Seguro que alguna vez te lo has preguntado. Vas por la calle, empieza a llover y no tienes paraguas ni sitio para cobijarte. ¿Cómo te mojas menos, corriendo o andando? [Consulta aquí la previsión del tiempo]
El dilema está en que, si se decide correr, la persona que esté sufriendo el chaparrón estará menos tiempo bajo la lluvia, pero estará chocando continuamente con el agua que venga de frente. Andando no se chocará con el chaparrón, pero estará más tiempo bajo el agua.
Aunque esta parezca una de esas preguntas que nunca te has atrevido a hacer en voz alta, lo cierto es que se la han hecho también muchos investigadores. Una de las últimas publicaciones al respecto es la del italiano Franco Bocci, del Departamento de Ingeniería Mecánica e Industrial de la Universidad de Brescia. Inspirado en su investigación, del año 2012, el canal de divulgación científica de YouTube MinutePhysics realizó un vídeo explicando la solución.
Según explica el vídeo, la cantidad de agua que te golpeará desde arriba, en un periodo determinado, será la misma independientemente de que nos movamos o no. Y, sobre una distancia determinada, el agua que te golpeará de frente también será la misma. En el vídeo ponen el ejemplo de un quitanieves: retirará la misma cantidad de nieve de la carretera independientemente de la velocidad a la que vaya.
Lo mojado que vas a terminar, por tanto, se calcula sumando la cantidad de tiempo que pases bajo la lluvia por los metros de lluvia que nos golpearán de frente. ¿Qué hacer para que el resultado sea más pequeño? En efecto: minimizar el tiempo bajo la lluvia. Es decir, correr más.
No cambies todavía tu chubasquero por tu ropa de atletismo: el vídeo es una explicación simplificada del estudio de Bocci, pero el ingeniero italiano añade otros factores. Según la superficie del sujeto, el volumen de las gotas de agua y el ángulo en el que estas caigan, puede existir una velocidad óptima, que no siempre es la velocidad máxima a la que podamos ir.
Por ejemplo, si el viento (y por tanto la lluvia) golpea desde atrás, la velocidad óptima, según el estudio, es exactamente la velocidad del viento. De lo contario, es mejor esprintar. “Digamos que, en general, lo mejor es correr lo más rápido posible”, resumía el investigador en declaraciones a BBC. “No siempre, pero sí en general”.
Aunque exista esa velocidad óptima de la que habla Bocci, míralo así: el tiempo que tardes en calcularla estarás mojándote bajo la lluvia, así que mejor corre todo lo que puedas.
Te vas a mojar igual
25 años antes de que Bocci presentara su investigación, el también italiano Alessandro De Angelis presentó un estudio similar, titulado ¿Realmente vale la pena correr bajo la lluvia? Este sostenía que "como sugiere el sentido común, cuando está lloviendo es mejor moverse rápido", pero que la diferencia entre trotar y correr a toda velocidad "no justifica hacer el esfuerzo". Según los cálculos de De Angelis, corriendo al ritmo al que un atleta olímpico hace los 100 metros lisos, solo nos mojaríamos un 10 % menos que corriendo suave.
La diferencia entre correr muy rápido o suave –o en palabras de Bocci, ir a una velocidad óptima o no–, no supone, por tanto, una grandísima diferencia. En ambos casos vas a llegar a casa mojado. A la próxima, coge el paraguas.
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