La palabra "señoras" mezcla la admiración genuina con un punto de burla en una sociedad como la española, que durante siglos ha concedido especial importancia a la figura materna. Pero las Lideresas de Villaverde, un grupo de mujeres madrileñas mayores de 65, escapan del papel residual al que les relega esa broma recurrente.
En uno de sus múltiples proyectos han posado para la fotógrafa y arquitecta ferrolana Ana Amado, ocupando el lugar de hombres relevantes en conocidas imágenes de la historia reciente.
El encuentro entre el Dalai Lama y el Papa Juan Pablo II de 1982, el famoso beso fraternal en los labios entre los líderes comunistas Breznev y Honecker en 1979 y un Steve Jobs presentando el primer iPhone sufren un giro femenino en esta selección de retratos llamado como ellas: Lideresas.
El resultado de esta colaboración se expone hasta el 29 de junio en la plaza de Alonso Cano de Granada, como parte de la programación del Pa-ta-ta Festival Internacional de fotografía emergente.
"Son imágenes que pertenecen a las calles más que a las salas de exposición, porque es donde mejor pueden visibilizar a estas mujeres olvidadas", comenta Amado a Verne por teléfono.
Ferrán Adriá pasa a ser Fernanda Adriá y también aparecen una Kasparov, una Einstein y las Beatles cruzando el paso de cebra de Abbey Road. Amado buscaba la forma de unir en una misma propuesta el asunto de desigualdad entre hombres y mujeres y a la vez el tema del rechazo a la vejez, "que es algo de lo que apenas se habla" y encontró a este grupo de mujeres.
Una espectadora observando en Granada la versión femenina del beso fraternal comunista de Ana Amado / Equipo Pa-ta-ta
En Villaverde, distrito en el sur de Madrid, trabajaban juntas desde 2013 gracias a un programa del Ayuntamiento que convocó a un grupo de mujeres de distintos centros de mayores para que se unieran al proyecto. Ellas mismas organizan las actividades en las que participan y tienen su propio programa de radio.
"Desde que les comenté la idea de hacer estas fotografías, se pusieron a trabajar. Yo les propuse imágenes que fueran reconocibles para la gente y que se pudieran recrear. A partir de ahí, fueron ellas las que se encargaron de casi toda la producción, de buscar el vestuario, las localizaciones y la decoración", explica la fotógrafa.
Las mujeres de este grupo lograron organizarse por primera vez en su vida cuando entraron a formar parte de Lideresas de Villaverde. Algunas enviudaron muy pronto y otras pasaron décadas atrapadas en matrimonios abusivos, contaba EL PAÍS en un reportaje sobre este programa a finales de 2018.
"La desigualdad de género es un fenómeno global, pero los años del franquismo en España, que son los que vivieron esta generación de mujeres, pasó especial factura. Les costó acceder a la educación y recibieron valores muy tradicionales y machistas que a menudo les impedían crecer como personas", dice Amado.
Con este grupo de mayores y con este proyecto fotográfico intentan recuperar todas esas oportunidades que no pudieron tener, aunque, como recuerda la fotógrafa, "siguen gestionando su vida en función de los demás". Los años de crisis les han convertido en cuidadoras de sus nietos y, a veces, de sus propios hijos adultos.
Ahora, el sueño de Amado y de sus modelos es que estos retratos "también puedan verse en las calles de su Madrid".
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