'Hijo de una limpiasuelos': el artículo viral contra el clasismo

El periodista Raúl Solís lo publicó después de que un edil del PP afirmara que Ada Colau tendría que estar "limpiando suelos"

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El lunes 14 de marzo, el concejal del PP en Palafolls (Maresme) Óscar Bermán afirmó que Ada Colau "en una sociedad seria y sana, estaría limpiando suelos". Esa misma noche, el periodista Raúl Solís publicaba en Paralelo36 Andalucía un artículo titulado Hijo de una limpiasuelos, comparando el trato que su madre recibía por parte de los "señoritos" a los que servía con el "desprecio" que el edil popular muestra, con su comentario, hacia las clases trabajadoras.

El artículo (que puedes leer más abajo al completo, por cortesía del autor y de Paralelo36 Andalucía) ha llegado a portada del agregador de noticias Menéame, y ha sido compartido en más de 3.000 ocasiones en Facebook según la herramienta de medición Sharedcount. "La guinda para escribir el artículo fue lo de Colau", explica Solís, de 34 años, vía telefónica a Verne, "aunque lo estaba rumiando desde los Goya, cuando parecía que algunos querían ridiculizar a Iglesias y Garzón diciendo que parecían camareros".

"Me subleva el desprecio generalizado a los trabajadores y la gente pobre de un sector de la población", opina. "Sobre ese desprecio se asientan luego las políticas de castigo a los más desfavorecidos, quitando ayudas y desprestigiándolos hasta que no queda nadie que los pueda defender".

Al periodista no le ha sorprendido demasiado el éxito en redes del texto: "Esperaba que tuviera repercusión", reconoce. "He escrito varios artículos en Paralelo36 que han llegado a muchísima gente, aunque tanto como este creo que no".

Según cuenta Solís a Verne, su madre "comenzó a limpiar en casa de estos señores, en Mérida, con nueve años. Para entrar a trabajar al Matadero de la ciudad era necesario tener 16 años, pero ella, con 15, falsificó la documentación". Cuando la tuvo, llegó el momento de despedirse de la familia a la que había servido: "Cuando tuvo los papeles, fue por última vez a casa de los señoritos, y cuando le dieron el bacalao... Se lo tiró y salió corriendo".

¿Y qué opina su madre de la situación política actual? "Ella está educada en la cultura del silencio y del miedo", cuenta Solís, el más joven de cinco hermanos. "Por ejemplo, me dice mucho: Ay, ten cuidado en esa manifestación o, ten cuidado si escribes eso. Pero, a pesar de eso, está muy preocupada por cómo están las cosas ahora mismo. Es un claro ejemplo del hartazgo de la sociedad".

Hijo de una limpiasuelos

Raúl Solís

Soy hijo de una mujer que con nueve años empezó a limpiar suelos en casa de unos señoritos de mi pueblo. Esa mujer ahora tiene 72 años. Creció sin padre en una España enlutada y de silencio en la que las mujeres que fregaban suelos no trabajaban, servían. "Yo de chica servía", ha dicho mi madre en más de una ocasión.

Servir significaba lo que significaba. Trabajar mucho, quejarse poco, ganar menos todavía y aceptar que tu nivel social y expectativas de futuro estaban a la altura del suelo al que te arrodillabas para fregar a mano, por donde, una vez limpio, desfilarían los zapatos finos y elegantes de quienes pensaban que nacer pobre era un castigo divino porque ellos, su fortuna y bienestar, era lo que se merecían.

En su sociedad de perdedores y ganadores, el trozo de bacalao diario con el que le pagaban a mi madre por servirles era lo más a lo que podía aspirar una pobre desgraciada, hija de perdedores de la guerra civil y analfabeta. Pero aquella pobre y analfabeta mujer, de la Extremadura de posguerra, contra todo pronóstico no olvidaría jamás su memoria ni perdería la dignidad. Yo, su hijo, tampoco lo olvidaré nunca.

Aquella dignidad de mi madre consiguió que, harta de que le pagaran en "trocitos de bacalao" en lugar de dinero, un día se 'jartara' y les tirara en señal de desprecio el bacalao a los señoritos, que era el salario que le daban a mi madre a cambio de perder toda su adolescencia tirada en el suelo de rodillas para que ellos pudieran lucir estatus. Esa mujer, mi madre, antes había acarreado cubos de agua de la fuente pública a casa de los señoritos, los abuelos y padres ideológicos de los que hoy creen que Ada Colau "tendría que estar limpiando suelos".

En el intento de insulto de la derecha cañí a Ada Colau más que insulto a la alcaldesa de Barcelona, lo que se esconde es el arsenal de desprecio y rabia que tienen y han tenido por las personas trabajadoras, a las que el máximo nivel que les permitían ocupar era el del suelo, de rodillas frente a su insaciable voracidad y odio por la gente sencilla.

En la gala de los Goya también insultaron a Pablo Iglesias y a Alberto Garzón porque "parecen dos camareros", como si ser camarero fuera el escalafón más bajo de su sociedad clasista en la que nacer en una cuna pobre bastaría para que toda la vida estuvieras de rodilla. No insultaron a Pablo Iglesias y a Alberto Garzón, sino que mostraron todo el odio que les sangra por la gente que les pone los cafés por la mañana.

Hoy, aquellos hijos y nietos de las mujeres que le fregaron los suelos a los abuelos y padres de la derecha española, andamos por la calle con la misma dignidad con la que mi madre les lanzó el bacalao a los señoritos que se negaban a pagarle el jornal que merecía. Somos los hijos e hijas y nietos y nietas de las mujeres que les han fregado los suelos, pero somos algo más.

Además de títulos universitarios y ser hijos e hijas de la universidad pública que ahora quieren privatizar para que volvamos a estar a la altura del estropajo que usaba mi madre para fregar el suelo, sabemos de dónde venimos. Somos el símbolo más evidente de su derrota, los podemos mirar a los ojos y hasta ocupar los sillones de alcaldes, ministros y diputados en los que ellos se sentaban por la gracia de Dios. Y lo que es peor, tenemos memoria.

Publicación original de Pararelo36 Andalucía, del 14 de marzo de 2016

En una sociedad sana...

El artículo de Solís no ha sido la única réplica en redes a las palabras del edil del PP Óscar Bermán. La alcaldesa de Barcelona respondió al concejal con el siguiente mensaje, que ya ha superado los 10.000 retuits:

Desde la publicación del mensaje de Ada Colau, el hashtag #EnUnaSociedadSana se ha utilizado en más 45.000 mensajes, según la herramienta de medición Twitter Curator. Estos son algunos de los mensajes que han podido leerse con la etiqueta durante las últimas 24 horas:

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