Cómo un suceso en Ourense se convirtió en un ataque yihadista para medios extranjeros

El asaltante habló en euskera y un testigo contó que le había escuchado decir "Alá es grande"

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Un suceso en un supermercado de Ourense ha trascendido las fronteras convertido en medios extranjeros como un intento frustrado de atentado yihadista al grito de "Allahu Akbar" (Alá es grande). No fue eso lo que sucedió, según ha confirmado la Policía Nacional a Verne.

Un hombre de 34 años, natural de Bilbao pero vecino de la localidad gallega, entró este miércoles a las dos de la tarde en un establecimiento de la cadena Mercadona y disparó seis veces una escopeta que pertenecía a su padre. No hubo heridos.

Cuatro de los cartuchos los dirigió al techo del pasillo de bebidas, donde tiró al suelo las botellas de vino de las estanterías. En la zona de frutería se comió un plátano y en las cajas se dedicó a coger dinero: una parte la lanzó al aire, otra la tiró al suelo y otra se la guardó.

Un policía local, que se encontraba fuera de servicio, observó "una avalancha de gente" que salía del local. El agente, que se llama Carlos Peréz, avisó a la Policía Nacional y en el lugar de los hechos, se identificó y encañonó al sospechoso. Este respondió con dos disparos más, que impactaron en un cristal de la entrada y en un cartel a gran altura.

El asaltante, que la prensa local describe como rubio con el pelo rizado, cogió otro plátano y se dispuso a comérselo en la entrada de la tienda en medio del suceso, donde también se fumó un cigarro. Para manejarse bien con la fruta, apoyó el arma en un mostrador, momento en que la Policía Nacional aprovechó para intervenir. El hombre, que llevaba encima 1.200 euros que se había guardado y también nueve cartuchos y una botella de refresco con gasolina, se arrodilló mirando hacia la policía sin soltar el plántano y dándole algún que otro mordisco. Finalmente se tumbó boca abajo, como le indicaban, y fue detenido.

"Este hombre estaba vociferando palabras ininteligibles en vasco, pero un empleado contó que le había parecido escuchar '¡Alá es grande!'. En los tiempos en los que vivimos esa frase significa muchas cosas y vende mucho, y algún medio de aquí lo lanzó así, al momento, media hora después de haber ocurrido el hecho, sin confirmar, sin preguntar a las fuentes policiales ni nada. Eso se ha ido magnificando y ha llegado a donde ha llegado", explican a Verne fuentes policiales. Una cajera confirmó a EL PAÍS que el hombre había hablado en euskera.

En las declaraciones en la comisaría, con más calma, el mismo testigo dijo que no, que le pudo parecer pero que no había dicho eso. "No tenemos ni siquiera oficialmente esas palabras declaradas", confirma la Policía. 

La noticia con la información errónea, que estuvo unas horas publicada en un medio local, empezó a ser reproducida por otros medios, nacionales e internacionales, que no citaban a la fuente original. En algunos medios como Russia Today en francés y el Mail Online añadieron detalles extra que tampoco eran ciertos, como que el asaltante llevaba un chaleco suicida con pólvora y gasolina. La noticia en el diario británico se compartió más de 17.000 veces en redes en las primeras 24 horas.

El policía local, Carlos Pérez, negó haberle escuchado ninguna referencia a alá en conversación con El Faro de Vigo y La Voz de Galicia contó que el detenido había dicho algo que la gente no entendió, "quizás porque habló en euskera". Algún medio, como el diario sensacionalista británico The Sun, rectificó su información, pero la mayoría la dejó como estaba.

Pérez apuntó a que en su opinión el asaltante tenía problemas mentales, una impresión que comparte una empleada que explicó a EL PAÍS que le conocen porque vive al lado y acude habitualmente a ese supermercado a comprar donuts y otros dulces. "Si el detenido hubiera querido disparar a la gente podría haber hecho mucho daño cuando llegó el tropel de gente a la entrada", afirmó el policía local.

El miedo en el interior del local fue muy real. Como relató a Europa Press una testigo de lo ocurrido, Elena Álvarez Martínez, un grupo de clientes se escondió durante media hora, según su versión, en un almacén junto a la pescadería. Había "gente llorando", sin saber si "había gente viva o muerta", porque escucharon varios disparos.

El asaltante permanece detenido acusado de robo con violencia, atentado a la autoridad, tenencia ilícita de armas, daños y delito de homicidio en grado de tentativa.

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