"Imagínate lo que cambia la experiencia de un niño al llegar con miedo a un hospital y encontrarse, en lugar de un ambiente frío, una sala decorada con colores agradables y motivos espaciales", explica a Verne Pilar García-Valdés, directora de la Fundación CurArte. Esta organización sin ánimo de lucro ha sido la encargada de guiar y asesorar al Hospital Maternoinfantil de la Vall d'Hebron de Barcelona en la remodelación de su sala de radiología.
A partir de ahora los niños que deban acudir a realizar escáneres, resonancias, ecografías o radiografías podrán imaginarse, gracias a la decoración de las habitaciones, pasillos y vestuarios, que están en un entorno espacial en lugar de en un hospital.
"En la sala de espera ya se encuentran un ambiente muy agradable con diseños infantiles", explica García-Valdés, "y en la sala de TAC hemos puesto una iluminación perimetral que cambia de color. Ellos mismos, pueden elegir con un mando, antes de entrar, si quieren que las luces sean rosas, azules o que vayan rotando". En ese entorno, el escáner pediátrico -una máquina de última generación que reduce además la tasa de radiación- se convierte en "una nave espacial".
El proyecto, que ha sido impulsado y financiado por la Fundación Philips, fue presentado oficialmente el pasado 5 de octubre -aunque ya estaba en funcionamiento desde hace unos meses-. Una novedad importante es que introduce una App, ScanKids, que permite que los pacientes conozcan, "con lenguaje de niños", en qué consisten las pruebas que les van a realizar.
La Fundación CurArte, a través de un estudio de investigación previo, había observado que en estos casos lo que más preocupaba a los padres y a los niños es no saber a qué se enfrentan. "Ahora", explica García-Valdés, "en el momento en que piden la cita se les recomienda que descarguen esta aplicación en casa. En ella pueden buscar la prueba que les van a hacer, si es dolorosa o no, para qué sirve..."
La App también incluye juegos y actividades didácticas sobre el cuerpo humano, los huesos, los órganos, etc.. "Y los niños", recuerda García-Valdés, "pueden llevarse después el iPad al hospital para seguir utilizándolo en la sala de espera. En los personajes de la decoración de las paredes reconocerán a los protagonistas de la aplicación".
García-Valdés señala que a medida que avance el proyecto se realizará un estudio postintervención para obtener datos concretos de sus beneficios. El equipo médico, por su parte, ha observado que se han reducido en un 75 por ciento las dosis de anestesia que suministran a los pacientes cuando están muy nerviosos.
Desde CurArte indican que los niveles de satisfacción con estas intervenciones son enormes. Además de en los niños la acogida es muy positiva entre el personal del hospital -"agradecen un montón este tipo de iniciativas"- y en las familias: "Muchas veces los padres lo pasamos aún peor que los niños, por el sufrimiento que les generan estos trámites, y cuando ves que los niños están tranquilos, te tranquilizas tú también", recuerda su directora.
Esta asociación lleva años trabajando para mejorar la calidad de vida de los niños hospitalizados. Además de con el Vall d'Hebron han colaborado con una veintena de hospitales españoles. En el Gregorio Marañon, por ejemplo, instalaron un área recreativa en la terraza de la planta de hospitalización y en la unidad de Nefrología pediátrica de La Paz decoraron las paredes con robots. Según sus datos, gracias a sus intervenciones se han beneficiado unos 350.000 niños y adolescentes.
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