'La Juani', la Thermomix más famosa de España

La principal ventaja de la Thermomix, posiblemente el robot de cocina más famoso del mundo, es que para cocinar con ella no hace falta más que saber leer. Con sus programas de picado, amasado o cocción, basta con seguir al pie de la letra las instrucciones del libro de recetas del aparato para obtener unos resultados más que aparentes. Pero, ¿qué ocurre cuando los platos que sugiere el libro no gustan?

“Me compré una en 2009 porque la vi en un programa de Canal Cocina. No conocía a nadie que la tuviera, pero me pareció muy práctica”, cuenta a Verne por teléfono, desde León, Ana Sevilla, la autora de La Juani de Ana Sevilla, uno de los blogs de recetas para Thermomix más populares de España.

“Empecé a hacer las recetas del libro que trae y al poco tiempo mi hija y mi marido me dijeron 'deja de cocinar con esa cosa'. En mi casa son muy de sota, caballo y rey, y en las recetas sugeridas por la Thermomix se utilizan muchas especias, pochan poco la cebolla, usan mucho aceite, las cosas se quedan como cocinadas al vapor… Así que empecé a probar recetas por mi cuenta”.

Aunque llevaba cocinando desde los 17 años e inventar y probar recetas era una de sus principales aficiones, nunca se le había ocurrido compartir sus creaciones en internet, hasta que a través de la Thermomix llegó al Recetario, el foro oficial del producto.

Hay foros de recetas de Thermomix como este con comunidades muy activas. "Conocí gente, hice amigos y la gente empezó a seguirme y a fiarse de mis recetas porque les funcionaban bien. Subía todos los días un par de platos, y de cada diez concursos que había, yo ganaba ocho", cuenta.

Tanta victoria, dice, creó recelos. "Estuve un poco menos de un año como usuaria activa del foro y gané unos cien concursos. Viajes, lotes de productos… Y empezaron las envidias. Comencé a recibir mensaje privados de gente que se abría cuentas falsas insultándome y metiéndose conmigo. La pantalla de un ordenador hace muy sencillo no tener que dar la cara. La gente que me seguía me sugirió que me hiciese un blog propio”, añade. El nombre del blog, La Juani de Ana Sevilla (entonces en blogspot), se lo puso su marido, que se refiere al robot de cocina de esa forma. Bautizó así a la Thermomix con nombre propio más famosa de España.

La Juani es desde entonces la Thermomix con nombre propio más famosa de España. “Las recetas las sacaba de mis cuadernos o me las inventaba sobre la marcha. Apenas miro blogs de otras personas, bastantes ideas tengo yo en mi cabeza”, cuenta Ana. Dice que pronto empezaron a llegar las copias y los plagios en otros blogs de cocina, con las mismas fotos y el mismo texto, haciéndolos pasar por suyos. “Mis seguidores me avisan cuando ven algo así, y a veces protesto y a veces no”, comenta resignada.

En Facebook, el grupo Juaneando con Ana Sevilla. Cuenta con casi 70.000 miembros y se gestiona entre once administradoras a las que Ana llama “secres”, que pasaron de ser lectoras y seguidoras a amigas cercanas con las que habla a diario y organiza quedadas.

Las cifras del blog son aún más notables: con 1831 recetas publicadas –y con 400 recetas más ya hechas, almacenadas en los borradores a la espera de publicación-, recibe entre 70.000 y 100.000 visitas diarias, que en periodos como la Navidad alcanzan las 200.000. Además, no incluye ya solo recetas de Thermomix, sino también un blog paralelo, “Los fogones de Ana Sevilla con los mismos platos adaptados a la cocina tradicional, la de hornillo, vitrocerámica o placa de inducción, que reúne 15.000 visitas diarias.

Debido al éxito de las elaboraciones de Ana, no tardaron en llegarle ofertas de empresas deseosas de vincularse a su trabajo para promocionarse. Así ocurrió con los distribuidores de la olla GM, una olla programable casi desconocida en España hasta que se pusieron en contacto con Ana. “Yo no quería más cacharros, pero me enviaron una de regalo y me enamoró". Así que también adapta sus recetas a ésta.

"Me da para mis gastos y algún capricho"

Con unos horarios autoimpuestos que suponen levantarse a las seis de la mañana y estar diez horas al día con el ordenador encendido respondiendo correos electrónicos y mensajes de Facebook -“contesto a todo lo que me preguntan, desde dudas con las recetas hasta ideas de menús para ocasiones especiales”-, a la vez que cocinando, resulta inevitable preguntarse si Ana obtiene algún tipo de beneficio económico por su trabajo.

“En su día los de Thermomix me llamaron por si quería venderles recetas para la revista oficial de la marca”, explica. “Me alegró mucho la oferta; me pagaban entre 30 y 45 euros por receta, pero tenía que poner yo la idea, los ingredientes, y hacerme autónoma, con lo que iba a acabar palmando dinero. Además, las recetas no saldrían con mi nombre y tampoco podría publicarlas en mi blog, con lo que no tendría ni el reconocimiento, así que dije que no”.

Hoy, la principal fuente de ingresos que recibe Ana procede de los anuncios de Google AdSense que ha incluido en el blog, que no llegan al salario mínimo mensual, y ha rechazado ofertas de percibir más dinero a cambio de insertar publicidad más invasiva. “No quiero que nadie esté leyendo una receta y le salten todo el rato anuncios que molesten. Lo que obtengo me da para mis gastos y algún capricho. No hago esto por dinero”.

Ana,  que entre tanto ha publicado varios libros de recetas, tampoco ha deseado nunca trabajar como cocinera profesional “porque es muy esclavo” ni dar el salto a algún programa de televisión, aunque en 2011 Canal Cocina la seleccionó como una de los blogueros cocineros de su concurso anual, y grabó un programa con ellos que la cadena sigue emitiendo de vez en cuando. "Pasé muchísima vergüenza, no llevo nada bien las cámaras. La chica que ganó el mismo año que yo acabó teniendo un programa en Divinity (se trata de Alma Obregón de Objetivo cupcake), pero es que ella vale para eso y lo hace muy bien".

En un mundo donde prima la imagen y el componente visual parece imprescindible para el éxito, las recetas de Juani no son las mejor fotografiadas ni tienen una presentación ajustada a los cánones foodies actuales, que la tildarían de “viejuna”. Sus fotos no están retocadas, sólo incluyen una marca de agua “porque es lo único que sé hacer con el Photoshop”, y los platos no son de cocina de vanguardia ni siguen las tendencias gastronómicas del momento.

Pero triunfan porque son sencillos, apetitosos de un modo clásico y atemporal, destilan autenticidad y están hechos con ingredientes fáciles de encontrar. Han logrado que mucha gente se anime a comprarse una Thermomix, una olla GM o a desempolvarlas del cajón de los trastos, y han acabado cambiando la vida de su protagonista.

Cocinar tantas recetas, fotografiarlas, subirlas al blog, gestionar un grupo de Facebook tan activo y responder a los cientos de peticiones y dudas que le llegan al día no se consigue sin un coste a cambio. “He renunciado a tener más vida”, reconoce Ana, que defiende que los lazos entre la comunidad de este tipo de foros no sólo ayudan en la cocina. "Cuando aún estaba en el Recetario de la Thermomix murió mi padre y perdí la ilusión por cocinar y publicar recetas, y muchas personas me escribieron interesándose por mí y animándome. Me abrí el blog y eso me ayudó a salir adelante, por eso cuando alguien me escribe diciéndome cosas como 'me has salvado de una depresión', le entiendo perfectamente, porque me pasó a mí”.

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