Guerra Mundial, cuando sí se necesitó que las mujeres hicieran trabajos habitualmente desempeñados por hombres, los comenzaron a usar en las fábricas.

Pero fue la modista quien los llevó a la calle, al lucirlos ella misma e incorporarlos a sus creaciones. En una ocasión, decidió ir a la playa prescindiendo del habitual bañador de una pieza que se estilaba en la época. Más que una novedad en el fondo de armario, su propuesta supuso un nuevo paso en favor de la liberación femenina.

I love New York, las cuatro grafías más convincentes de la historia.

En los años 70, Nueva York no brillaba como lo hizo en las décadas posteriores. La elevada tasa de criminalidad y la crisis fiscal provocó que los grandes negocios huyeran de la ciudad y con ellos buena parte del turismo. El reto del Departamento de Comercio del estado a la hora de encontrar una nueva imagen para el lugar pasaba por humanizar una gran urbe en la que cada habitante era poco menos que un número.

Se encargó al ilustrador Milton Glaser, quien todavía disfrutaba del éxito de una de sus campañas anteriores, Virginia is for Lovers. Para convertir el eslogan en un logo, decidió usar el icono del corazón y solo las iniciales NY, todo ello con la mejor tipografía posible, la American Typewriter.

El toro de Osborne, un símbolo mundial.

Es un toro de lidia, pero no promociona la llamada fiesta nacional. La creación sirvió como valla publicitaria para dar más a conocer a esta marca de Brandy de Jerez (y asustar a algún conductor despistado). Esta simple silueta en negro, además de aparecer en muchas carreteras de España se hizo omnipresente en las tiendas de recuerdos para turistas y aparecía en todo tipo de prendas y productos.

Es Patrimonio Cultural y Artístico y su autor, Manolo Prieto tiene una vida todavía más interesante que la de su ilustración más conocida. Amigo de Rafael Alberti y Miguel Hernández, viajó a Alemania en los 40, donde dibujó para la Cámara de Comercio del país. También lo hizo en la Embajada de Estados Unidos. Una década después se construyó el primer toro gigante, hecho de metal y con miles de kilos de peso.

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