¿Evo Morales escribió un tuit de agradecimiento a Pablo Escobar y Joaquín El Chapo Guzmán? ¿Una aeronave militar venezolana llegó a Bolivia con soldados de ese país para dar apoyo al líder cocalero durante las manifestaciones en su contra? ¿Son reales las imágenes de la población que llama a la subversión contra la policía utilizando armamento casero?
No. Son algunos de los bulos que han circulado por las redes sociales antes, durante y después de las elecciones en Bolivia. Estas informaciones falsas abonan la crisis política en la región desde hace casi un mes, debido a las irregularidades halladas en los comicios y la posterior renuncia de Evo Morales. En medio de toda esta niebla, Bolivia Verifica y Chequea Bolivia son dos iniciativas que tratan de frenar la desinformación durante la convulsión que persiste en el país.
Hay claros antecedentes: la propagación de desinformación durante los comicios en Brasil (2018) y Estados Unidos (2016) tuvieron mucha importancia en la elección de Jair Bolsonaro y a Donald Trump como presidentes, respectivamente. Juan Carlos Uribe, coordinador de Chequea Bolivia, pionero en el combate a la desinformación en Bolivia, cuenta a Verne que se creó este proyecto -impulsado por el Centro de la Realidad Económica y Social- con el objetivo de evitar que las noticias falsas tuvieran efecto en los votantes. “Empezamos a trabajar en noviembre de 2018, haciendo pruebas, análisis, desarrollando una metodología propia y con el apoyo de iniciativas de países vecinos, como ColombiaCheck y Verificado”, afirma Uribe.
En la misma línea, Gabriel Díez, editor de Bolivia Verifica, se dio cuenta de que la lógica de la propaganda política había cambiado. Recurrió al respaldo de Chequeado, un proyecto argentino, para la realización de talleres a distancia que profundizan en la verificación de discurso político. “Los partidos políticos y los mismos candidatos han pensado distintas estrategias. La denominada guerra sucia, que antes servía para desprestigiarse entre candidatos, fue llevada al terreno de las redes sociales en forma de imágenes manipuladas, videos trucados y tuits falsos. Es algo que hemos podido ver en este período, por lo que se necesitaba otra forma de abordar este tipo de desinformación”, agrega Díez.
La labor de ambas iniciativas arrancó en junio de este año. El equipo de Díez está conformado por otro editor, una periodista y cuatro jóvenes universitarios que trabajan como pasantes. Mientras que Uribe trabaja junto a las periodistas Gabriela Weiss y Enid López. Ambos responsables coinciden en que el trabajo fuerte empezó en septiembre, faltando un poco más de un mes para las elecciones de Bolivia. Antes de eso, tenían que buscar el material con qué trabajar y había días que apenas lograban hacer una verificación, cuenta Díez. Sin embargo, ahora el trabajo les ha sobrepasado a ambos equipos, que cuentan que en una ardua jornada de trabajo pueden llegar a verificar hasta siete noticias. Estos son algunos de los bulos más compartidos.
La falsa foto de Evo Morales y Pablo Escobar y otros bulos
Entre sus logros, como señala López, está la verificación de unas supuestas imágenes que vinculan a Evo Morales con el narcotraficante Pablo Escobar. En la foto se ve a una persona al lado del exlíder del cartel de Medellín que tiene un semblante similar al del expresidente, cerca de una pista de aterrizaje. La foto se compartió miles de veces a través de Facebook y WhatsApp.
La periodista de Chequea Bolivia cuenta que recurrieron a declaraciones de Jhon Jairo Velásquez, exsicario de Escobar –conocido como Popeye–, y a una entrevista al hijo de El Patrón y también escritor, Juan Pablo Escobar, para reconocer a las personas que aparecían en las imágenes. “Las fotos fueron tomadas por el piloto Barry Seal, que era un agente encubierto de la CIA. Es él quien toma las únicas fotos que comprometen a Pablo Escobar. Con base a todo este material se ha hecho la verificación de este caso. Ha sido uno de los más interesantes que hemos tenido”, explica López.
Díez cuenta que, por ejemplo, debido a una denuncia en Facebook, encontró que el plan de Gobierno del Frente para la Victoria, uno de los partidos que pugnaba para la presidencia en Bolivia, citaba la Constitución Política de Perú. Encontró evidencias de que esa agrupación política había reproducido fragmentos de las propuestas que el partido ORDEN presentó en las elecciones generales del país vecino, en 2015. “Me puse a revisar el plan de Gobierno de Frente Para la Victoria página por página, las más de 100, y mi sorpresa fue hallar que todo el plan de Gobierno estaba copiado”, afirma Díez.
Otros casos pusieron en evidencia al exvicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, utilizando imágenes de un documental de 2008 para mostrar la violencia en las calles de la oposición; o al exministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico, utilizando imágenes en conferencia de prensa de una protesta contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, el año 2014, afirmando que se habían desarrollado en Bolivia.
Desde que inició el proyecto hasta el 4 de noviembre, según una cuantificación interna, Díez dice que Bolivia Verifica ha elaborado alrededor de 299 piezas. “De ese total, 107 notas fueron calificadas como falsas y versaban sobre algún candidato, partido político o el mismo proceso electoral. En tanto que 38 notas, vinculadas a estos actores, dieron como resultado engañoso. También se verificaron 22 discursos de candidatos o miembros de sus partidos. 11 discursos resultaron falsos, siete engañosos y cuatro verdaderos”, precisa el editor de Bolivia Verifica.
Por su parte, Chequea Bolivia pudo verificar 259 noticias desde que inició en junio, siendo el mes de octubre el de trabajo más intenso. “Creo que hemos llegado al 60 o 70% de las noticias falsas que estaban circulando por Facebook. Ha habido una cantidad importante de personas que nos han solicitado hacer rectificaciones. Hemos tenido como 170 solicitudes de rectificación, que lo han hecho a través del Whatsapp y Facebook”, afirma Uribe.
Bulos que generan miedo en las calles
Los responsables de ambas iniciativas coinciden que el peor momento de esta crisis sucedió tras la renuncia de Morales, el 10 de noviembre, ya que con la policía amotinada y el ejército replegado, comenzó una ola de vandalismo y saqueos en diferentes ciudades. Además de que días antes, tanto opositores como oficialistas radicales comenzaron a ubicar casas de autoridades electas, candidatos y las incendiaron. Inicialmente fue Facebook la plataforma por donde se compartió más desinformación, seguido de Whatsapp y Twitter. Una vez que la incertidumbre se propagó, empezaron a circular a través de la aplicación de mensajería archivos de audio y video alertando sobre posibles ataques, secuestros, alimentos envenenados, turbas incontrolables y robos.
“Ha habido días que no hemos podido hacer nada porque era demasiado [contenido] y difícil de rastrear. Nos vimos desbordados y los mismos medios han sido sobrepasados. Se pensaba que la información era veraz, pero no era así en muchos casos. Esos dos días [11 y 12 de noviembre] han sido bien complicados. Viendo a la gente quemar todo lo que encuentran a su paso, solo piensas en la seguridad de tus seres queridos o las personas que trabajan contigo”, precisa Uribe.
El terror que muchos sectores vivieron llevó a instalar vigilias nocturnas en los barrios y a estar alerta ante cualquier eventualidad. La casa de la periodista Casimira Lema, de Televisión Universitaria –un medio con una línea crítica contra Morales–, fue incendiada. Este hecho contribuyó a que otros medios tomaran precauciones, ya que debido a las amenazas a través de mensajes en Facebook y cadenas en WhatsApp, tres diarios dejaron de publicar su edición impresa por temor a las represalias.
Tras la renuncia de Morales, Jeanine Áñez asumió el cargo de presidenta interina de la nación. La convulsión continúa en el país entre el ejército, la policía y los seguidores del expresidente que se encuentra como asilado político en México. Ha circulado desinformación que advierte sobre armamento en manos de campesinos -el vídeo original es de Colombia-hasta atribuciones falsas de racismo hacia la actual mandataria. “Se ha utilizado imágenes de enfrentamientos en otros países y los han difundido como si hubieran sucedido aquí. Decían que había una foto de CNN en la que mostraba a un helicóptero disparando a los campesinos en Bolivia, cuando en realidad no sucedió. Había una foto en la que la policía hacía una incautación de armas a cocaleros en 2017. Sin embargo, la empezaron a difundir como si hubiera ocurrido en estos días. El panorama sigue incierto”, cuenta Uribe.
Díez dice, después de esta primera experiencia que se hace de verificación en Bolivia de manera continua, que es importante que las personas estén alerta al contenido que se comparte por redes sociales. “La desinformación sí cundió y cunde todavía para generar incertidumbre y miedo”, finaliza Díez.