Las ganas de pellizcarle los mofletes a un niño y otras 28 palabras extranjeras que deberíamos importar

Nunca sobran términos claros, sencillos y llenos de matices, que nos ayuden a expresarnos con aún mayor precisión y economía del lenguaje

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Más de una tarde de ulepils hemos levantado el vaso, dejando un culaccino en la mesa, y entre trago y trago hemos contado un jayus para distraer a nuestros amigos.  

Efectivamente, necesitamos incorporar aún más palabras al español. Como las de la lista de abajo. Nuestro idioma es rico y variado, pero nunca sobran términos claros, sencillos y llenos de matices, que nos ayuden a expresarnos con aún mayor precisión y economía del lenguaje.

1. Aware. Así describen los japoneses la agridulce sensación de percibir un momento de belleza que sabemos que será breve o, al menos, perecedero.

2. Cafuné. Peinar a alguien suavemente con los dedos, en portugués brasileño.

3. Cornicione. Así llaman en Italia al borde de la pizza. (Literalmente, significa cornisa).

4. Culaccino. Palabra también italiana que hace referencia a la marca que deja un vaso frío en una mesa.

5. Fargin. Alegrarse sinceramente del éxito ajeno. Es yiddish. Y es algo muy poco común. Tiene un equivalente en el concepto budista "mudita", del pali y el sánscrito.

6. Fernweh. Así describen los alemanes tanto el deseo de viajar como la nostalgia que se puede llegar a sentir por sitios que jamás hemos visitado.

7. Forelsket. Término noruego que describe lo que sentimos mientras nos estamos enamorando. Similar al "crush" inglés. En sueco también existe (förälskad). En español se puede traducir por “pánico”.

8. Gattara. Mujer que recoge y acoge gatos callejeros. Es un término italiano.

9. Gigil. Con esta palabra se describen en tagalo las ganas de pellizcarle los mofletes a un niño o a un gato muy mono.

10. Googlegänger. Término que tiene su origen en la palabra alemana Doppelgänger (“doble”), pero inventado por estadounidenses para referirse a gente que se llama como tú y a la que encuentras cuando te buscas a ti mismo en Google. La palabra más creativa de 2007, según la American Dialect Society.

11. Goya. El proceso de suspender la incredulidad y sumergirse en una historia como si fuera real. Es urdu.

12. Hanyauku. Caminar de puntillas sobre arena caliente. Término de la lengua bantú RuKwangali, uno de los idiomas oficiales de Namibia.

13. Kummerspeck. Los alemanes tienen términos para todo (gracias sobre todo a la afición del idioma por las palabras compuestas). Incluso hay una para el peso ganado debido a los atracones emocionales. Es una palabra compuesta por Kummer (pena) y Speck (tocino).

14. Iktsuarpok. En inuit, asomarse a ver si llega alguien a quien estés esperando. Lo dicen en una sola palabra porque ahí se pasa mucho frío y así pueden volver a entrar más rápido. Y también porque las lenguas inuit son aglutinantes.

15. Ilunga. Además de un nombre de pila común en la República Democrática del Congo, es una palabra tshiluba que se refiere a una persona que está dispuesta a perdonar cualquier insulto una vez, a tolerarlo una segunda, pero a no dejar pasar una tercera. Según una encuesta entre un millar de lingüistas, es la palabra más difícil de traducir.

16. Jayus. Un chiste tan malo y tan mal contado que no puedes evitar reírte, según los indonesios.

17. Mamihlapinatapai. Palabra de los indígenas yámanas de Tierra del Fuego, que describe una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambos desean, pero que ninguno se anima a iniciar. Frecuente entre oficinistas a las cinco de la tarde, que buscan a alguien que se atreva a decir: “Bueno, pues habrá que ir tirando para casa, ¿no?”.

18. Mångata. En sueco, el reflejo en forma de camino que crea la luna sobre el agua. En turco es gumusservi.

19 . Mencolek. Golpeas el hombro izquierdo y saludas por la derecha. Eso es hacer un mencolek. En indonesio.

20. Nedovtipa. Checo. Se usa para referirse a alguien que no pilla las indirectas.

21. Razbliuto. Término también ruso para describir lo que sentimos por alguien a quien solíamos amar, pero ya no. Ay.

22. Schadenfreude. Un clásico alemán: el disfrute de las desgracias ajenas. Lisa Simpson lo explica muy bien.

23. Seigneur-terrasse. En francés, clientes que pasan mucho rato en una cafetería, pero gastan poco.

24. Shedmomedjamo. Estás lleno, pero da igual, sigues comiendo hasta acabarte el plato porque está rico. Es una palabra georgiana.

25. Tartle. Término escocés que hace referencia a ese momento de duda cuando vas a presentar a alguien y has olvidado su nombre.

26. Tingo. Del pascuense, de la Isla de Pascua. Se refiere al hecho de ir tomando prestado objetos deseados de la casa de un amigo y no devolverlos. Esta palabra da título al libro de Adam Jacot de Boinod, The Meaning of Tingo, en el que recoge palabras como estas, difíciles de traducir a otros idiomas.

27. Torschlusspanik. El miedo a ir perdiendo oportunidades a medida que envejecemos. Lo que vendría a ser la crisis de los 40. Literalmente significa “miedo al cierre de puertas” y vendría de la Edad Media: los residentes de las ciudades preferían volver al interior de las murallas antes que se cerraran las puertas, para protegerse así de ladrones y animales salvajes.

28. Tsundoku. Japonés: comprar un libro y luego dejarlo en la pila de libros pendientes para no leerlo jamás.

29. Utepils. En noruego, tomarse una cerveza al aire libre.

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