La historia de las neveras solidarias es la de una iniciativa que no solo se propagó por las redes, sino también por las ciudades: tras nacer en Berlín y llegar hasta Arabia Saudí, estos frigoríficos colocados a pie de calle y de los que cualquiera puede coger y dejar comida llegaron el pasado abril a España. Dos meses después de la inauguración de la primera nevera en Galdakao (Vizacaya), hoy se ha estrenado la segunda en Murcia. Y hay ocho más por llegar.
Álvaro Saiz es el precursor de la primera nevera solidaria en España, la de Galdakao. “Llevaba mucho tiempo con la idea de montar un frigorífico en la calle para no desperdiciar comida, porque lo de los supermercados es vergonzoso”, explica el galdacanés a Verne. “Había días en mi localidad que veíamos a gente sacando de los cubones pescados que eran la mitad de grandes que yo”. Tras indagar en la red encontró un proyecto similar que, desde 2014, funciona en Alemania. “Me pregunté: si allí pueden, ¿por qué aquí no? Los amigos me decían que esto no es el norte de Europa, que aquí no somos tan civilizados y no iba a funcionar, pero mira, de momento está siendo un éxito".
La Asociación Humanitaria de Voluntarios de Galdakao, con la que Saiz lanzó el proyecto de la nevera, publica a lo largo del día en su página de Facebook qué productos se encuentran en el frigorífico, que "se llena y se vacía varias veces al día". "Por la noche varios restaurantes dejan los pintxos y la comida que no han vendido, pero también vienen familias de seis personas y claro, una de esas familias vacía la nevera".
Saiz quiere recalcar, sin embargo, que la nevera no es solo para familias necesitadas: "cualquiera puede pasar y coger algo de la nevera, porque el objetivo no es solo solidario, sino también ecológico. Que no se desperdicie comida es lo importante".
La historia de la nevera de Galdakao viajó 700 kilómetros al sur hasta llegar a los oídos de Eugenia Varea, la hermana de Juan Miguel Varea, el murciano de 44 años que inaugura hoy el primer frigorífico solidario de la región. "Ella es trabajadora social en el Ayuntamiento y sabe que la cosa está complicada", cuenta Varea a Verne. "Cuando descubrió el proyecto de Galdakao me lo contó y, aprovechando que tenía un frigorífico en desuso, me lancé". Creó una página de Facebook, anunció el proyecto... Y corrió como la pólvora:
“La repercusión en las redes me ha desbordado", confiesa Varea. "Hay muchísima gente dando ánimos, personas que preguntan cómo pueden ayudar... E incluso les llegó a los creadores de la nevera de Galdakao". En efecto: el hiperactivo Álvaro Sáinz incluso ha acudido hoy a la inauguración. "Además de la de Murcia, ya hay más de ocho localidades que nos han pedido información para montar una. De seguir así, vamos a recorrer España diciendo: 'Queda inaugurada esta nevera'", bromea Saiz.
Aunque la nevera de Murcia ha sido un proyecto individual de Juan Miguel Varea, ya hay gente que, tras conocer la iniciativa, ha decidido ayudar: "en la ferretería me han echado un cable, y la agencia de publicidad de mi cuñada va a hacer unos vinilos para pegar en la nevera, que los carteles provisionales son de papel y no se pueden mojar". En estos carteles, por supuesto, también ha colaborado el vecindario. “Un vecino sirio nos lo ha traducido al árabe", explica, "y también hemos conseguido colaboradores para traducirlo al ruso y al rumano”.
La nevera ha quedado inaugurada hoy, aunque antes incluso de su puesta de largo ya estaba llena: varias personas que pasaron ayer por la peluquería canina, "incluso gente de fuera de la ciudad", ya han ofrecido alimentos. Sin embargo, "hay quien tiene dudas", reconoce Varea. "Me dicen que si me van a robar, que si el Ayuntamiento me va a multar... Yo no me voy a rendir. Ojalá y llegue a haber una en cada barrio".
El origen de todo esto, el “proyecto similar en Berlín” del que habla Saiz, se llama Food Sharing. Alarmados por la cantidad de comida al año que se desperdicia en el globo, un grupo de jóvenes alemanes montaron en 2014 esta red digital para entregar y recoger comida. En ella, los particulares pueden ofrecer productos para que, quien quiera, vaya a casa recogerlos (si entras en su web, están marcados con puntos verdes), o acercarlos a las neveras solidarias o puntos de intercambio (los puntos amarillos), en los que cualquiera puede dejar o coger alimentos.
Pocos meses después de que la iniciativa surgiera en Berlín, un ciudadano de Hail, en Arabia Saudí, decidió colocar una de estas neveras en la puerta de su casa. De ella se hizo eco Mohamad al-Arefe, imán que con sus más de 12 millones de followers en Twitter, se encuentra en el top100 de cuentas con más seguidores (por encima de la Liga Nacional de Fútbol Norteamericano o Google, por ejemplo). Al-Arefe publicó el siguiente mensaje en sus redes sociales: “Siempre he dicho que el pueblo de Hail es generoso. Un hombre ha puesto una nevera fuera de su casa para compartir la comida sobrante. Un acto indirecto de caridad para los necesitados”.
أنا من زمان أقول: إن أهل #حائل كرماء رجل وضع أمام بيته ثلاجةً لفائض الطعام صدقة غير مباشرة للمحتاج يا بعد حيي يا حائل pic.twitter.com/fMYpLU4T2R
— د. محمد العريفي (@MohamadAlarefe) Mayo 1, 2014
De Berlín a Arabia Saudí, Galdakao y Murcia. Y, próximamente “Durango, Amorebieta, Alicante, Basauri, Málaga, Tenerife… Gente de esas localidades ya nos ha pedido información para montar una nevera”, cuenta Saiz. Tu barrio, ¿para cuándo?
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