Consejos para sobrevivir con humor a una mesa electoral

Porque la fiesta de la democracia no siempre es una fiesta. Y es muy cansada

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Si estás leyendo esto en la mesa electoral, lo primero que queremos es enviarte ánimos. Ser miembro de una de ellas puede llegar a ser desmotivador a ratos. Pero para que no decaiga el espíritu, aquí hay 7 consejos que hemos recogido entre aquellos que ya han pasado por esta experiencia y que sobrevivieron gracias al humor:

1. Descansa la noche anterior. Las elecciones empiezan a las 9.00, pero los miembros de las mesas deben acudir una hora antes. En ese momento, las calles son un desfile de gente que vuelve de marcha y de otros que se levantan para cumplir con su obligación electoral. Es fácil distinguirlos por su mirada: los primeros tienen los ojos enrojecidos, y los segundos tiene un poso de melancolía que parece decir: "¿Por qué yo?". Si ya llegas tarde para esto y anoche te liaste, pídele permiso a tus compañeros de mesa y corre a por un café.

2. Cuando empieces a flaquear, piensa en que eres pieza clave de la democracia. Hay tres momentos verdaderamente crueles. El primero es levantarse de la cama. El segundo, cuando llega la hora del vermú y la gente tiene esa sonrisa de aperitivo dominguero. Y, tercero, cuando llevas un rato contando votos y no llega el momento de irte a casa. Entonces, piensa en que estas elecciones -y la democracia, ¿por qué no?- no serían posibles sin ti.

3. Si habías pensado en escaquearte, has hecho bien en venir. Puede que se cruzara por tu cabeza la idea de no presentarte por pereza. Que sepas que has tomado la mejor decisión acudiendo porque ausentarse se considera delito y la ley tiene previstas sanciones para los que no acudan. Como aquel chico que fue multado con 2.880 euros en Mallorca por no presentarse como presidente de mesa a unas elecciones europeas. Además, piensa en aquellos a los que les ha tocado ser suplente y rezaron para que se presentara el titular.

4. Recuerda que esto no lo haces por dinero. ¿En qué invertirás tu botín? Para qué vamos a engañarnos: estar en una mesa electoral está muy mal pagado. Es llamativo que vayas a elegir al presidente que se ocupará de las condiciones laborales de los trabajadores españoles y te estén pagando menos de cuatro euros por hora (la retribución es de 63,24 euros por toda la jornada, que fácilmente puede llegar a las 17 horas). Piensa que por ese precio puedes comprarte, por ejemplo, una barbacoa de carbón portátil. Una barbacoa como la que se están metiendo tus colegas mientras tú estás pringando en la mesa electoral.

5. Vuelve a leer el manual si tienes un rato libre. Conocer las normas para los miembros de la mesa es más que necesario. Especialmente para los presidentes, que tienen mucha más responsabilidad que los vocales. Te sorprenderá la cantidad de gente que se olvida el DNI para ir a votar. ¿Pueden hacerlo con el carné de conducir? Mejor échale otro vistazo.

6. Ten paciencia: tu recompensa serán los votos nulos. El momento del recuento es el más duro. Es común verse en la obligación de contar dos (o tres o cuatro o cinco) veces porque se ha traspapelado alguna papeleta. Pero lo que anima el recuento es la perspectiva de poder encontrarse un voto nulo divertido. Los más versados en mesas electorales recomiendan llevar una barra de pan por si alguien tiene la deferencia de meter una rodaja de chorizo en el sobre.

7. Procura llevarte bien con tus compañeros de mesa. Vas a pasar muchas horas a su lado, así que te conviene llevarte bien con ellos. Como muestra de buena voluntad, recomendaríamos que llevaras algo de comer como ofrenda. Lo de llevarse bien con los interventores de los partidos poco más complicado, porque no es cómodo tenerlos a tu lado vigilando cada movimiento que haces. Por encima de ideologías, en esto hay un acuerdo total entre todos aquellos que alguna vez se han sentado en una mesa electoral.

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