Si algo define a Jay Bernard (Londres, 1988) es la transversalidad que busca en todos los aspectos de su vida. Sus textos trascienden el papel impreso a través de la performance. Acompañados de cortometrajes de su propia cosecha y de música en directo, crean una forma de poesía interactiva que ha resonado en las paredes de instituciones británicas como el Buckingham Palace, el Globe Theatre y la Royal Shakespeare Company. Su propuesta llegó este sábado a la antigua cárcel de Segovia, reconvertida en un centro de creación, dentro del programa de la XII edición del Hay Festival celebrada en la ciudad castellana.
Bernard forma parte de una generación de creadores que desafían los códigos tradicionales de identidad de género y que se niegan a encerrarse entre el binomio masculino/femenino. En vez de con un él o un ella, prefiere relacionarse con el pronombre ellos (they en inglés) para integrarse en un espectro sexual más amplio y libre.
¿No es acaso un reto que puede generar confusión en su poesía? "El hecho de utilizar un término que ya existe en nuestro lenguaje, como es ellos, hace que sea más cómodo identificarse con él. Resulta mucho menos forzado que incorporar uno nuevo a nuestro vocabulario. Quizá en 50 años exista otro distinto. Las palabras son lo de menos. Lo importante es que las minorías se sientan representadas en la sociedad", explica Bernard a Verne, horas antes de actuar en la edición española del festival cultural.
Para su actuación española ha abordado las diferencias raciales, otro de los pilares de identidad que desafía en su obra. Ha recreado con imagen y palabra en Segovia la tragedia de New Cross, que en 1981 disparó la tensión en Reino Unido. El motivo fue la muerte de 13 jóvenes negros de entre 15 y 24 años durante un incendio en un barrio deprimido de Londres ante la indiferencia general. Los poemas de Brennan recuperan la voz de los fallecidos que en su momento no pudo escucharse.
El pasado es una de las constantes de su trabajo: "Me obsesiona explorar la historia y observarla desde ángulos inéditos para encontrar nuevas lecturas en ella, en especial en aquellos asuntos que pueden remover los cimientos en los que nos asentamos ahora mismo".
Se refiere, de nuevo, a la jerarquía basada en el color de piel y a la forzosa identidad sexual que se nos impone. "Son discusiones actuales a menudo tan intensas y deprimentes, que encuentro algo de oxígeno al trasladarlas a otra época", dice. Su intención es recordar al lector/espectador que son aspectos que han ido mutando a lo largo del tiempo y que, por tanto, podemos volver a modificar.
Una de sus últimas publicaciones, The Red and Yellow Nothing, funciona como precuela del relato medieval sobre Sir Morien, un caballero negro integrante de la Mesa Redonda del rey Arturo. Bernard recrea en verso su llegada a Camelot y despoja al personaje de los tópicos que se esperan de él. La idea surgió tras ojear en internet un perfil de Tumblr dedicado a personajes históricos de raza negra.
"La poesía tiene una función social que yo muestro desde la transparencia. La entiendo como una ventana desde la que podemos reencontrarnos con aspectos de la vida que hemos obviado u olvidado", comenta Bernard. Por eso, considera que formas de expresión elitistas no son el camino adecuado e incorpora a sus recitales lenguajes tan cercanos como la música y el vídeo.
Un escenario inédito en su carrera como la antigua cárcel segoviana que le ha brindado el Hay Festival inspira su intención rupturista, que define como insaciable: "Me hubiese gustado actuar en una prisión en activo, para forzarme a cambiar todas mis ideas preconcebidas".
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