Aunque salvar el mundo puede parecer propio de películas protagonizadas por superhéroes, espías y agentes secretos, hay personas (reales) que ayudaron a que millones de personas sigamos vivos, según este hilo de la red social de preguntas y respuestas Quora, que intenta responder a la cuestión: "¿Puedes nombrar a alguien que realmente haya salvado el mundo?".
1. Stanislav Petrov (1939), el hombre que no hizo nada
Petrov era un teniente coronel que el 26 de septiembre de 1983 estaba a cargo del búnker Serjupov-15, donde se coordinaba la defensa aeroespacial rusa. A las 00:14 horas un satélite dio la alarma: Estados Unidos había lanzado un misil balístico intercontinental desde una base de Montana. Alcanzaría la Unión Soviética en 20 minutos. El protocolo obligaba a Petrov a responder a ponerse en contacto con sus superiores e informar del ataque para que la Unión Soviética pudiera responder.
Este ataque era creíble: los soviéticos habían derribado hacía poco un avión surcoreano que volaba en espacio aéreo ruso y la OTAN había respondido con ejercicios militares. La guerra fría seguía en pie.
Pero Petrov tenía sus dudas: ¿por qué un solo misil? Lo normal sería que el ataque fuera total, motivo por el que siguió sospechando que se trataba de un error después de que los ordenadores indicaran que había otros cuatro misiles volando hacia el país. Informó a sus superiores de que había habido un error, a pesar de que no las tenía todas consigo. Como recoge la BBC: "23 minutos más tarde me di cuenta de que nada había ocurrido. Si hubiera sido un ataque real, ya lo sabría. Fue un verdadero alivio".
2. Edward Jenner (1749-1823), 530 millones de personas salvadas
Jenner inventó la primera vacuna, la de la viruela. Llevó a cabo sus primeros experimentos en 1796, siguiendo la idea que le vino tras oír que las lecheras que habían sufrido la viruela del ganado, una enfermedad más débil, no contraían la viruela. A pesar del éxito de sus pruebas, nadie tomó en serio a Jenner y fue objeto de burlas durante años hasta que a principios del siglo XIX se confirmó que tenía razón y fue honrado como se merecía. El número de vidas salvadas que citan en Quora es un cálculo de Science Heroes, basándose en el número de muertes por millón que causaba la enfermedad.
Jenner estaría quinto en una lista liderada por Fritz Haber y Carl Bosch (desarrolladores del proceso de síntesis del amoniaco que permitió la fabricación de abonos artificiales), Karl Landsteiner (descubridor y tipificador de los grupos sanguíneos) y Richard Lewisohn (quien ideó el método para evitar que la sangre destinada a transfusiones coagulara una vez extraída).
3. Clair Cameron Patterson (1922-1995) y el aire limpio
Además de otros logros científicos, como el cálculo de la edad de la Tierra en 4.555 millones de años, Patterson llamó la atención sobre los niveles de plomo procedente de fuentes industriales en el medioambiente y en nuestra alimentación, a partir de un primer informe publicado en 1965. Sus esfuerzos llevaron a quitar el plomo de la gasolina, por ejemplo, y también a que se le criticara y le retiraran fondos de investigación. Gracias a su trabajo, en 1970 se aprobó la Ley de Aire Limpio en Estados Unidos, país que se retiró la gasolina con plomo en 1986.
4. Gertrude B. Elion (1918-1999), contra la leucemia, la malaria y el sida
Gertrude B. Elion ganó el Nobel de Medicina de 1988 por sus “descubrimientos de los principios clave sobre el desarrollo y el tratamiento de medicamentos”. Frase que suena muy bien, pero que en realidad se queda corta si tenemos en cuenta que sus descubrimientos incluyen el primer tratamiento contra la leucemia, el primer agente inmunopresor usado en el trasplante de órganos, un medicamento contra la gota, otro contra la malaria, uno contra meinigitis y otro contra el herpes. Combinó este trabajo con su doctorado, cuyos cursos seguía por la noche: no tener el título suponía una desventaja, pero tampoco podía dejar su empleo. Una vez se retiró, sus métodos de investigación permitieron a su equipo el desarrollo del fármaco AZT para el tratamiento del sida.
5. Vasili Arkhipov (1926-1998) o la importancia de la sangre fría durante las crisis
El 27 de octubre de 1962, durante la crisis de los misiles de Cuba, varios destructores de la armada estadounidense comenzaron a lanzar cargas de profundidad para obligar a un submarino soviético a emerger e identificarse. Las cargas produjeron un apagón del sistema y subió la concentración de monóxido de carbono, lo que produjo que algunos marineros se desmayaran. El capitán del submarino, Valentin Grigorievitch Savitsky, dio por hecho que la guerra había comenzado y quiso lanzar un torpedo nuclear. El submarino había sido informado de que las cargas eran de prácticas, pero esa información no le llegó.
Este torpedo que apuntaba al portaaviones Randolf hubiera dado inicio a una guerra nuclear, incluyendo una respuesta prevista del Pentágono para estas situaciones que hubiera supuesto el lanzamiento de 5.500 cabezas nucleares que apuntaban a un millar de objetivos.
Los tres oficiales de a bordo tenían autorización para lanzar el torpedo si lo acordaban por unanimidad, dada la dificultad para establecer comunicaciones con Moscú. Sólo Arkhipov se opuso y finalmente persuadió al capitán a que emergiera y esperara órdenes de Moscú. La historia se hizo pública en 2002, 40 años después de la crisis. Thomas Blanton, director del Archivo Nacional de Seguridad de Estados Unidos, dijo que “la lección que podemos aprender de esto es que un tipo llamado Vasili Arkhipov salvó el mundo”. Había muerto cuatro años antes.
6. James Harrison (1936), el hombre que ha salvado a millones de bebés
La sangre de este australiano apodado “el hombre con el brazo de oro”, contiene un anticuerpo muy poco habitual que se puede usar para tratar a los bebés con la enfermedad de Rhesus, un tipo grave de anemia causado por incompatibilidad entre la sangre del feto y de su madre. Ha donado sangre un millar de veces en 56 años, salvando a dos millones de bebés. Su sangre también se ha usado para desarrollar una vacuna que salvará a bebés para siempre. Comenzó a donar cuando cumplió los 18 años, después de recibir el 13 litros tras una operación cuando tenía 13 años.
7, 8 y 9. Alexei Ananenko, Valeri Bezpalov y Boris Baranov: una misión suicida en Chernobyl
Unos días después del accidente nuclear de Chernobyl, una parte del reactor nuclear se calentó hasta llegar a los 1.200 grados, amenazando con derretir la base de la cámara en la piscina de agua, lo que podría haber provocado una explosión que hubiera agravado aún más la catástrofe. Estos tres hombres se presentaron voluntarios para una misión suicida: se metieron en la piscina y la drenaron activando una válvula manual. Murieron poco después por los efectos de la radiación, pero habiendo evitado que la radioactividad alcanzara toda Europa.
10. Alan Turing (1912-1954), descifrando a los nazis
Este matemático, criptógrafo y científico de la computación dirigió la sección Naval Enigma durante la Segunda Guerra Mundial, cuyo objetivo era descifrar los códigos nazis, sobre todo los de la máquina Enigma, cosa que logró gracias a su máquina Bombe. En 1942 ya descifraban decenas de miles de mensajes cada minuto. Se calcula que sin este logro, la guerra habría durado dos años más, causando otras dos millones de muertes. Este trabajo fue secreto hasta los años 70. Turing fue recompensado con una condena por homosexualidad y un tratamiento de castración química. Se suicidó comiendo una manzana impregnada en cianuro potásico.
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