Los 56 mejores tuits de personas que jamás tuvieron cuenta en Twitter

Jonathan Swift, Dorothy Parker y Francisco de Quevedo, entre otros, se hubieran hinchado a favs y retuits

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Salvador Dalí
Salvador Dalí.

Twitter sólo tiene nueve años de historia, por lo que muchos perdieron la oportunidad de compartir breves muestras de ingenio a través de esta red social. Es muy probable que haya sido una suerte para ellos, ya que ahorraron discusiones absurdas y pérdidas de tiempo. Pero también es indudable que a más de uno se le hubiera dado muy bien.

Recogemos unos cuantos ejemplos de frases de humoristas, escritores, pintores y algún rey que hubieran sumado fácilmente decenas de favs y de retuits gracias a su ingenio y, en ocasiones, a su mala idea. No todos están muertos, claro: algunos aún pueden abrirse una cuenta en Twitter. Mi retuit ya lo tienen.

Un problema pequeño se hace más grande si lo ignoras.

Pintada en un muro romano, recogido en Writing on the Wall: Social Media - The First 2,000 Years, Tom Standage.

¿Preguntas, Dino, qué me produce mi finca de Nomentano? Óyelo: el placer de no verte.

Marcial (40-104), poeta romano, en uno de sus Epigramas.

Si hubiera estado presente en la Creación, habría dado algunas indicaciones útiles.

Alfonso X el Sabio (1221-1284), en respuesta al sistema geométrico ptolemaico.

Haz lo que decimos y no lo que hacemos.

Giovanni Boccaccio (1313-1375), en El decamerón, como excusa típica de clérigos.

Debo mucho, no tengo nada, el resto se lo dejo a los pobres.

Testamento de François Rabelais (1493?-1553?).

Dijo la rana al mosquito desde una tinaja: más quiero morir en el vino que vivir en el agua.

Francisco de Quevedo (1580-1645), en uno de sus poemas burlescos.

Y si he escrito esta carta tan larga ha sido porque no he tenido tiempo de hacerla más corta.

Retrato de Sor Juana Inés de la Cruz, por Miguel Cabrera

Blaise Pascal (1623-1662), en sus Cartas provinciales.

Siempre tan necios andáis

que con desigual nivel

a una culpáis por cruel

y a otra por fácil culpáis.

Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), en Hombres necios que acusáis.

Fue un hombre valiente el primero en comerse una ostra.

Jonathan Swift (1667-1745), en Polite conversation.

Mark Twain. Getty Images

Aquí yace media España; murió de la otra media.

Mariano José de Larra (1809-1837), en El día de Difuntos de 1836.

Son españoles los que no pueden ser otra cosa.

Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897), político e historiador.

Suponga que usted es un idiota y ahora suponga que es miembro del Congreso. Pero creo que me repito.

Mark Twain (1835-1910).

Egoísta, s. Persona de mal gusto, que se interesa más en sí mismo que en mí.

Ambrose Bierce (1842-1914?), en su Diccionario del diablo.

Soy tan listo que a veces no entiendo una palabra de lo que digo.

Oscar Wilde (1854-1900), en su cuento El famoso cohete.

Siempre es mejor decir la verdad, a no ser, claro, que seas un mentiroso excepcionalmente bueno.

Jerome K. Jerome (1859-1927), en Idler Magazine.

Es un hombre que sabe de todo, ¡qué tonto será!

Miguel de Unamuno (1864-1936).

El periodismo consiste en buena medida en decir “Lord Jones ha muerto” a gente que no sabía que Lord Jones estaba vivo.

G. K. Chesterton (1874-1936).

Groucho Marx en 'Una noche en Casablanca'. Getty Images

Cuando me siento triste y deprimido, salgo y mato a un policía.

P. G. Wodehouse (1881-1975) en The Man Upstairs and Other Stories.

El principal enemigo de la creatividad es el buen gusto.

Pablo Picasso (1881-1973).

Si no tienes nada bueno que decir de alguien, siéntate aquí a mi lado.

Alice Roosevelt Longworth (1884-1980), escritora estadounidense. Se hizo coser la frase en un cojín <3.

La muerte es hereditaria.

Ramón Gómez de la Serna (1888-1963), en sus Greguerías.

No tiene ninguna importancia. Por eso es tan interesante.

Agatha Christie (1890-1976), en El asesinato de Roger Ackroyd.

Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cuatro años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cuatro años!

Groucho Marx (1890-1977), en Sopa de Ganso.

El dinero no puede comprar la salud, pero me conformaría con una silla de ruedas adornada con diamantes.

Dorothy Parker (1893-1967), escritora estadounidense.

¿Por qué tienes que ser un inconformista como todo el mundo?

James Thurber (1894-1961), escritor y humorista estadounidense.

Sobre lo que no podemos hablar debemos guardar silencio.

Ludwig Wittgenstein (1889-1951), en el Tractatus logico-philosophicus.

Exceptuando algún ataque al corazón ocasional, me siento tan joven como siempre.

Robert Benchley (1889-1945), crítico, actor y humorista.

Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa.

Spike Milligan. Getty Images

Enrique Jardiel Poncela (1901-1952).

Si hubiera sido la Virgen María, habría dicho: “No”.

Margaret “Stevie” Smith (1902-1971), escritora inglesa.

Antes de hacer a S. J. Perelman rompieron el molde.

S. J. Perelman (1904-1979), en la introducción a su antología The Best of S. J. Perelman.

La única diferencia entre un loco y Dalí, es que Dalí no está loco.

Salvador Dalí (1904-1989).

Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.

Samuel Beckett (1906-1989), en Wostward Ho.

Coloca a un ladrón entre hombres honrados y acabarán quitándole el reloj.

Flann O’Brien (1911-1966), en En Nadar-dos-pájaros.

En algún lugar en este planeta, cada diez segundos hay una mujer dando a luz a un niño. Deberíamos encontrarla y detenerla

Sam Levenson (1911-1980), humorista estadounidense.

He dejado órdenes de que me despierten en cualquier momento en caso de emergencia nacional, incluso si estoy reunido con el gabinete.

Ronald Reagan (1911-2004), actor y presidente de Estados Unidos.

Tengo el cuerpo de un joven de 18 años. Lo guardo en la nevera.

Spike Milligan (1918-2002), humorista irlandés.

Os dije que estaba enfermo.

Spike Milligan (1918-2002), en su lápida.

El matrimonio es como el metro en las horas punta: los que están fuera quieren entrar y los que están dentro quieren salir.

Miguel Gila (1919-2001), en El matrimonio.

Creo que ser mujer es como ser irlandés... Todo el mundo dice que eres importante y agradable, pero acabas en segundo lugar de todas formas.

Iris Murdoch (1919-1999).

Haber nacido me ha estropeado la salud.

Clarice Lispector (1920-1977), en Para no olvidar.

No quiero ganarme la vida, ya la tengo.

Fran Lebowitz. Reuters / Cordon Press

Boris Vian (1920-1959), en La espuma de los días.

¡Conozco la respuesta! ¡La respuesta se halla en los corazones de la humanidad! ¿La respuesta es 12? Creo que estoy en el edificio equivocado.

Charles Schulz (1922-2000), en boca de Lucy Van Pelt, de los Peanuts.

Que levante mi mano quien crea en la telequinesis.

Kurt Vonnegut (1922-2007), en uno de los discursos incluidos en Que levante mi mano quien crea en la telequinesis y otros consejos para corromper a la juventud.

Las tres palabras más hermosas en nuestro idioma: “Te lo dije”.

Gore Vidal (1925-2012).

Tragedia es cuando yo me corto un dedo. Comedia es cuando tú te caes por una alcantarilla abierta y te mueres.

Mel Brooks (1926).

“Apolítico total. De derechas, como mi padre”.

Rafael Azcona (1926-2008), en La escopeta nacional.

Culpo a mi madre de mi pobre vida sexual. Sólo me dijo: "Él va encima y ella, debajo". Mi marido y yo dormimos en literas durante tres años.

Joan Rivers (1933-2014).

Supe que fui un bebé no deseado cuando vi que mis juguetes de baño eran una tostadora y una radio.

Joan Rivers (1933-2014).

Quien no trabaja, no come, sí, pero quien trabaja, no vive.

Georges Perec (1936-1982), en Las cosas.

Gasté un montón de dinero en coches, mujeres y alcohol. El resto simplemente lo malgasté.

George Best (1946-2005).

En el interior de cada anciano hay un joven preguntándose qué demonios ha pasado.

Terry Pratchett (1948-2015), en Imágenes en acción.

Si los árboles gritaran, ¿seríamos tan inconscientes a la hora de talarlos? A lo mejor, si gritaran todo el rato sin motivo.

Jack Handey (1949), en Deep Thoughts.

La vida es lo que haces cuando no puedes dormir.

Fran Lebowitz (1950), en Metropolitan Life.

Lo opuesto a hablar no es escuchar. Lo opuesto a hablar es esperar.

Fran Lebowitz (1950), en Social Studies.

La realidad a menudo es inexacta.

Douglas Adams (1952-2001), en El restaurante del fin del mundo.

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