La letra E era la epsilon de los griegos y procedía de la hê de los alfabetos semíticos. En su origen, era una figura humana que festejaba. En español, la e era antiguamente la conjunción copulativa, procedente del latín et, aunque hoy en día usamos la y, salvo antes de i. Es el mi de la notación musical anglosajona y, en matemáticas, el número e es aproximadamente igual a 2,71828. La E es la letra más frecuente en cualquier texto en español: está en el 13,68% de las palabras. Pero se debe a la frecuencia de términos como “que”, “el”, “se”, “me”. En el diccionario, la más frecuente es la A.
Empicarse. Aficionarse demasiado.
Enálage. Empleo de una palabra en una función sintáctica que no le es propia, en un género gramatical que no es el suyo, o en un tiempo verbal por otro, como en soy un fue, y un será, y un es cansado. Este ejemplo que pone la RAE es un verso de un soneto de Quevedo.
Encalabrinar. Dicho especialmente de un olor o de un vapor: Causar turbación en una persona o en su cabeza. También, hacer concebir a alguien falsas esperanzas. Excitar, irritar. Como en “encalabrinar los nervios”. En uso coloquial: Enamorarse perdidamente u obstinarse, empeñarse en algo sin darse a razones.
Encastillado, da. Altivo y soberbio.
Encochado, da. Dicho de una persona: Que está o anda mucho en coche.
Encocorar. Fastidiar, molestar con exceso.
De muchas películas sobre cómicos me suele encocorar que todos están histéricos y la obra que representan es muy rara o muy tonta, y ‘Birdman’ no se libra plenamente de ambas lacras.
Creo en Birdman, de Marcos Ordoñez, artículo publicado en EL PAÍS el 12 de febrero de 2015.
Encorujarse. Encogerse, hacerse un ovillo.
Endécada. Período de once años.
Enfranque. Parte más estrecha de la suela del calzado, entre la planta y el tacón.
Engurrio. Tristeza, melancolia.
Engusgarse. Arrecirse, aterirse de frío.
Engolosinar. Excitar el deseo de alguien con algún atractivo. Aficionarse, tomar gusto a algo.
Toñi Torres le "comenta que hay que engolosinar a AFV/Ciuca, pues todo el tema del suelo está controlado por Urbanismo, cuyo responsable político es Guillermo Reyes, circunstancia que le servía a Toñi para pedirle más dinero".
Mensaje citado en el artículo de EL PAÍS de 2007 sobre la trama de corrupción de los ayuntamientos canarios de Telde y Morgan.
Entigrecerse. Enojarse, irritarse, enfurecerse.
Enteco. Enfermizo, débil, flaco.
“Qué estampa la suya, viejo seco y enteco, Azorín sin libros, paseando bajo las ocas sucias y gordas”. Francisco Umbral en EL PAÍS, el 10 de julio de 1977.
Erostratismo. Manía que lleva a cometer actos delictivos para conseguir renombre. De Heróstrato, ciudadano efesio que, en el año 356 a. C. incendió el templo de Ártemis en Éfeso por afán de norotiedad.
Escamocho. Sobras de la comida o bebida. También, jabardo (enjambre pequeño).
“Esta vez te vacío la panza, te tuerzo, te retuerzo, te volteo y voltibocabajeo, te arranco el pito, te hundo el esternón. Broncabroncabrón. Doña Campamocha se come en escamocho el miembro mocho de don Campamocho”. De Octavio Paz.
Escolio. Nota que se pone a un texto para explicarlo.
Escrupulillo. Grano de metal u otra materia, que se pone dentro del cascabel para que suene.
Espantagustos. Persona de mal carácter que turba la alegría de los demás.
Esplín. Melancolía, tedio de la vida. Del inglés spleen, que significa melancolía y, también, bazo. Los griegos creían que el bazo segregaba bilis negra y que de esta sustancia procedía la tristeza. Como en el libro de poemas en prosa de Baudelaire, El esplín de París, si bien algunas ediciones prefieren mantener la forma inglesa.
Estólido. Falto de razón y discurso.
Etario, ria. Dicho de varias personas: Que tienen la misma edad. Perteneciente o relativo a la edad de una persona. Período etario. Franja etaria.
Eudemonía. Estado de satisfacción debido generalmente a la situación de uno mismo en la vida.
Exergo. Cita con la que se encabeza un libro o documento escrito.
Examen sorpresa: Pongamos a prueba lo que recuerdas de la D
Texto redactado por Jaime Rubio con aportaciones de Mari Luz Peinado, Héctor Llanos, María Sánchez, Pablo Cantó, Anabel Bueno y Lucía González.
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