En los carteles de la nueva acción de la artista Yolanda Domínguez aparece el mismo vestido de la campaña de otoño de El Corte Inglés, pero no lo lleva ninguna modelo tradicional, sino siete mujeres que no responden a los estereotipos de belleza del mundo de la moda. El lema que aparece en las imágenes es “Rompe el estereotipo. Supéralo” (y no "Siente el otoño. Vístelo"). Las fotografías, además de en redes sociales, están presentes desde este martes en 12 marquesinas de Soria. En los próximos días aparecerán también en los autobuses de la ciudad y, además, el vídeo de la acción se emitirá en sus cines antes de la proyección de cada película.
Se trata de una campaña que el área de igualdad del ayuntamiento de Soria encargó a la artista madrileña. Su objetivo era lanzar un mensaje positivo y constructivo, explica Domínguez a Verne por teléfono, así que ella propuso darle la vuelta a otra campaña conocida como es la de El Corte Inglés: “Es una crítica a los medios y a la moda”, explica, pero también “hace visibles a mujeres que no suelen estar presentes en estos anuncios”.
La artista admite que la mención directa a El Corte Inglés levantó algún temor inicial en el ayuntamiento. Sin embargo, para ella es importante mencionar directamente a las marcas porque si nos dirigimos, por ejemplo, al mundo de la moda en general, “al final nadie se siente interpelado”. Además, considera valioso que su campaña pueda verse y compararse en la calle con anuncios reales.
Domínguez hizo una llamada en redes para buscar a estas siete mujeres diferentes. Tal y como nos explica y como se puede ver en el vídeo del making-of, sus modelos le contaron que “se veían fuera” de la publicidad tradicional, que además las sometía a presión. “Incluso las mujeres que se parecen a las de los anuncios sienten complejos al verlos”, dice Domínguez, recordando toda la posproducción y los filtros que incorporan.
La artista encuentra factible que las empresas de moda hagan campañas que incluyan a toda clase de mujeres. Pone como ejemplo los comentarios positivos que está recibiendo su iniciativa en redes, tanto en Facebook como en Twitter, donde se ha compartido centenares de veces: “Todas las mujeres están comentando que qué buena y qué maravilla. No consigo entender por qué la publicidad insiste en crear malestar, en crear un problema para vender”.
La publicidad a menudo justifica sus imágenes como aspiracionales, como si nos ofreciera lo que (se supone) que queremos ser. Esta explicación, a Domínguez le parece que “forma parte del pasado”. Tampoco cree que las campañas de “belleza real”, como las de Dove, sean una alternativa. “¿Por qué belleza real y no cuerpo real? ¿Por qué esta obsesión con la belleza?”. Domínguez apunta que los cuerpos no solo se contemplan, “sirven para hacer cosas”. Por eso en su campaña las mujeres están leyendo o tocando la guitarra, por ejemplo. En este sentido, menciona unos anuncios de Intimissimi dirigidos al público masculino, en los que los modelos aparecen jugando al pádel. En cambio, la publicidad dirigida a las mujeres suele mostrar a las modelos “pasivas y mirando al infinito”.
La artista critica que algunas marcas hagan un anuncio puntual con modelos diferentes a las habituales, pero que luego en la tienda online solo se vean las modelos de siempre. En su opinión, tampoco sirve que algunas tiendas tengan producto, por ejemplo, de tallas grandes, y lo destinen a otra marca y otros establecimientos, como hace Mango con Violeta. De este modo, “no se está siendo inclusivo. Al final todo es una pose y no un cambio real”.
Precisamente, durante la elaboración de su campaña, Domínguez y sus modelos tuvieron problemas con el vestido: la talla más grande era la 42. Una de las modelos no se lo pudo poner, pese a rasgarlo para intentarlo “y ella decidió, sin complejos, mostrar su cuerpo tal y como es”.
Domínguez (Madrid, 1977) es una artista conocida por sus acciones de contenido social en lugares públicos. Por ejemplo, en noviembre del año pasado concentró a medio millar de personas a las puertas del Ayuntamiento de Madrid con carteles que llevaban el nombre de las 1.028 mujeres asesinadas por violencia de género en España desde 2003, año en el que comenzó el recuento, hasta la fecha de la acción. También ha llevado a cabo acciones contra la publicidad sexista, denunciando las condiciones de trabajo de las empresas de moda en Bangladesh y en defensa de la sanidad universal.
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