El vídeo del niño héroe en Siria, que ha sido visto varios millones de veces en distintas cuentas en YouTube en los últimos días, es falso. Lo que se ve en las imágenes ni siquiera es Siria: se grabó en Malta, en las localizaciones utilizadas para películas como Troya y Gladiator.
El efecto de viralidad, generado por la empatía y la incredulidad que crea el vídeo, al tratarse de una acción altruista y protagonizada por menores que supuestamente salvan la vida casi de milagro, buscaba concienciar sobre la situación de los niños en la guerra.
Para hacerlo más creíble, el vídeo incorpora sonidos de tiroteo, no tiene gran resolución y la cámara tiembla, intentado imitar una de tantas grabaciones que, gracias a las nuevas tecnologías, ciudadanos anónimos cuelgan en YouTube incluso en plena guerra. Sin embargo, había dudas de su autenticidad desde hace días.
El autor confeso del fakees el director noruego Lars Klevberg. "Grabándolo y difundiéndolo como si fuera real, la gente lo compartirá y recibiría esperanzas", ha dicho en declaraciones a la BBC, recogidas por Europa Press. El cineasta, de 34 años, ha detallado que, pese a que no se colgó en la red hasta el 10 de noviembre, fue grabado en mayo y que "el niño y la niña son actores profesionales malteses y las voces que se escuchan por detrás son de refugiados sirios que viven en Malta". Además, afirma no sentirse culpable por la manipulación en busca de la viralidad:
"Con la publicación de un vídeo que pareciera auténtico buscábamos aprovecharnos de una herramienta que se utiliza en la guerra, hacer un vídeo que pareciera real. Queríamos ver si el vídeo llamaba la atención y generaba debate, sobre todo sobre los niños y la guerra. También queríamos ver cómo respondían los medios de comunicación"
Como el cineasta esperaba, muchos medios publicaron el vídeo dándolo por cierto.
La grabación recibió financiación del Instituto Cinematográfico Noruego y del Fondo Audiovisual del Consejo de las Artes de Noruega pese a que los autores explicaron desde el primer momento su intención de subirlo a Internet sin revelar si era ficción. Según la BBC, que muestra en su web imágenes del rodaje, dicho organismo ayudó a financiar el proyecto del cineasta noruego con 33.000 euros.
Sin embargo, Ase Meyer, un responsable de dicho organismo citado por la BBC, tampoco considera que sea "una manera cínica" de atraer atención hacia un asunto tan sensible como los niños que viven en guerras. En su opinión, había ciertas pistas, como que el niño parece ser impactado por disparos, cae al suelo y luego se levanta y sigue corriendo sin rastro de sangre. En cualquier caso, dada la notoriedad alcanzada por el vídeo, Meyer indicó a la BCC que él mismo animó a los autores a hacer público cómo fue grabado.
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