Carmen Lomana dijo en Masterchef Celebrity 3 ser “vegetariana de mamíferos”. La empresaria y colaboradora de televisión que participa en el reality de RTVE ha explicado: “Yo soy vegetariana de vaca, ternera y cerdito. Pero de pollo no, porque vuela, no mama”.
Lo que Lomana llama ser “vegetariana de mamíferos”, se conoce también como “pollovegetarianismo”. Es decir, la elección de dieta que consiste en no comer carne roja, pero pollo sí. Pero para Lucía Martínez, nutricionista y autora de Vegetarianos con-ciencia el pollovegetarianismo no existe: “Si consumes carne de cualquier tipo, no eres vegetariano”.
Martínez explica que la Unión Vegetariana Europea (EVU por sus siglas en inglés) reconoce solo cuatro tipos de vegetarianos: los ovolactovegetarianos que consumen lácteos y huevo; los lactovegetarianos que consumen leche, pero no huevo; los ovovegetarianos, que comen huevo pero nada lácteo y, por último, los veganos que no consumen producto alguno derivado de los animales.
Comer pollo no es necesariamente más sano ni más ético
“Ser vegetariano o vegano no quiere decir que seas más sano”, afirma Martínez. Para la nutricionista, una dieta equilibrada puede ser vegetariana, vegana u omnívora. La OMS aclara que “las dietas vegetarianas y las dietas que incluyen carne tienen diferentes ventajas y desventajas para la salud”. La entidad apunta que comer menos carne roja sí evita enfermedades cardiovasculares y la obesidad, pero aún no se le relaciona contundentemente a estos productos con el cáncer. Eso sí, para la OMS el consumo de pollo y pescado tampoco se puede descartar como cancerígeno, ya que “los riesgos no han sido evaluados”.
Mikel López Iturriaga, responsable de El Comidista considera que llamarse “vegetariano de mamíferos” es un sinsentido. “No comer mamíferos me parece tan respetable como seguir una dieta omnívora, vegetariana o vegana. Quizá no tenga mucho fundamento ético -si quieres evitar el sufrimiento animal, distinguir entre gallinas y cerdos suena poco defendible-, pero con una dieta así puedes eliminar el consumo de carne roja y acudir a fuentes de proteína animal por lo general más saludables, como el pescado o el pollo". Siempre que uno no se pase a alimentos procesados como el fiambre de pavo, "porque entonces la ganancia es nula". Para Iturriaga "sería más razonable reducir en general el consumo de carnes de todo tipo y aumentar el de verduras, frutas y legumbres, en vez de ponerse especista con las pobres aves y pececillos”.
Es más, puestos a reducir el consumo de carne por motivos éticos, hay quien apuesta por una solución opuesta a la de Lomana: William MacAskill, filósofo de la universidad de Oxford y autor del libro Doing Good Better explica en una entrevista para Vox que “dejar de consumir carne roja está muy bien, pero dejar de consumir pollo y huevos es mejor”. MacAskill afirma que “las aves son las que más sufren de todos los animales en la industria agroalimentaria. Son las que se encuentran en las peores condiciones y las que más se consumen en la dieta del mundo occidental”.
Evitar la carne roja ayuda a moderar el cambio climático
Eso sí, tampoco se puede olvidar el impacto del consumo de carne roja en el medio ambiente. Pedro Dorta, investigador de cambio climático y catedrático de la Universidad de la Laguna en Tenerife, no la consume: “No como carne por el impacto ambiental que produce la industria” dice Dorta. El profesor de geografía física explica a Verne que come pollo, pero dice evitar comprar y consumir la carne roja por la forma en la que su producción afecta al cambio climático.
De hecho y según un artículo en la revista científica Science, ser vegetariano, pero sobre todo vegano, reduce el impacto de las personas en el medio ambiente. El estudio reafirma que la carne roja es la industria agrícola que más gases de carbono emite, por lo tanto el consumo de todo producto animal es un factor que contribuye al cambio climático.
* También puedes seguirnos en Instagram y Flipboard. ¡No te pierdas lo mejor de Verne!