"Hace unos días vi en Twitter un video que decía: Comparte este caracol de colores para alegrarle el día a alguien, pero en realidad ese caracol estaba siendo atacado por un parásito y es lo que se conoce como caracol zombi", cuenta a Verne por teléfono Felipe González Acevedo, estudiante de medicina veterinaria de 28 años procedente de la ciudad de Neiva, Colombia.
"Decidí hacer un hilo en Twitter para explicar por qué el caracol tenía ese aspecto pero no pensé que fuera a tener tanto éxito", agrega. El hilo creado por González se compartió más de 22.000 veces y recibió más de 8.000 me gusta en menos de 48 horas. El video original fue grabado en Taiwán en la región de Changhua, según el sitio Newsflare.
Aunque González no grabó el video se dio a la tarea de explicar qué le sucede a este tipo de moluscos que suelen vivir en el hemisferio norte. El caracol de las imágenes ha sido infectado por un leucocloridio (Leucochloridium paradoxum), un gusano parásito que afecta al comportamiento del molusco y controla sus movimientos. El colorido y el movimiento del gusano dentro del caracol busca atraer a los pájaros para que se lo coman.
¿Por qué el leucocloridio lleva al caracol a cometer este acto suicida? El parásito completa su ciclo de vida a través de las heces de las aves, que también funcionan como huéspedes. A la vez, estos huevos en la materia en descomposición vuelven a ser ingeridos por los caracoles.
El parásito empieza a crecer dentro del hígado como si fuera un tumor, después va apoderándose de su cerebro y castrándolo para aprovechar toda su energía y nutrientes. A partir de ahí controla los movimientos del caracol zombi. Una vez que las larvas son grandes se alojan en los tentáculos y ojos y comienzan a moverse de la manera en la que se ve en las imágenes para atraer a sus depredadores como si fueran orugas. Es como un caballo de Troya para pájaros.
"El parásito altera el comportamiento normal del caracol, por ejemplo, lo deja ciego para que no pueda distinguir si es de día o de noche y los obliga a subir más arriba de los árboles y plantas para ser visibles", explica Felipe González.
"Se estima que la mitad de las especies conocidas se dedican en su vida o parte de su vida a ser parásitos que contribuyen a regular las poblaciones y en casos como este, modifican el comportamiento de los individuos que parasitan", cuenta el estudiante de medicina veterinaria en su cuenta de redes sociales. "Su función principal es la de perpetuar su especie, son las formas de vida más existosas que existen", añade.
Una de las preguntas que más ha recibido Felipe González ha sido si los caracoles sufren en este proceso. Y lo más probable es que sí:
En la naturaleza existen otros parásitos zombificadores como es el caso del hongo Ophiocordyceps unilateralis, capaz de modificar la conducta de las hormigas que infecta para hacerlas subir a la parte superior de una planta donde se anclan a las hojas con sus mandíbulas antes de morir, asegurando así la mejor distribución de sus esporas.