Isobel Bowdery y su pareja, Amaury Baudoin fueron dos de los supervivientes del atentado terrorista en el Bataclan (París) del 13 de septiembre de 2015. 89 personas murieron tiroteadas en esa sala de conciertos, 130 murieron en total en el barrio donde se encuentra. La historia de Bowdery, una joven sudafricana que se hizo la muerta durante una hora, fue bastante conocida porque ella misma la contó en Facebook junto a una foto de una camiseta ensangrentada. Un año después, los dos han vuelto al lugar del atentado junto con su hija de tres semanas y ella ha compartido un mensaje para su bebé en la misma red social. "Por mucho que intentemos protegerla de la maldad, nunca podremos garantizarle un mundo mejor. Lo que sí puedo garantizar es que ella sea lo mejor posible para el mundo".
El miedo de volver al lugar donde has vivido el horror y has estado cerca de la muerte no se quita fácilmente, por eso, como cuenta Bowdery, su pareja decidió llevar a la niña en el portabebé, para que "estuviese lo más segura posible". Bowdery se dio cuenta en ese momento que como padres, no pueden asegurararle la seguridad absoluta. "Prometo llenar sus días con amor y alegría, para que, dios no lo quiera, si alguna vez se encuentra en la misma situación en la que estuvo su madre hace un año, también pueda tener consuelo en haber vivido una vida feliz en la que todo era posible y que fue profunda y completamente amada", dice la joven madre, de 23 años.
De aquella noche las víctimas no solo se quedaron con el miedo y el trauma. También permanecen otras cosas que Bowdery quiere transmitir a su hija: "Espero que también se inspire de la gente que ayudó a sus padres, a ser bueno y ayudar a desconocidos que lo necesitan, como el hombre que me dijo que no corriera. A ser valiente, como la policía que entró en el local y rescató a sus padres y a ser cariñosa como todos los que nos ayudaron aquella noche y este año que nos han dado fuerza y confianza".
Sin toda esta gente, dice la superviviente del Bataclan, su bebé no estaría hoy aquí. Por eso quiere, "sobre todo", que honre a los que ya no están, y "que viva su vida y recuerde lo valiosa que es".
En el post que compartió hace un año, ya decía que "la vida de muchos cambiaron para siempre y depende de nosotros que seamos mejores personas. Que vivamos las vidas que las víctimas inocentes de esta tragedia soñaban, pero lamentablemente ahora no podrán vivir".
Este sábado la sala atacada abrió para celebrar un concierto de Sting en memoria de las víctimas de los atentados de París. “Perdimos a un hijo, a un hermano, a un cuñado. Ha sido muy difícil venir. Pero la música debe seguir sonando”, afirmaba de las personas tocadas por el atentado, según contaba El País este domingo.
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