Cómo reconocer un gráfico que quiere manipularte (o que está mal hecho)

RTVE causa indignación con un gráfico en el que 4,4 millones de parados parecen menos que 4,1 millones

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Los gráficos son muy útiles, ya que nos ayudan a visualizar información compleja. Pero también son peligrosos: tendemos a creernos más la información que se presenta de forma visual que de forma escrita, ya que nos da la impresión de ser más objetiva. Y más si es un gráfico: al fin y al cabo, son matemáticas. Es decir, a menudo olvidamos que esta información visual puede contener errores y, por supuesto, ser tendenciosa.

Como nos explica Kiko Llaneras, profesor de ingeniería y sistemas complejos de la Universidad de Girona y editor de Politikon, los gráficos "son atractivos, llaman nuestra atención. Nos resultan cómodos de leer y tienden a ser convincentes o, al menos, memorables".

Por ejemplo, la noche del jueves el programa de TVE El debate de la 1 publicó un gráfico de descenso del paro que llamó la atención de muchos espectadores, dado que acentuaba en exceso el descenso del desempleo en los últimos dos años. Tanto que colocaba la cifra de 4,4 millones de parados por debajo de la de 4,1 millones. Según Tomás Ondarra, jefe de infografía de El País, esta gráfica está tan mal hecha, que es posible que ni siquiera haya voluntad de engañar a nadie: “Lo han hecho mal. Hay errores en todo”.

Como es natural, en Twitter se burlaron del intento de manipulación de este gráfico y lo corrigieron. Posteriormente, el programa se disculpó. Es decir, como afirma también Llaneras, "es fácil mentir con estadísticas, pero es difícil decir la verdad sin ellas". La ventaja de que se publicara este gráfico erróneo es que era fácilmente demostrable que estaba mal hecho. Es decir, los gráficos no son sólo un riesgo, ya que "despiertan nuestro sentido crítico: son cifras y predisponen a relacionarse con la información en un debate constructivo".

Llaneras apunta que hay dos tipos de posibles errores en gráficos:

- Que los datos no sean ciertos. Por este motivo es importante que conste la fuente de la que se han extraído: así podemos contrastarlos en caso de que creamos que ha habido un error o una manipulación.

- Que se haya escogido una visualización errónea o poco apropiada. Hay una serie de prácticas que nos deben alertar si las vemos en un gráfico. No quiere decir que los gráficos que usen estas técnicas estén mal hechos, pero sí que merece la pena mostrar algo de precaución y sentido crítico porque es posible que estén jugando con nuestra percepción de los datos. Son los siguientes:

1. Los ejes están cortados. Deberían comenzar por cero y, si no se puede, al menos hay que avisar al lector, como nos cuenta Ondarra, que añade que este truco “se usa mucho” para falsear la apariencia de un gráfico. Por ejemplo, este otro gráfico también de TVE fue muy criticado en su momento por su eje vertical truncado y sin escala, de nuevo dando la impresión de que el paro había bajado mucho más.

Otro caso famoso fue el de este gráfico de las elecciones venezolanas.

Como explica Llaneras, siempre necesitamos una referencia. Que el eje comience en cero es la más obvia, "pero también se puede comparar con los datos de otro país o con la media europea", por ejemplo, además de proporcionar secuencias lo suficientemente largas como para ofrecer contexto.

Del mismo modo, también puede ser conveniente en muchos casos facilitar la lectura con guías horizontales y verticales, para ver exactamente a qué año corresponde cada dato, como apunta Ondarra. De hecho y volviendo al gráfico de TVE, con estas guías hubiera sido más fácil ver que el dato de parados no podía descender tanto.

2. No se mantiene la escala en todo el gráfico. Es decir, si se habla de año a año, no se puede pasar de repente a meses, como hacía el Partido Popular en este otro gráfico, corregido por Kiko Llaneras.

Si hay que modificar la escala de los ejes en algún momento, ha de estar justificado y se ha de especificar claramente, como se explica en este texto del blog Malaprensa.

También hay que respetar las convenciones. Este gráfico de Reuters sobre muertes por armas de fuego en Florida parece que indica un descenso desde la entrada en vigor de la ley de 2005 que permite a los ciudadanos disparar si se sienten amenazados. Pero en realidad el eje vertical está invertido y el número de muertes se ha incrementado, como se aprecia en la corrección de la derecha.

3. Gráficos en 3D. Son engañosos, explica Llaneras: "O tienen una perspectiva que deforma los datos o son superfluos". En una línea similar, también hay que desconfiar de los gráficos muy recargados. Según Llaneras, un buen gráfico no necesita abusar de colores, usar fondos o añadir dibujos.

4. Tartas. Según Llaneras, aunque se usan mucho, no son útiles, ya que nos obligan "a comparar ángulos, cuando para nosotros es más fácil comparar distancias y posiciones". Es mejor usar columnas apiladas o una simple tabla.

5. Pocos datos. Ondarra apunta que en el gráfico de TVE no hay cifras para todos los años y que además podría haber más información. Por ejemplo, la evolución trimestral, ya que esos datos existen. Lo mismo pasa con los gráficos bursátiles, por ejemplo: han de reflejar las oscilaciones en la medida de lo posible.

Llaneras explica que cuando faltan datos, podemos sospechar de "cherry picking", es decir, de que se hayan escogido las cifras que ayuden mejor a sostener la tesis de quien ha creado el gráfico. No es necesario dar toda la información de la que dispongamos, pero "si quieres ser sincero con tu lector, tienes que darle contexto". Si no se puede dar todas las cifras, se pueden buscar soluciones, como agregarlas o usar medias. "Es similar a cuando se escribe un texto: hay que sintetizar la información sin que se pierda sustancia".

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