Ponte a prueba: ¿cuántos de estos momentos míticos de los Globos de Oro conoces?

Pista: muchos de ellos están influenciados por el alcohol

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Los Globos de Oro son un chiste recurrente de Hollywood. Solo algunos despistados siguen considerándolos “la antesala de los Oscar”, más bien se trata de unos premios que van por libre y que muchas veces no aciertan en su predicciones más allá de lo obvio. Fueron creados en 1944 por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA), un grupo reducido de personas (y tan reducido, actualmente son 87 miembros) que votan muchas veces guiados por el oropel y las ganas de juntar estrellas en su gala. Cuando no surgen los rumores (más o menos fundamentados) de cohecho para influir en los votos.

Mezclan cine y televisión en un adorable popurrí, dividen los premios en unas categorías de comedia y drama que confeccionan con un criterio cambiante (¿o acaso son Antes del anochecer o The tourist comedias?), pero también son desprejuiciados y no tienen miedo a hacer el ridículo. Y, sobre todo, su ceremonia es de las más divertidas porque consiste en organizar una cena regada con alcohol, el principal artífice de muchos de los momentos de improvisación, caos y genio de esta gala. Recopilamos algunos de los momentos clave de su historia. ¿Los recordabas?

- El Rat Pack marca para siempre la dinámica de los premios. Hasta 1958 eran los miembros de la Asociación de Prensa Extranjera los que entregaban los galardones pero, durante la ceremonia de aquel año, Frank Sinatra, Sammy Davis Junior y Dean Martin irrumpieron en el escenario para hacer un número de canalleo encantador y ciertamente alcohólico. El éxito fue tal que al año siguiente les llamaron para presentarlo y, a partir de entonces, se decidió que los premios fuesen entregados por famosos. Lo del nivel de alcohol ya es decisión de cada cual. 

- Bette Midler finge una felación con su premio. En 1980 la actriz recogió dos galardones por su papel en The Rose e hizo dos chistes que todos haríamos en privado con este tipo de estatuillas si llevásemos unas copas de más. “Te enseñaré un buen par de Globos de Oro”, dijo al mismo tiempo que fingió hacerle sexo oral al premio. Con el único ¿inconveniente? de que a ella estaba mirándole una audiencia de millones de personas.

- Un triple empate. Siendo tan pocos votantes, estas cosas pueden ocurrir, y así sucedió en 1989 en la categoría de mejor actriz de drama. Se repartió entre Jodie Foster por Acusados, Shirley MacLaine por Madame Sousatzka y Sigourney Weaver por Gorilas en la niebla.

- “Estaba en el lavabo”. Esta pesadilla habitual de que digan el nombre del premiado mientras se encuentra en el baño le ocurrió a Christine Lahti en 1998 al ser premiada por Chicago hope y a Renée Zellweger en 2001 por Nurse Betty. Incomodidad suprema para el presentador, el público y la estrella galardonada. Regocijo del espectador.

- Pia Zadora gana por la misma película un Globo de Oro a mejor nueva actriz y un Razzie a la peor interpretación. La fama de los Globos de ser unos premios de moral distraída se sustenta en historias como esta. En 1982 Pia Zadora protagonizó Butterfly, un drama rural incestuoso de dudosa calidad sufragado por su multimillonario marido Meshulam Riklis. Para darle un empujoncito a la película, Riklis invitó a los votantes a pasar un fin de semana en un hotel de su propiedad en Las Vegas, asegurándole así a su esposa el galardón. Cuando se vio la sobreactuada interpretación de Zadora y se supo la discutible estrategia de promoción llevada a cabo, el prestigio de los premios quedó por los suelos en el que se considera el mayor escándalo de su historia. Como no podría ser de otra manera, Butterfly se convirtió en una película de culto y Zadora en una actriz-trash reivindicada, entre otros, por John Waters, que la entrevistó en su libro Majareta y contó con ella en su película Hairspray.

- Ving Rhames entrega su Globo de Oro a Jack Lemmon. En 1998 Rhames gana el premio a mejor actor por una película para televisión en la que interpretaba al icono pop del mundo del boxeo Don King. Arrasado en lágrimas, el actor le cedía el premio a otro nominado, Jack Lemmon, ante la estupefacción de los presentes y del propio obsequiado. Un gesto ¿encantador? ¿emotivo? ¿incomprensible? Nadie ha hecho lo mismo con un competidor en los premios Oscar. A partir del minuto 2:25 puede verse el llanto de Ving Rhames y la cara de asombro de todos los demás.

- Sharon Stone regala relojes a los miembros de la HFPA para promocionar su nominación por La musa. En 1999 se hizo público que los entonces 82 miembros de la Asociación de prensa extranjera habían recibido piezas de oro y brillantes. Tras el revuelo, fueron devueltos (menos tres que se quedaron con sus dueños en un momento muy Santa Rita lo que se da no se quita) y la actriz no ganó finalmente el premio.

- El diseñador Isaac Mizrahi le toca los pechos a Scarlett Johansson, con permiso de ella, para comprobar que eran verdaderos. Sucedió durante la alfombra roja de la gala de 2006 y dio mucho de qué hablar.

- La huelga de guionistas impide la celebración de la gala. En 2008 los premios se comunicaron en una expeditiva y breve rueda de prensa.

- Ricky Gervais siembra el escándalo. Todo empezó con su monólogo inicial de 2010, donde hizo chistes sobre la homosexualidad de Tom Cruise, el alcoholismo de Mel Gibson, repartió estopa a diestro y siniestro, hizo sentir a todo el mundo incómodo y hasta se llevó algún amago de abucheo. ¿El resultado? Volvieron a llamarle para presentar al año siguiente. Y el siguiente también, con el mismo estilo y resultados similares.

- Natalie Portman se ríe así.

- Amy Poehler y Tina Fey lo hacen todo bien. Presentaron la ceremonia de 2013 y 2014 con éxito apabullante de crítica y público, y lo harán también este año. Las cómicas tienen tan buena sintonía con las estrellas que incluso hacen chistes sobre el machismo de la industria del entretenimiento.

- La ceremonia de 2013 se convierte en una fábrica de gifs. Entre los más famosos, el de Quentin Tarantino escupiendo al enterarse de que había ganado un premio por el guión de Django desencadenado.

Y también el de Glenn Close fingiendo estar borracha para seguirles la broma a las presentadoras.

- Jodie Foster sale del armario… más o menos. En 2013 la actriz recibió el premio Cecil B. de Mille (el Globo de Oro honorífico) y aprovechó para dar un discurso en el que anunciaba su soltería y agradecía a su pareja de toda la vida, una mujer, el apoyo recibido. Su reflexión sobre la importancia de mantener la privacidad en la industria llenó de lágrimas los ojos de una platea de estrellas que sin duda sabían de qué estaba hablando.

- Jacqueline Bisset improvisa un discurso. Desde luego ella no se esperaba ganar en 2014 por la película para televisión Dancing on the edge. Muy sorprendida, Bisset improvisó como pudo un discurso de aceptación lleno de silencios, circunloquios, referencias a la edad y hasta soltó un “mierda” en directo.

- Estrellas borrachas. El círculo iniciado por el Rat Pack se cierra. Fundamentalmente los Globos de Oro son la oportunidad de ver a unos cuantos actores, actrices, directores... de Hollywood –y de la televisión- pasándoselo bien, saltándose el guion y disfrutando. Ejemplo clásico es ver a Elizabeth Taylor en 2001 equivocándose al anunciar con dicción pastosa el premiado antes que los nominados. El vídeo está en inglés, pero el lenguaje del alcohol es universal, así que disfrutadlo.

- En 2014 Emma Thompson aparece descalza, con los tacones en una mano y una copa de Martini en la otra. Puro espíritu de los Globos de Oro condensado.

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