Sarahi Espinoza tenía cuatro años cuando dejó Lázaro Cárdenas (Michoacán) y llegó a vivir a California con sus padres. Aprendió pronto el inglés y fue una estudiante como cualquiera en el sistema de educación pública estadounidense. Esto cambió en su último año de preparatoria, cuando se dio cuenta de que su estatus migratorio le impedía acceder a las mismas becas que sus compañeros para ir a la universidad. Al graduarse, en 2008, no pudo inscribirse en ninguna escuela.
“Fue muy difícil procesarlo”, cuenta Espinoza a Verne vía telefónica. “El día que me gradué de la preparatoria pensé ‘esto no está bien. Algún día voy a solucionar este problema”. La idea se mantuvo en su cabeza durante los siguientes años, hasta que se materializó en una aplicación para ayudar a otros estudiantes indocumentados en la misma situación. Así nació DREAMer’s Roadmap, un proyecto que ha convertido a esta joven en una latina destacada en Silicon Valley. En 2017, la revista Forbes la eligió como una de las 30 personas menores de 30 años más influyentes en la industria educativa.
Su historia ha sido difundida estos días por la cuenta de Twitter @yosoymexicano, dedicada a compartir los logros de personas exitosas nacidas en México.
La aplicación creada por Espinoza ofrece una lista extensa de fundaciones que dan becas y financiamientos a los dreamers, como se les llama en Estados Unidos a quienes inmigraron siendo niños o muy jóvenes y no han obtenido la residencia legal.
Una de estas organizaciones es la Bay Area Gardeners' Foundation, iniciada por un jardinero mexicano que llegó a California a los 20 años e inició un negocio de jardinería. Cuando uno de sus hijos se graduó en la facultad de leyes de la Universidad de Berkeley, Catalino Tapia comenzó a recaudar fondos con sus empleadores para ayudar a otros estudiantes latinos de bajos recursos con los gastos de su educación superior.
Espinoza cuenta que esta fundación fue la primera en su tipo de la que tuvo noticia, gracias a una mujer que asistía a su iglesia. “Saber esto me cambió el mundo por completo”, recuerda la joven de 27 años, que en ese entonces acababa de mudarse de Los Ángeles al área de la Bahía de San Francisco, la capital tecnológica del mundo. Ahí fue donde comenzó a investigar más a fondo sobre las oportunidades de financiación para los dreamers y donde inició un blog para compartir sus descubrimientos.
De acuerdo al American Immigration Council, cada año se gradúan 65.000 estudiantes indocumentados de las preparatorias estadounidenses. Aunque tengan las mejores calificaciones, no tener en regla sus papeles les impide obtener apoyos para acceder a la universidad, sin los cuales es casi imposible cursar una carrera.
Una investigación exhaustiva sobre este tema permitió a Espinoza participar en el Voto Latino Innovators Challenge en 2014, cuyo objetivo era solucionar un problema comunitario a través de la tecnología. Ella propuso convertir su blog en una aplicación móvil. Ganó el primer lugar y 100.000 dólares para poner en marcha el proyecto. Desde que la app fue lanzada, a principios de 2016, ha sido descargada unas 16.000 veces, según las propias cifras de Espinoza.
Durante ese proceso, la joven se convirtió en la primera de su familia en graduarse de la universidad: cursó dos años de Ciencias Políticas y Comunicaciones y un año en la escuela de negocios de la Universidad de Stanford. También fue una de los 20 dreamers elegidos para participar en un hackathon, dedicado a pensar y desarrollar soluciones a los problemas del sistema de inmigración en Estados Unidos. Ahí fue donde Espinoza conoció al fundador de Facebook, Mark Zuckerberg.
La aplicación dedicada a ayudar a los dreamers aún ocupa la mayoría de los esfuerzos de esta empresaria y activista, que aunque ya se ha convertido en una ciudadana estadounidense, se considera mexicana "de corazón".