Este año han salido más de 370.000 colombianos del país, de vacaciones o por trabajo. Y es muy probable que muchos ya hayan tenido que aclarar algunas creencias que suelen repetirse cada vez que decimos que somos de Colombia. La mayoría se asume con gracia, pero otras nos obligan a explicar que aunque en los años ochenta y noventa los cárteles del narcotráfico - liderados por Pablo Escobar - nos marcaron como país, no nos determinaron como colombianos.
Lo que nos cuesta más explicar es cuando nos preguntan por qué se dice que nuestro país es el más feliz del mundo. Ahí preferimos recomendar que vengan a Colombia. Solo estando aquí se entiende por qué, a pesar de la violenta historia del país, la gente no deja de sonreír. El siguiente es un decálogo de cosas que no son tan ciertas como a veces nos pintan a los colombianos:
1. No todos movemos las caderas como Shakira. Lo de la cantante barranquillera es un don que lamentablemente no todos los colombianos tenemos. Las caderas a veces sí mienten.
2. Macondo no está en el mapa. Macondo no existe. O al menos no en un punto específico del mapa de Colombia. El pueblo ficticio del que tanto habló en su obra Gabriel García Márquez puede ser cualquier lugar de Colombia. Son los pueblos y las ciudades en donde lo imposible y absurdo se puede hacer realidad.
3. Pablo Escobar es cosa del pasado. Marcó una época difícil en el país, fue el narcotraficante más buscado del mundo y con su nombre ha pasado de serie en serie como un sinónimo de Colombia. Y tal vez lo fue, pero Escobar para los colombianos ya es cosa del pasado. Cada vez que nos preguntan por él, debemos explicar que aunque la televisión lo ha puesto de moda, en Colombia ya es poco lo que se habla de él.
4. Ni Betty ‘la fea’ ni Sofía Vergara. La mujer colombiana no siempre es como las telenovelas las han pintado en el exterior. No todas son como el personaje de la famosa telenovela ni como la bomba latina, que representa ‘la Toti’ Vergara.
5. Playa y sol, solo en algunos lugares de Colombia. Muchos quisiéramos poder vivir enfrente de la playa, pero en Colombia existen lugares que tienen temperaturas bajo 0°C y otras, calurosas, que alcanzan los 30°C. A algunos nos toca viajar varias horas para llegar al mar.
6. No llevamos una bolsita con droga en el bolsillo. Las historias que muestran en la televisión parecen condenarnos. Las preguntas de si la droga colombiana es buena o de si tenemos "un poquito" para regalar, están de más. Las series que han mostrado a una Colombia consumidora son más ficción que realidad.
7. Tenemos diferentes acentos. El tono colombiano no existe. En el país tenemos diferentes acentos de acuerdo a la región en donde vivamos. Así nos escuchen iguales, hablamos muy diferente.
8. Podemos ser puntuales. “¿Hora Colombia?”, preguntan algunos para saber si la cita será puntual o no. Aunque el tráfico hace que en algunos casos llegar a tiempo sea una tarea difícil, no todos los colombianos somos impuntuales.
9. Ser narco es todo menos cool . Aunque las historias sobre Colombia los muestran con vidas llenas de lujos y tranquilas, la realidad es otra. Las autoridades nacionales tienen instancias especiales para perseguir a quienes se dedican al tráfico de drogas y en la mayoría de los casos sus bienes y lujos terminan confiscados y ellos, en cárceles o abatidos en medio de operativos policiales.
10. El ‘Pibe’ Valderrama y James no son nuestros únicos futbolistas. Además de ellos, tenemos decenas de jugadores en equipos locales que nos llenan de orgullo y que también quisiéramos que brillaran en el exterior.
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