¿Quién fue Savonarola y por qué Rajoy lo compara con Podemos?

Mariano Rajoy suele emplear referencias históricas en sus discursos en el Congreso. Por ejemplo, en marzo de 2016 se refirió a los toros de Guisando durante su intervención en el debate de investidura. Este martes, durante el debate de la moción de censura, Rajoy ha contestado a Irene Montero, portavoz de Unidos Podemos, con una referencia a la historia de Italia:

“Después de escuchar los epítetos con los que la señora Montero ha adornado su defensa de la moción de censura, no me cabe duda, supongo que a nadie en esta cámara, que estamos ante un análisis ponderado, moderado, ecuánime, equitativo y muy realista de la situación española. Estoy seguro de que ni el propio Savonarola hubiera sabido exponerlo mejor”. La mención no ha pasado desapercibida en Twitter. [Sigue toda la actualidad sobre la moción de censura en EL PAÍS].

El azote de los corruptos

Girolamo Savonarola fue un religioso dominico nacido en 1452 que fue ejecutado en la hoguera en Florencia en 1498, tras ser excomulgado. Según recoge la Enciclopedia Católica, Savonarola criticó en sus sermones la vida inmoral y pagana de las clases dirigentes de la Italia de su época, y fue especialmente los excesos y el lujo del Papado.

Savonarola, que cumplía estrictamente con el voto de pobreza, atacó a Lorenzo de Médici, príncipe de Florencia, por promover el arte pagano y la vida frívola, además de por su mandato tiránico sobre la ciudad. A partir de 1493 se mostró muy duro con la curia romana, incluyendo al Papa Alejandro VI (el valenciano Rodrigo Borja, o Borgia en italiano) y apoyó al rey Carlos VIII de Francia, que había entrado en Italia con sus tropas y que tenía la intención de ejercer su derecho a gobernar Nápoles.

Es decir, estamos ante una nueva ironía de Rajoy, que compara el discurso de Montero con los sermones de una de las personas más críticas con la opulencia y la corrupción de su época. Eso sí, que Rajoy no olvide que Savonarola consiguió que Pietro de Médici, el hijo del ya fallecido Lorenzo, fuera expulsado de la ciudad, sin ni siquiera someterlo a votación.

“Una especie de democracia teocrática”

Tras la salida de los Médici y la llegada a la ciudad de Carlos VIII, en Florencia se instituye “una especie de democracia teocrática” basada en las ideas de Savonarola, según explica la Enciclopedia Católica. Jesucristo pasa a ser el rey de Florencia y el protector de las libertades de la ciudad. Muchos florentinos llevaron sus artículos de lujo, objetos de arte y libros paganos al convento de San Marcos, donde los quemaron en la más famosa "hoguera de las vanidades". No solo eso: una hermandad fundada por el predicador iba casa por casa “para llevarse dados y cartas de los ciudadanos” y “para exhortar a las mujeres casadas y solteras que dejaran a un lado los ornamentos frívolos”.

Quizás este sea el futuro que ve Rajoy para España en caso de que saliera adelante esta moción de censura, sustituyendo “Jesucristo” por “Pablo Iglesias”.

Volviendo a Savonarola, sus sermones cada vez más exacerbados, la pretensión de llevar su revolución religiosa a toda Italia y su apoyó al rey francés le abocaron a un conflicto inevitable con el papa Alejandro VI. En 1495 se le prohibió dar sermones, orden que desobedeció pocos meses después. En 1497, Savonarola fue excomulgado, a pesar de lo cual dio misa en Navidad y repartió la comunión.

La oposición a su movimiento fue creciendo también Florencia, hasta el punto de que muchos atacaron el convento de San Marcos en 1498, capturando y torturando a varios monjes. El 22 de mayo de ese año, tanto el predicador como otros dos miembros de su orden fueron condenados a muerte "como herejes, cismáticos y por haber predicado cosas nuevas", según recoge la web Dominicos.org. Se les ahorcó y quemaron después sus cuerpos.

La Enciclopedia Católica concluye subrayando “el celo, piedad y sacrificio por la regeneración de la vida religiosa” que mostró Savonarola, quien sin embargo se vio cegado por “su fanatismo, obstinación y desobediencia”. Eso sí, el texto aclara que el religioso “no era un hereje en cuestiones de fe” y, de hecho, hace unos años se especuló con su beatificación. Quizás Rajoy piense que se pueden aplicar calificativos similares al discurso de Irene Montero.

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